Ni falta que hace, podrán contestar. Y estaré de acuerdo. Sin embargo, la constatación del título pone en solfa mi presunción de que los años, siquiera a partir de cierta edad que no podría precisar, acorazan frente a muchas turbaciones. Que nos vamos volviendo inmunes, refractarios o como quieran llamarlo. Y no es así porque incluso en una profesión como la mía, que aconseja cierto distanciamiento para poder decidir con objetividad, asaltan inesperadamente y te zarandean. Hacía mucho que las emociones no me habían dado un jaque semejante y a propósito de una enferma, además, a quien sólo visité -como su médico- seis u ocho veces. Hoy me propongo, como aconsejaba Unamuno, pensar el sentimiento. Para aplacarlo. De ahí estas líneas.
Con apenas cuarenta años, su cáncer de mama se extendió a los pocos meses de la intervención y no había tratamiento capaz de frenar su avance. 
Tenía dos hijos de 8 y 5 años, me informó su marido mientras ella atendía a mis explicaciones entre el pavor y una precaria esperanza. Sin una lágrima. Pondré todo lo que esté de mi parte; por ellos, me dijo tras verme forzado a precisar que también el hígado estaba afectado. Avanzó un poco las manos sobre la mesa y, sin premeditación, las acaricié. Al poco tiempo ingresó en una Unidad de enfermos terminales y acudí a visitarla. Estoy mucho mejor -sonreía a pesar de los quince o veinte quilos perdidos desde que la conocí-. Y este fin de semana me dejarán ir a casa para ver a mis niños.
Sólo recuerdo la emoción de las cosas / y se me olvida todo lo demás. Lo escribió Machado y, en cierta medida, me ha sucedido. 
Fui varias veces a verla. La última, estaba dormida y no pudimos cogernos de la mano. Al lunes siguiente, ya no estaba. Han transcurrido un par de meses y Elsita continúa aquí, junto a un dolor que, aunque no sirva para nada, sigue sobrevolándome. Oscura la historia / y clara la pena. De nuevo Machado y es que, a veces, sólo los poetas aciertan, con las palabras justas, a orear nuestra alma.
Contar es vivir (te) 
Uno de los ectoplasmas de la llamada «Comisión Internacional de Verificación» (que ha venido a España a arreglarnos algo, ni ellos ni yo sabemos qué), faltó a su presentación oficial porque se puso enfermo. Dicen que es militar, así que el valor se le supone, pero desde luego cuesta convertir la suposición en certeza.
En diciembre asistí al concierto de una enferma mía. (Los técnicos lo entenderán: metástasis óseas y cerebrales de un triple negativo refractario a antraciclinas, taxanos y bevacizumab; ava luchando con ayuda del platino.)
Es una mujer bellísima y una magnífica soprano, especializada en música medieval y barroca. Se presentó con su pañuelo, con su delgadez, con su elegancia, con sus hijas… Y cantó, vaya que cantó, con exquisita fuerza y hondura. No es una imbécil holandesa que viene a limpiarnos la casa sin tener ni puta idea. Es una crack y si algo le debo a mi profesión es la oportunidad de conocer a gente como ella y quizá por eso merezca la pena.
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Pues no, no es as amigo, Gustavo. A raz de mi enfermedad, soy ms sensible, dira sensibilidad extrema, y mucho ms emotiva. Cierto es, que en ciertas ocasiones muy puntuales, si que haces un esfuerzo por pasar ms de lo que ocurre alrededor, pero es solo una percepcin y no una realidad. Hablo de m. Es como si me hubiera conectado con la Madre Tierra y su Naturaleza en pleno, pero siento que forma parte de la vida. Bueno, ya me he ido por las ramas. Un abrazo amigo.
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Sé de algún problemilla tuyo a raíz del blog. Por él sé, también, cómo sublimas y te sobrepones. Toda mi admiración por ello. Un fuerte abrazo.
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He revivido con tu escrito, emociones que creí ya no sentiría. Gracias Gustavo
Enviado desde mi iPhone
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Juan José: cosas del oficio, ¿no? Un oficio duro como bien sabes, pero que a veces te abre las puertas de los sentimientos.
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Cómo es posible que en 2014 fallezca gente joven a causa del cáncer?
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La mortalidad por cáncer ha disminuido en los últimos años; sin embargo, también hay tumores en personas jóvenes que por su localización, evolución o características genotípicas, pueden ser refractarios a terapéuticas con intención curativa. En concreto y para los cánceres de mama, el fenotipo «triple negativo», es decir, que no expresa receptores hormonales ni HER2, tiene gran agresividad y predomina en jóvenes. Fue el caso de la enferma que he traído a colación. Si en ese tipo de tumor transcurren un par de años sin recidiva, la curación suele ser la regla pero, desgraciadamente, un porcentaje significativo se disemina antes de ese plazo «de seguridad». Se sigue trabajando para mejorar el pronóstico, naturalmente, pero la investigación, básica y luego clínica, requiere su tiempo…
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Entiendo que no está resuelto el problema en determinados casos. Una hermana mia murió del mismo cáncer en 1984 a los 32 años. Han pasado 30 años y aun debemos lsmentar fallecimientos de jmujeres jóvenes.
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Tan triste como hermoso.
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Gracias por tu comentario.
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