¡ME HA ATRAPADO SEGISMUNDO!

Me refiero a otro que al príncipe de ese nombre en la obra de Calderón. Llaman síndrome del tal, cuando asalta repetidamente el miedo a no recordar y es lo que creo me está sucediendo, con una memoria renqueante y necesitada de alguna cataplasma para la cabeza si pudiera hacerme con ella sin llamar la atención. ¿Qué iba a hacer? ¡Ah, sí, cambiarme los calcetines! El bar aquel, frente a la farmacia de la esquina, ¿Cómo se llama? El marido de Ana Belén, el cantante… Sí, mujer: Víctor no sé qué. El que ha pasado me acaba de saludar y ni idea de quién es o, por no seguir, aquella amiga tuya tan graciosa, con el pelo rizado… ¿sabes a la que me refiero? El caso es que se trata de una de las cosas que, junto a las arrugas o el dolor de espalda, evidencia que los años no pasan sin dejar huella y si, como dijera Emilio Lledó (¡me he acordado!), ser es, esencialmente, ser memoria, me temo que muchos de mi quinta vamos camino de dejar de ser por mor del maldito Segismundo, así que no queda otra que reivindicar la posibilidad de robotizarse a petición propia, aunque sin cambiar de aspecto para poder reconocer al que te mire desde el espejo del baño. Modificar tal vez el móvil y reducir su tamaño, de modo que pudiera insertarse en algún lóbulo cerebral y la pregunta a la maquinita no precisara de verbalización ni teclado; como una transmisión del pensamiento, vaya. ¿No dicen que ocurre a veces ese intercambio mental? De ser así, ¿por qué no a voluntad, y con una Wikipedia ampliada en el artilugio, como destinataria?

El tema provoca cierta inquietud y es que, de seguir en este trance y conforme avance en edad, llegaré a olvidar incluso los olvidos, transformado en quién sabe qué residuo carnal sin complejo alguno. Sin embargo, de momento me las arreglo –espero que me entiendan quienes se ven en las mismas- porque, además, cuando cogido a contrapié, siempre puedo salir del paso con alguna muletilla de esas que recuerdo (¡albricias!) por oírsela cada día a cualquier político y hablando de lo que sea. Evidentemente. Como no podría ser de otra manera. ¿Se dan cuén? (por cierto; ¿cómo se llamaba el que lo decía mientras caminaba a pasitos cortos?) 

Acerca de Gustavo Catalán

Licenciado y Doctor en medicina. Especialista en oncología (cáncer de mama). Columnista de opinión durante 21 años, los domingos, en "Diario de Mallorca". Colaborador en la revista de Los Ángeles "Palabra abierta" y otros medios digitales. Escritor. Blog: "Contar es vivir (te)" en: gustavocatalan.wordpress.com
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8 respuestas a ¡ME HA ATRAPADO SEGISMUNDO!

  1. drlopezvega dijo:

    Incomprensiblemente, la autoridad (la fiscal, sobre todo) es reacia a admitir que el dichoso papel no se presentó por culpa de un simple olvido. Con cruel automatismo, del todo ajeno a la compasión y a la mera observación clínica, tacha de fraude a la desmemoria. Lo cual que una reivindicación sindical debería ser el derecho a olvidar, coño; que no sería más que el puro reconocimiento de lo que pasa en términos fisiológicos.

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  2. Efectivamente. Es urgente escribir al Ministerio correspondiente. Si no nos olvidamos…

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  3. birgitta dijo:

    Eso es ..recordar lo que importa.. y lo que no también.. pero nunca en el momento que hace falta.. ir y venir por la casa sin recordar a que iba, y buscar en la memoria lo que tienes en la punta de la lengua..es pan de cada dia y nada nuevo..pero apuntar lo que te espera es cosa muy útil.. para que parezca que lo tengo todo bajo control.. y si no, consultar los SMS ..que a veces ni me acuerdo ..alarma programado?

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  4. Pilar Bonilla dijo:

    Oye, pues a mi con tu artículo has conseguido que aparezca el «…qué es la vida?, un frenesí», qué tanto hizo una profesora de literatura para que lo supiéramos sí o si.
    En cuanto a los olvidos, me sumo. Hay uno que me revienta especialmente: abrir la nevera y quedarme en blanco sin saber que hago ahí delante, por eso del gasto energético. Quedarse en babia no sólo al hacernos mayores, o por lo menos a mi me ha ocurrido desde que tengo uso de razón.

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  5. Cati Colom Lladó dijo:

    Creo que ese Segismundo…..Cuantas veces decir me han dicho cual o tal cosa y no saber quien me lo ha dicho,me rompo el coco pensando y nada, cuánto más pienso peor,lo dejo ir,buscar las gafas por todo y llevarlas en la cabeza.Los años no nos perdonan nada,pero siempre intentar llegar a la felicidad siempre que se pueda,un gran saludo D.Gustavo.

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  6. catigallardo dijo:

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  7. catigallardo dijo:

    Me uno a los diversos comentarios y sobre todo a la alusión que hace nuestro admirado Gustavo, es irremediable, que el chivato del tiempo aparezca por alguna parte, ya sea con molestias más o menos molestas y de poco dolor. como la fatal desmemoria, a quién no le ocurre? sin salir de casa perder documentos oficiales los cuales reflejan quienes somos ? y que no aparecen por ningún rincón o escondrijo, y estropear unas vacaciones ya previstas para dos dìas después? no se si es por esa desmemoria, pero que torpes parece guardar con esmero y luego las consecuencias que acarrea teniendo plena conciencia de que algo falla aunque te veas bien y poca molestia,( pero esos descuidos te vienen a recordar que ya no recuerdas ) cosas sin importancia pero como molesta ,,,,y mas empeño se pone en recordar menos acierto .., casi lo cambiarias por ese incipiente dolor de espalda, pero como todo esos achaques nos vienen a recordar como el calendario avanza con agilidad, y por esa causa hay que apurar los momentos bonitos, ahora que con ciertos olvidos aún se pueden recordar ….

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