Desde hace décadas, advertir sobre los riesgos que para la salud supone el consumo de tabaco se ha convertido casi en tema monográfico por lo que hace a las campañas de prevención y, sin restar por supuesto importancia al tema, se diría que la decidida voluntad (jugosos impuestos aparte y por ello estancos al alcance de todos) por intentar frenar dicho hábito menoscaba la información sobre otras cuestiones que debieran, por los riesgos que entrañan, ser difundidas con similar énfasis en aras de esa profilaxis que se persigue.
Es el caso de la obesidad, cuya incidencia en la población mundial se ha triplicado durante los últimos 40 años y es hoy responsable de tantas muertes como las atribuidas a los cigarrillos (¡y ni les cuento si coexisten sobrepeso e inhalación!). 
En España, un 30% de sus habitantes son obesos (el 40% en USA), se hallan afectados un 18-20% de niños y, más allá de que, según afirmara Josep Pla, lo que más gusta a los hombres es el vino dulce y las mujeres gordas, de seguir ambos sexos, en todas las edades y por razones varias, acumulando lorzas, el sobrepeso podría convertirse en la principal causa prevenible de cáncer, superando al riesgo que comporta el tabaco, para cuyo abandono puede optarse hoy y entre otras medidas por el cigarrillo electrónico el cual, y aunque – aún a falta de estudios prospectivos con el suficiente seguimiento- se apunta que pudiera ser hasta un 95% menos nocivo que el tradicional, no se ha librado, por extensión, de igual anatema y ambos, vapeo y humo de tabaco, condenados con mayor determinación de la que se aplica respecto a la gordura.
Lo mismo podría decirse respecto la difusión de pornografía en las redes sociales (las manadas de violadores podrían ser una de las consecuencias) o, por no seguir, de las «terapias alternativas»: supuestos remedios (hierbas varias, homeopatía, acupuntura…) sin refrendo alguno y que, sin embargo, pueden comprometer la curación (sería el caso de los cánceres) cuando sustituyen al tratamiento científico convencional. Pues bien: el 52% de la población sigue creyendo en este país que la homeopatía es útil. Tal dislate que, en noviembre del pasado año, el ministro Pedro Duque presentó oficialmente el «Plan de protección de la salud frente a las pseudoterapias» aunque, desde entonces, poco haya vuelto a saberse de su aplicación y eventuales resultados. 
A día de hoy seguimos leyendo opiniones sin fundamento sobre la medicina que algunos llaman con desprecio «convencional», y continúa sirviéndose demasiada «comida basura» en los colegios, sin que importen los kilos de más, mientras se sigue empeñados, casi en exclusiva cuando de salud se trata, en combatir tabaquismo y sucedáneos. Con razones objetivas -o menos en el caso del e-cigarrillo-, naturalmente, pero no vendría mal ampliar y diversificar la información, incluyendo otros factores de comprobado riesgo. Porque en la prevención hay bastante más que el humo, aunque se diría que este ha oscurecido y nublado otras muchas, y comprobadas, amenazas para la vida.
Contar es vivir (te) 
Yo debo decir que el tabaco destrozó a mi familia. Se que suena muy drástico pero fué asi.
En los años sesenta setenta aun no se conocía demasiado la enfermedad que debido al tabaquismo agudo contrajo mi madre y erroneamente se le diagnostico una tuberculosis, 2 años sin poder besar a tu madre y unos tratamiento agresivo de cortisona le hicieron pasar de 60 a 90 kilos siendo una persona con el corazón algo tocado, no fue lo mejor precisamente.
Al no mejorar en absoluto, se busco otra opinión y el que en ese momento era el director del H. Provincial le diagnostico una bronquiactasis.Otra enfermedad totalmente diferente, no contagiosa, muy desagradable para los que estábamos alrededor, cuando tenia recaídas, y las tenía pues el tabaco es adictivo y no dejaba de fumar.
Cuando hoy en día veo alguien fumando, creo que las fotos de pulmones ennegrecidos no sirven para nada, quizá lo que serviría es que cuidasen a pacientes con enfermedades derivadas del tabaquismo, con la visión y los olores que generan estas dolencias desistirían unos cuantos del vicio.
Me gustaMe gusta
Rosario: una experiencia aleccionadora… Un abrazo
Me gustaMe gusta
A dia de hoy,estamos viviendo en un mundo contaminado de todo,seguimos unos patrones tan nocivos para nuestra salud.En los años sesenta los niños no tenían tablet,ni movil,sino que salían a jugar por la calle,nosotras niñas no parabamos,cuerda,corriendo,etc etc.Ahora nada nada es asi,ordenador ,comida basura,coche,y hay tanta obesidad,cuando yo era niña casi todas estábamos delgadas.Y hablando de tabaco,mi vida a cambiado mucho,y lo puedo atribuir al tabaco,ya que desde la muerte de mi marido,con cancer de pulmón y gran fumador,no se si la medicina alternativa,le hubiera ayudado mucho,peró la convencional tampoco,ya que no pudo aguantar la sexta quimio y murió.Por eso las cajetillas con estas fotos tremendas me dan escalofrios.Un gran abrazo D.Gustavo.
