Libertad e igualdad no pasan, por lo que hace a esta semilla que se resiste a morir, de eslóganes para seguir en las mismas, y El chicle no ha sido estos días más que una odiosa figura que ejemplifica la inoperancia de las medidas disuasorias al respecto. Estamos, en lo que supone el oprobio de la colectividad, anclados en un rechazo que sirve de poco frente a las reiteradas evidencias del más de lo mismo. Que si un número telefónico para la denuncia que no constará en la lista de llamadas, prohibido acercarse el animal a menos de tantos metros y otras penas varias mientras sigue el acoso, la humillación o asesinatos de los que el tal chicle es de momento el último actor para la media de una víctima a la semana +- 10 en el curso del año. Y en la misma tónica una década tras otra.
La Ley Orgánica -diciembre de 2004- contra la violencia de género, no ha disminuido su incidencia y tampoco surten efecto apreciable los programas educativos, una generalizada condena social ni la profusa difusión mediática de esos desmanes que son, en alguna medida, responsabilidad de todos por haber propiciado un entorno capaz de generar semejantes comportamientos. Ahora, se aprueban en el Congreso mil millones, a repartir en los próximos 5 años -exigua cantidad para la magnitud del problema-, con objeto de financiar acciones preventivas varias y, a un tiempo, se ha iniciado la controversia política sobre la oportunidad de penas de cárcel revisables.
¡Cómo que revisables? Muchos somos padres y/o hermanos de mujeres a las que, de tocarles alguien un pelo, nos decimos que iba a saber el tal lo que vale un peine. Ello apunta a un amplio consenso que apoyaría una terapia, para el maltratador o el asesino, de azufre y fuego como en Sodoma. La cárcel sin revisión que valga y, para el matón denunciado, anillo eléctrico en la base del pene -con revisión mensual en el correrspondiente centro policial, que garantice su perfecto estado- y de activación automática en cuanto se acerque más de lo debido a la agredida. Y es que una patada en cierto sitio puede tener efecto disuasor y, en su defecto, el equivalente en decibelios. ¿Por qué no se prueba? De no funcionar, quedaría en cartera la emasculación como tratamiento de unos y advertencia para otros machitos de pacotilla.
Completamente de acuerdo. Medidas disuasorias efectivas (tipo descarga como sugieres, con aviso a la autoridad competente y actuación inmediata), y prisión con el tiempo que corresponda sin penas ridículas para delitos graves.
Pero sigo pensando que en los medios de comunicación ejerce un efecto llamada. Además, no habría que dar detalles (incitan el morbo y dan ideas a los delincuentes de las novedades técnicas utilizadas).
Creo que sería mucho más eficaz la toma de medidas verdaderamente efectivas que tanta publicidad en los telediarios.
Pero claro, vale dinero.
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Estoy completamente de acuerdo. Creo que los medios se pasan con tal de vender.
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Estoy de acuerdo con tus reflexiones pero como puede la justicia condenar a alguien antes de que cometa el delito?
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No se trata de eso; prevención decibélica frente a agresiones ya denunciadas y comprobadas.
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Creo que seria lo mas efectivo, apuntar directamente a la linea de flotacion
Porque condenas revisables y con manutencion asegurada, se ha demostrado que sirven muy poco o nada
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¡Línea de flotación! Me gusta mucho la metáfora. Tomo nota.
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Es una tristeza lo que esta ocurriendo la mujer es una bella flor que un dia nos diò la vida y le debemos el cariño y el respeto.
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Ignoro si en tu medio esda violencia se da en porcentajes parecidos, pero aquí no disminuye con los años ni las medidas al respecto surten el deseable efecto. ¡Hay que ser más contundentes!
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Cuando la víctima ‘no había denunciado malos tratos’ es dudoso que existan medidas factibles ni efectivas. (Que la educación lo resolverá, es un cuento chino; basta ver la epidemiología del fenómeno y cómo aumenta paralelamente la tasa de escolarización.)
Lo que no tiene perdón es que haya una víctima que SÍ había denunciado, porque eso traduce una absurda lenidad con el victimario. Ignoro qué síndrome de Estocolmo nos lleva a lamentar el régimen penitenciario, la dureza de la pena, la distancia de la cárcel, etc, como si el hijoputa fuese más valioso que la muerta.
Sucede, sin embargo (y tengo cercana constancia), que algunas mujeres denuncian FALSOS malos tratos, incluso alentadas por sus letrados, para obtener beneficios en ciertos procedimientos judiciales, de custodia infantil, por ejemplo. ¿Son pocos casos? Quizá, pero si se demuestra que la denuncia fue falsa, la clienta a la cárcel y el letrado, suspendido a perpetuidad.
Quiere decirse que transgredir la ley penal debe ser sancionado duramente. El asesino tiene que ir al trullo -si no más-, hasta que el infierno se congele. El hijoputa -o la hijaputa-, en cualquiera de sus variantes, tiene que ir al trullo hasta que vaya a Eurovisión un cantante que cante medianamente. Y las asociaciones que reclamen una mejora de las condiciones carcelarias, un livio de la pena, un indulto, una matraca idiota de ésas, tienen que ser llamadas al orden: fuera subvenciones, de momento, y vayan pasando por el Supremo, de seguido. Hay que acabar definitivamente con el concepto rosicler de que se puede joder la vida al prójimo y obtener la clemencia debida al alma cándida, pero descarriada.
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No tengo nada que objetar. Y si hay que esperar al representante en Eurovisión, tienen trena para largo…
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es una lacra que debemos de exterminar
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Aunque dudo de que el camino que llevamos termine en éxito.
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