Sobre esta afición -o vicio- de escribir, aunque se trate de un humilde post y habiendo ya renunciado a construir la novela del siglo, de vez en cuando asaltan las preguntas de cajón. Sobre el por qué o el para qué no parece que haya respuestas universalmente aceptadas. Tras haber leído de la pluma de otros las mil y una ocurrencias, se puede estar por lo menos en disposición de salir del paso frente a terceros y, aunque por lo que hace a uno mismo el asunto diste de estar claro, a cierta edad las dudas metafísicas ya no quitan el sueño. Nada de escribir para llorar como Larra o, segun Cioran, por vengarse del mundo. Pero valdrá con repetir la salida inspirada de algún famoso y disfrazarla de cosecha propia: para descubrirse, entender de una vez, evitar ser interrumpido o, según cómo te pillen, para no morir y ahí me las den todas.
Sin embargo, es peor cuando en lugar del porqué, uno se plantea sobre qué como me ha ocurrido hoy y, siquiera por el resto de amor propio que pudiera quedar, renuncias al cómodo plagio. 
No es la primera vez y por eso cuento con algún que otro recurso: libretita donde anotar temas o, en todo caso, acudir a los medios. Pero, hasta el mismísimo gorro de Trump y el debate sobre los indepes, no consigo pista alguna que me satisfaga. Y de meterme en cualquier berenjenal ideológico voy a necesitar dios y ayuda para salir con bien.
He acabado por tranquilizarme tras recordar que, cuando empecé con esto, me propuse no pasar de los tres párrafos y así lo hice constar. Planteamiento, nudo y desenlace como quien dice y ya estoy en el tercero, así que punto y final aunque sin poder evitar una nueva desazón. ¿¿Habré dicho lo mismo cuando el estado de ánimo fuera un calco del de ahora? ¡Encima, el temor a repetirse! A ver si resultará que esto de escribir sin ser requerido a ello no es sino puro masoquismo con variado disfraz… Lo pensaré mejor por si me diera para un próximo post, aunque empiezo a entender el porqué, con estos mimbres, el número de suscriptores al blog no se dispara.
Contar es vivir (te) 
Pues una sugerencia es el conflicto del taxi, cuyos beneficiarios avisan hoy por la radio de que van a sembrar ‘alarma social’. Una persona normal confiaría en que las FSE atemperen esos presagios, dando la leña correspondiente, pero debo de ser anormal, porque no confío en absoluto. Veremos.
No sé cómo está el asunto de los estancos, pero antaño eran concesiones de Franco para las viudas y mutilados de guerra (de su bando, naturalmente). Las farmacias también eran una graciosa concesión monopolística, para familias de farmacéuticos ‘de toda la vida’. Unos y otros alertaban de toda clase de desastres si el tabaco se vendía fuera de los estancos, si las leches infantiles se vendían fuera de las farmacias, si… Todo sería una puta hecatombe, si…
Pues los taxistas, igual. Se han apropiado de unas concesiones, unas licencias, unas exclusividades, unos derechos de pernada, unas mandangas administrativas, y ahora se postulan casi como funcionarios. Unos más que otros, naturalmente, porque la tarta no está repartida por igual, pero es que ahí estriba la ignominia: en que haya una tarta cocinada con el capricho oligopolístico de una ley absurdamente opuesta a la corriente de los tiempos.
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¡Repámpanos! Eso es un post, y no lo mío… Tomo nota del conflicto del taxi para, según y cómo se desarrollen los acontecimientos… El caso es que es buen ejemplo de cómo se defiende la parcela de cada cual y, el que venga detrás, que arree…
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Y bueno…….yo hacía tiempo no me conectaba, clases, ensayos, actuaciones y cosas de ese tipo, no me dejaban tiempo, y ahora que lo tengo, en teoría, pues mi hijo me secuestró el ordenador para su TFG, pues te deseo un feliz verano a ti y los tuyos.
Pondré las neuronas a practicar otras disciplinas para que no se acomoden y volver con mayor porcentaje, o eso dicen…..
Un abrazo
Rosario
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Buen verano, igualmente, y a prepararse para la ola de calor anunciada esta semana. Ya te echaba de menos… En cuanto a las neuronas, no sé si más, pero más gordas con el ejercicio…
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El blog no se dispara porque no es twitter que se arregla con pocos caracteres y a cada día que pasa al «personal» le cuesta leer más de cuatro líneas, y mira que ya se denotaba antes de su existencia: titulares y poco más. Que te ocurra esta inquietud puedo imaginar que es razonable, otra cosa sería que fuese especializado en temas concretos, ya sea filosófico, político y demás. Pero tú nos deleitas con gran variedad de temáticas. Guardé un artículo de hace muchos años que me encantó, donde aparecían diversos escritores y sus razones por la que escribían. Umberto Ecco solo contestó: porque le gustaba. :).
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Pues muy de acuerdo con Umberto; cosa distinta sería el averiguar por qué gusta sentarse a ver qué saldrá esta vez… Y como gusta, los lectores son asunto secundario, pero, ¡mira que si finalmente escribes sólo para ti mismo! Incluso así, seguramente muchos lo seguiríamos haciendo. ¡Hay que ver! Un abrazo
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Esa respuesta era unánime en todos los que aparecían en el artículo. El creador nace, y lo he constatado con personitas y personas que me han rodeado. Otro enorme de vuelta.
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