Me gustaMe gusta
Igualmente, Cati. Siento mucho lo que me cuentas…
Me gustaMe gusta
El tabaco nos lo pusieron fácil hace muchos años, y caer en la adicción resultó apabullante, cómo es mi caso. Estoy de acuerdo rotundamente con lo que expresas, y no reprocho el que se siga haciendo hincapié en el riesgo del tabaquismo, pero siempre rechazo el que no pueda fumar en espacios abiertos, cuando al lado la contaminación del tráfico, está ahí…Toma coherencia!!. He sido siempre muy respetuosa con los no fumadores, que conste.
En cuanto a la obesidad, recuerdo lo que nos costó en el cole de mi hijo conseguir que no se vendiese productos como los bollicaos, y conseguir que fuese la fruta una merienda fija un día a la semana.
Sobre la medicina alternativa, ya lo comentamos en otra ocasión, y no tengo noticias sobre estadísticas de estudios de mortandad, aunque sí creo que desde el Ministerio se realice acciones, especialmente por las posibles estafas que existen. Por poner un ejemplo, el conocido Josep Pàmies, que hace unos meses saltó a las noticias su peligrosos métodos alternativos para el cáncer.
Muchos riesgos más nos faltan por comentar…Besosssssssss
Me gustaMe gusta
Riesgos a docenas… Ya irán saliendo. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Creo firmememte que cualquier hábito es nocivo para la salud, aunque cuando alguién lo padece le resta importancia, sin tener en cuenta el perjuicio que supone a quienes le rodean, y si quién lo tiene no pone interes en dejarlo y aumentando su consumo con el tiempo. Sin tener en cuenta si en su entorno hay niñis o personas con problemas respiratorios y/o asmaticos, gestante ,s o simplemente personas que les molesta. No solo el perjuicio para la propia salud del que lo disfruta..
Solo ampliar que como cualquier tema que desmenuzas ..lo haces de forma impecable…y eso nos gusta y aprendemos a valorar el buén hacer…mi admiración y respeto para ti .un abrazo
Me gustaMe gusta
Cati: omnipresente para mi satisfacción. Veremos si consigo en el futuro seguir despertando tu interés… Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Omnipresente ,,,para nada no me he perdido ningún relato, en ocasiones hay circunstancias que no vienen al caso en que no me ha sido posible, y tenia ganas de haber participado de tu escrito sobre » el estar aquí por azar » la tenia mentalmente muy apropiada ya que yo también estoy aqui por » azar » pero con tintes muy diferentes aunque similares, no tienes que conseguir nada puesto que mi atención, admiración e interés ya lo tienes ,,, gracias por tú siempre amables palabras,,
Me gustaLe gusta a 2 personas
Sencillamente por situaciones que no comentaré me tuve que desplazar, y también después de algunos problemas con el ordenador, ya tengo uno nuevo, espero que no me pierda ningún,relato, que siento no tenerlos,, un saludo y mis disculpas
Me gustaMe gusta
Me temo que el bueno de Pla si tuviera que reescribir lo ya escrito en su momento se lo pensaría dos veces antes de hacerlo. Aquello del vino dulce y las mujeres gordas quedó en la noche de los tiempos, cuando se vivía más despacio, se paladeaba como toca, y se tocaba como correspondía. Cuando el tiempo era tiempo y había que colmarlo con realidades con fundamento que diría Armiñano.
Con relación a las campañas y a los frentes le doy toda la razón sobre su importancia, pero siempre he percibido un mayor énfasis por la Administración en la connotación bélica de ambos términos.
La administración siempre ve en el administrado un potencial enemigo, incluso cuando hay que salvarlo de sí mismo, al que hay que doblegar y someter; de ahí la campaña como imposición, obligación, nada de concienciación, y mucho más de sanción. Y lo del frente está también claro. Fija sus propios objetivos, sus plazos y sálvese el que pueda.
¿Pero realmente todas esas campañas responden a criterios serios, contrastados y beneficiosos para los más, o, por el contrario, están más motivadas por muchas otras razones cuanto menos cuestionables? No lo tengo muy claro. Se empezó por la caña de azúcar, elemento esencial en la economía cubana, y se llegó hasta al mismísimo Nestlé, si no recuerdo mal. Y han sido tantas las noticias desestabilizadoras y confusas que han creado un caldo de cultivo propicio al escepticismo, formando ya parte de nuestro ADN la duda y el recelo.
Por último, ¿medicina convencional, alternativa, técnicas curativas ancestrales? Ni idea. En mi opinión la que dé al ser humano un mínimo de esperanza y si lo mata que sea con el menor sufrimiento. ¿No le parece?
Me gustaLe gusta a 1 persona
Lo de las connotaciones bélicas de las campañas me gusta mucho y daría para un nuevo enfoque, ¿no? En cuanto a su inspiración, sí creo que subyace en ellas, entre otras cosas, el interés por preservar la salud. Cosa distinta es su diseño, eficiencia de medios… y de eso habría mucho que decir.
Me gustaMe gusta