LA R.A.E.: ¿AL RINCÓN DE PENSAR?

a   Las palabras son nuestro tesoro; el de cada comunidad idiomática y, en consecuencia, su mimoso cuidado se supone prioritario entre quienes han hecho profesión del lenguaje. En dicha línea, parece obvio que el Diccionario de la Real Academia Española (R.A.E.), cuya primera versión data de 1780, debe ser periódicamente revisado y actualizado tanto en lo que hace a normativa gramatical como a la incorporación de vocablos que traen consigo los nuevos tiempos. No obstante, y en las últimas directrices dictadas por los responsables, algunos hemos advertido lo que podríamos tildar de excesiva manga ancha, con decisiones más que cuestionables y que, en mi criterio y de otros, no contribuyen a enriquecer el idioma, por lo que la gramática como fuente de esperanza, al decir de Steiner, no pasaría de un deseo sin visos de concreción. Me explicaré.

La asunción formal de palabras hasta aquí escuchadas o leídas con sorna, se antoja de todo punto innecesaria. Las almóndigastoballas, moniatos, madalenas o setiembres no debieran, como otras muchas, incorporarse a nuestro acerbo porque no añaden matiz alguno y son simples ganas de hacerse con todo basándose en criterios más que cuestionables.  a 1E igual ocurre con esa plétora de extranjerismos –desde el show al speech, bullyings o spoilers– para los que en su mayoría disponemos de equivalentes en castellano, de modo que los sobrevenidos no aportan ventaja sustancial alguna como no sea hacer del spanglish la lengua que espera en el porvenir de seiscientos y pico millones de hispanohablantes.

 

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En cuanto a los acentos, abogar por la supresión de algunos, se trate de palabras monosílabas o algunos con función diacrítica, puede en ocasiones traicionar el pensamiento. Sería el caso de riodi (dar o decir) o la eliminación en el caso de «sólo» cuando equivale a «solamente«. a 2Con tales mimbres, al leer  por ejemplo «Voy solo al cine» podemos quedar en la duda de si se trata de acudir sin compañía o es la única afición, y si «Solo hasta mañana», ¿un intervalo corto o bien sin nadie con quien pasar la noche? Sin embargo, y de mediar acento, no sería preciso responder a los interrogantes a través del contexto. En resumen: que en ocasiones las viejas reglas tienen su razón de ser, que la intención de ponerse al día no pasa necesariamente por hacer tabla rasa y, en el actual escenario, creo que Pablo Neruda, de vivir hoy, se lo pensaría dos veces antes de escribir su «Oda al diccionario».

Acerca de Gustavo Catalán

Licenciado y Doctor en medicina. Especialista en oncología (cáncer de mama). Columnista de opinión durante 21 años, los domingos, en "Diario de Mallorca". Colaborador en la revista de Los Ángeles "Palabra abierta" y otros medios digitales. Escritor. Blog: "Contar es vivir (te)" en: gustavocatalan.wordpress.com
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13 respuestas a LA R.A.E.: ¿AL RINCÓN DE PENSAR?

  1. Rosa Mateos dijo:

    Gracias Gustavo, muy buena entrada. ¿Qué me dices de los pronombres demostrativos? Que ahora no llevan tilde. Con lo que nos costó entenderlo…. Un abrazo.

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  2. Anónimo dijo:

    Y muchas cuestiones que deberían plantearse los responsables que no sé si lo tienen claro… Un abrazo.

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  3. Soy Gustavo; no sé por qué se me etiqueta de anónimo…

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  4. zfir dijo:

    Muy de acuerdo en cuanto a las tildes, especialmente las diacríticas, que seguramente se abandonan en la normativa plegándose a la indolencia general (o a una alfabetización incompleta, también general…)
    No tan de acuerdo en cuanto a los vocablos. Algunos ejemplos que citas son palabras que desde hace mucho se pronuncian mal (mi madre, recuerdo, decía «almóndigas», pese a ser una grandísima lectora y hablar en general muy correctamente…) o que se incorporan como préstamos de otras lenguas, aunque no siempre necesarios. Respecto a estos últimos, hoy sobre todo del inglés; otrora del griego, del árabe, del francés… A mi modo de ver, resulta poco justificable que se utilice un barbarismo cuando el castellano (o, el catalán, pongamos por caso) disponen de sus equivalentes propios; sin embargo, las dinámicas del uso popular, del ámbito socioeconómico, científico, político, etc, apenas sujetas a los dictámenes de la RAE (por cierto, el inglés no posee institución pareja, pese a la importancia mundial de este idioma) es la que finalmente consagra los vocablos, aunque la Academia cante misa. Y así, aunque exista equivalente válido, la mayoría seguirá prefiriendo, estoy seguro, fútbol, en lugar de balompié; amateur en vez de aficionado; dossier, y no informe; cúter, mejor que cortador; selfi, antes que autorretrato; hobbie, sobre afición, etc. etc.

