La pareja, él inglés y ella española, cogidos de la mano mientras transitaban por las calles de su ciudad, se dieron a comentar sobre el idioma del otro/a. Llevaban tiempo juntos y sin embargo, aún andaban en dificultades léxicas si habían de expresarse en lengua distinta a la propia.
-¡Mira que decir en inglés que un caballo está afónico, se las trae! Afortunadamente, no tenemos cuadrúpedos en casa a excepción del perro. The horse is hoarse. No hay modo de distinguir una palabra de la otra al escucharlas. Y nombráis igual al ciego que a una persiana: Blind. Por eso intento que hablemos en castellano. Te empeñas – le respondió él – porque no te paras a pensar que yo ando absent minded… cómo es… despistado, eso, cuando oigo según qué y prefiero … qué decís… pasar, eso.
Y mira, ya que paseamos, vayamos a eso a ver si así dejas de quejarte. Paso al andar o que me da igual, ¿no? Peso es Weight, y también lo que se pone en la balanza o una moneda de no sé dónde…
– Has sacado lo del peso porque me he puesto encima kilos de más, pero sí – aceptó su mujer –, puede que también lleves tu parte de razón. Ahora piso la calle antes de volver al piso, sí, y pasa es una uva seca, o entra… Pero no me digas que en tu país habéis encontrado mejores soluciones.
-Bueno, nunca me ha cruzado eso la mente, pero dejemos el subject – el tema, corrigió ella – porque de seguir así nos pelearemos. ¡Mira que escultura! ¿Te pones delante y tomo, hago, una foto?
– Espera, que tenemos aquí al lado una farmacia. Paso, me peso y luego poso…
-El que queda en el café cuando se enfría, ¿no?
Al salir y tras guardarse él la cámara, al bar para un par de cafés aún calientes, sin poso, y un pis. Pusieron sus diferencias a buen recaudo y decidieron dejar a un lado en el futuro la discusión sobre paronimias o polisemias porque, como dijera Freud, las palabras pueden hacer feliz o llevar a la desesperación.
Desde aquel día, se propusieron estudiar ambos un tercer idioma como definitivo nexo de unión. Me queda por averiguar si finalmente lo habrán conseguido o seguirán todavía dándole a la sin hueso. A la tongue, no vaya a ser que él fuera a leer el post.
