ELEGIR LOS OLVIDOS

olvido 9Comentaba el otro día a una buena amiga de mis zozobras con la traicionera memoria. Quizá les suceda algo parecido. Puede tratarse de alguien a quien no ves desde hace años, que de súbito se te abalanza y golpea tu espalda mientras solo aciertas a decir: «¡Hombre…! ¿Qué es de tu vida?». No podrías precisar si se trata de un antiguo colega, tal vez el camarero de cualquier bar que frecuentabas… Pero lo peor quizá venga a continuación, cuando mirándote fijamente te espete: «Me conoces, ¿no?», y a ver cómo sales del aprieto. Aunque hay otros. Se me puede ir el santo al cielo y equivocar, después de tantos años, el camino de vuelta a casa, o preguntarme qué sería lo que me ha llevado a entrar en la tienda y siempre, desde que me observo con aprensión, he atribuido a puro despiste lo que es habitual en mis comportamientos desde que me recuerdo; otra cuestión sobre la que cabría también alguna reflexión.

Sin embargo, fue ella, mi amiga, quien verbalizó lo que venía necesitando: que no todo merece un hueco en la memoria y, aunque el olvido voluntario no sea posible, es a veces medicina sin la cual, en palabras de Nietzsche, no habría modo de vivir. olvido 12Lo más lamentable es constatar cómo se desvanecen nombres de viejos conocidos, de lugares que en su día creímos hitos de nuestra existencia, mientras que no hay modo de borrar la cara del dictador ni los detalles, incluso nimios, que acompañaron la muerte de algún ser querido.

Sea como fuere, de no tener esa frágil memoria no habría sustrato para los olvidos selectivos aunque, de poder elegir, otro gallo me cantaría. Me apuntaría con Aleixandre a una memoria anclada en los besos y, por extensión, haría mío el verso de Machado: «De toda la memoria sólo vale /el don preclaro de evocar los sueños». Entretanto, habrá que apechugar con los lapsus en la confianza de que, cualquier día de estos, se ceben en los hechos, vivencias y personajillos de un listado que pienso escribir. Para que coman de ahí.

Acerca de Gustavo Catalán

Licenciado y Doctor en medicina. Especialista en oncología (cáncer de mama). Columnista de opinión durante 21 años, los domingos, en "Diario de Mallorca". Colaborador en la revista de Los Ángeles "Palabra abierta" y otros medios digitales. Escritor. Blog: "Contar es vivir (te)" en: gustavocatalan.wordpress.com
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4 respuestas a ELEGIR LOS OLVIDOS

  1. drlopezvega dijo:

    Es la memoria facultad algo así como ambivalente. De mala memoria incluso de alardea, pero ni Dios presume de «mala inteligencia». Aprender y tirar de memoria parece cosa de intelectos pobretones, etc.

    A mí, si la memoria me da mala espina, es por su imperfección y sobre todo por su falseamiento. Se han hecho experimentos que demuestran que se nos pueden inocular recuerdos falsos, sobre los cuales creamos auténticas novelas explicativas, tan falsas como el «recuerdo» que se nos implantó en las meninges. Sugiero el ensayo «Rarología», de R. Wiseman, un psicólogo de renombre que ha elegido un título excelente.

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  2. No es solo como un Gruyere, la memoria, sino que además falsea porque reinterpreta… Y me anoto «Rarología».

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  3. Rosario Ferrà dijo:

    Lo curioso de la memoria es que a veces te juega las malas pasadas en los momentos menos necesarios, como cuando tu bien dices al principio te encuentras un antiguo conocido , e intentas poner cara de poker para que no se note tu desesperación buscando de que y donde conociste a esa persona, que obviamente parece tener mejor memoria, que tú.O como cuando te piden informes sobre alguien y no puedes ponerle ni cara al nombre pronunciado por tu interlocutor,
    dando como resultado el » si mujer, que su tía……..» y ahí es donde más te pierdes pues a lo mejor tu eres de los que no se meten en familias ajenas.
    Pero he aquí que aunque de las cosas buenas siempre te quedan cuando no sensaciones, que muchas veces no explicitamente la secuencias de hechos, de las que te hieren , machacan, estorban…. negativas en fin, de esas no te olvidas, será en mi opinión laica a más no poder, un sistema prehistorico de supervivencia y asi y todo muchas veces volvemos a caer en las mismas trampas, digo yo que por necesidad gregaria de buscar afines, y esa bien sabida manía de dar oportunidades, que a veces no se debe!!!!!!!!!!!

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  4. fututasumhic dijo:

    Lo mejor es liberarse de la culpabilidad del olvido. Todo un reto.
    Saludos.

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