LA SEQUÍA PODRÍA EXTENDERSE AL ALMA

                        Como contrapunto, verdores y el aire fresco; sugerentes rumores de una corriente líquida o reflejos de luz sobre el cristal de las aguas. A su vista, la estimulante evidencia de vidas en auge y, con buen tiempo, el placer de una inmersión. Agitación, espuma u ondas como anticipo de la ulterior serenidad. Saltos o remansos pero nunca vuelta atrás. Imágenes de espejo, claridad, destellos o misteriosas sombras… De estos modos remedan los ríos, cataratas y lagos, lo que quisiéramos para nuestro devenir y, en mi caso, me resisto a olvidar algunos escenarios con el líquido elemento, sonoro o silencioso, como protagonista.

                           El chorro cayendo por mano del hombre en la Font del Raig o, ajeno a intervención humana, el Salt del Grill, ambos en el pueblo de Queralbs donde transcurrió buena parte de mi infancia. El río Freser al fondo del valle; el Ter, en la capital de la provincia duplicando, para hechizo del transeúnte, las fachadas de sus inmediaciones, o el lago de Banyoles, testigo de los encuentros de entonces con mi entrañable amigo. Ya en la isla donde vivo, el torrente de Esporles procura hierba para los asnos, pero no puedo obviar, tiempo atrás, el río Fluviá, en las cercanías de Figueres y junto al que en alguna ocasión acampé con mi hermano, alimentándonos de lo que cazábamos. En cuanto a cataratas, tras visitarlas han terminado por formar parte de mis recuerdos más recurrentes, desde Les Escaules, donde una pequeña cascada junto a la terraza del restaurante en el que cenábamos con mi padre décadas atrás propició una dolorosa nostalgia, a las famosas que me encandilaron y no mencionaré por sobradamente conocidas.

                           No canto lo que perdí, como reza el poema de Ángel González, sino un mundo que corre el riesgo de quedar seco. Sin agua, fuente de vida también para el alma, el crecimiento, tanto del entorno como en el propio interior, se vería definitivamente detenido y la memoria convertida en almacén de pesadumbres.

           La lluvia se hace esperar, / progresa la sequía, / y con ella se duele / esta alma mía.

           Sin agua que ver, beber o surcar,/ no es posible avanzar.

           Finalmente, / desaparecidas las añoradas gotas

           por sobre los rastrojos,

           acabarán por faltarnos incluso lágrimas,

           para ser también nosotros

           a través de los ojos.

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About Gustavo Catalán

Licenciado y Doctor en medicina. Especialista en oncología (cáncer de mama). Columnista de opinión durante 21 años, los domingos, en "Diario de Mallorca". Colaborador en la revista de Los Ángeles "Palabra abierta" y otros medios digitales. Escritor. Blog: "Contar es vivir (te)" en: gustavocatalan.wordpress.com
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5 Responses to LA SEQUÍA PODRÍA EXTENDERSE AL ALMA

  1. Avatar de Desconocido Anónimo dice:

    Estimado Gustavo!
    No es dificil encontrarme con mis pensamientos en tus palabras .. gracias y hasta que la lluvia.. como la mana .. nos sorprenda .. de que nos lamentaremos??

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  2. Avatar de Volfredo Volfredo dice:

    Eso sería terrible, las sequías del alma suelen ser mucho más dramáticas, poesía aparte. Feliz inicio de semana.

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  3. Volfredo: ¡igualmente! ¡Y que llueva, que llueva, la virgen de la cueva…!

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  4. Avatar de Desconocido Anónimo dice:

    Don Gustavo,tiene mucha razón,no sé que va a pasar con tan poca lluvia,muy triste con esta sequia que creo según comentarios que por ahora no nos dejará.Peró la sequia del alma tiene que ser fatal.

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