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  5. El proceso, opino contigo, es de difícil si no imposible control aunque a mi juicio el idioma, cualquiera, no gane nada con ello sino todo lo contrario. Y una de las funciones de la Academia es –o debiera serlo– la de esforzarse hasta donde le sea posible en preservarlo de la contaminación. Aunque solo (con acento, pese a lo que ellos digan) fuese para que, quien quiera, pudiera disponer de un referente…

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  6. Pilar Bonilla dijo:

    Leí un artículo que hablaba de la batalla perdida en cuestión de los acentos que comentáis, precisamente por lo que escribes, la confusión que genera.
    Apuntar dos cosas: la primera decir que la expresión que utilizas del rincón de pensar me encantó cuando la descubrí, por considerarla brillante…ya me gustaría haber podido utilizarla cuando mi hijo tenía que recibir su ración de autoridad.
    La otra, ya que has utilizado una viñeta del gran Forges, es decir cómo me encantaban sus «forgendros», que he utilizado y utilizo.
    Gensanta!! dichosa R.A.E.

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  7. Forges era todo un referente… Un abrazo. Y seguiremos comentando antes de que, a cualquiera de los dos, alguien nos mande al rincón de pensar.

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  8. Pilar Bonilla dijo:

    Seguiremos, y me temo que no necesitamos que nos manden si seguimos observándonos “tontérrimos”, allí nos vamos de vez en cuando ¿no?. Muaskk

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  9. Cati Colom Llado dijo:

    Muchos de los que hemos estudiado el lenguaje en nuestro precioso tiempo de estudiantes,tendremos que volver al rincón de pensar, ya que La Real Academia Española,con vocablos que quizás no aporten demasiado,ni los banales acentos.Como las palabritas escritas en ingles ,todo un trasvieso muy cuestionable.Un saludo.

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  10. Rosario Ferrà dijo:

    Con lo de los acentos y sus cambios sucede como con las nuevas normativas de cualquier índole, que cuando las has entendido y aprendido, van y te las cambian.
    Lo que peor llevo es escribir en teclado, pues ahí si que me dejo un montón, algo que no me pasa cuando escribo sobre papel, y como para fiarse del corrector del ordenador que si por el fuera……..
    Pero como en todas partes cuecen habas( no ha de servir de consuelo) es como cuando en el alemán decidieron que algunas de las palabras que se escribian con ph ahora pasaran a ser con
    f, para la gente mayor un caos total, toda su vida ph y de repente, solo algunas cambian, ¿en serio? ¿será una metodología para protegerse de la perdida de memoria?

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  11. No conozco el alemán pero, si siguen en la tónica de la RAE, van listos…

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  12. No tengo clara ni siquiera mi propia opinión.
    Entiendo que una lengua es un vehículo de comunicación, de entendimiento y de relación, y como tal tendría que ser muy cercana a quienes la utilizan con dicha pretensión. Y si es así, es lógico que la Real Academia vaya seleccionando vocablos nuevos y usuales que van surgiendo en lo cotidiano.
    Pero no podemos desconocer, por otra parte, que también es el medio de expresión de una cultura, y de una cultura universal y milenaria que se puede y se debe enriquecer, pero no vulgarizar o desvirtuar graciosamente.
    ¿Qué necesidad hay de incorporar anglicismos que en nada enriquecen nuestra lengua? Ah¡, porque son usados habitualmente. ¿Pero por puro esnobismo (caray, ya me he caído con todo el equipo) de quien o quienes los usan o porque carecemos de una palabra equivalente en nuestra propia lengua? Y qué decir de las palabras que se admiten porque un montón de indocumentados las utilizan indebidamente. También a nuestros hijos pequeños les enseñamos a hacer sus necesidades donde toca y no encima. ¿No le parece?
    De los acentos, de la ortografía y de los signos de puntuación mejor no hablar. Si nuestros universitarios están como están, ¿cómo podríamos pedirles a los menos favorecidos por la cultura un mayor esfuerzo?

    En cuanto puedo cito a Cortazar cuando hacía mención a la importancia de una simple coma, y escribía la siguiente frase sin puntuación alguna: “Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría en cuatro patas en su búsqueda.” Seguidamente se preguntaba dónde debiera ponerse la coma, y respondía: si fuera mujer, pondría la coma, seguro, después de la palabra “mujer”, y si fuera hombre, detrás del verbo “tiene”. Y no es broma.
    Si leemos poco, que leemos poco, y además tenemos que adivinar en ese ¡todo está permitido¡ qué quiso decir quien lo escribió, estaríamos más listo de lo que solemos estarlo; y lo de listo no como sinónimo de inteligencia.
    Bueno, como le decía, ni lo tengo claro, ni soy quién para rectificar a los de la Real.

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  13. Me han gustado mucho sus reflexiones con las que estoy, salvando algún matiz, básicamente de acuerdo. Y ni le digo por lo que hace a la coma de Cortazar…

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