Cuanto más importante es una cuestión, más frágiles los datos sobre los que basarse para tomar decisiones. Así dijo Kissinger que, pese a no ser santo de mi devoción, en esto se me da que andaba en lo cierto. Los rifirrafes entre las distintas formaciones políticas para formar Gobierno son el mejor ejemplo y en sus discursos, sin distinción, prima el ombligo de cada cual por sobre esa voluntad popular con la que se llenan la boca, sin atenerse a otra realidad que la que pretenden crear a su medida.
Rajoy es hoy castigo para un colectivo sin horizonte y cercado por la podredumbre mientras su esperpéntico líder sobrenada en espera de quién sabe qué, toda vez que ha quedado demostrada la imposibilidad de unirse a otros que Ciudadanos. En cuanto a estos, no alcanzarían mayoría sumados al PP y tampoco con un PSOE para el que Rivera es patata caliente dada su explícita negativa a alinearse junto a Podemos, por lo que semejante pacto a tres resulta impensable a día de hoy. Y el Partido de Iglesias está por poder, ¡faltaría más, dado el propio nombre! Poder hacerse con la vicepresidencia y media docena de ministerios elegidos de antemano, es decir: comérse ya a los socialistas o, en otro caso, pasados unos meses y nuevos comicios mediante.
Y Don Pedro -un trato respetuoso al actual protagonista-, también se ha apuntado al relajo de que hablan los mejicanos: fraseología para no decir nada. C´S no le basta y, de contar con Podemos, precisarían además de la abstención por parte de los independentistas, lo que no parece sencillo tras haberse aliado con la derecha en el rechazo a los designios de estos. De cambiar su opinión, tendría enfrente a muchos de sus propias filas y, si consiguiera -a costa de indefinición- hacerse con la presidencia, se convertirá en juguete del podemita. Por resumir: un suicidio, tanto con la combinación PSOE-C´S y abstención del PP (inimaginable), como de unirse a Podemos, ER, PNV y los de Puigdemont. Sea como fuere, las urnas nos sobrevuelan a no ser que Don Pedro pase, de guaperas, a eunuco. Entretanto, la roña de que hablaba el colombiano Fernando Vallejo.
La pugna por el sillón se ha convertido en su único objetivo. En clara contradicción con el deber y obligación que tienen las formaciones políticas electas de formar un gobierno.
Todos son de la misma ralea.
Unos predicando humildad pero poseídos por la soberbia. Otros prefiriendo dejar desgobernado un país antes que arriesgar una pérdida de poder. Y otros nadando entre aguas, dejándose flotar.
Todos sacrificando un posible estado de bienestar en pos de sus ambiciones.
Mirando con perspectiva, otros países han logrado coaliciones mixtas, con partidos de derecha y de izquierda. Esto es lo hay ahora, en 2016.
No quedarnos anclados políticamente en el pasado, con posturas de derecha e izquierda marcadas y enfrentadas. Divididas en bandos.
Por muy progresistas que se erijan.
¿Estamos volviendo a la España de cacique y campanario? Pues lo parece.
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Mónica
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Que la sociedad consiga evolucionar, pese a ellos y sus protestas de servicio, es algo admirable.
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