LOS FRAUDES SANITARIOS, A LA ORDEN DEL DÍA

En estos días vuelve a ser noticia el Bio-Bac, sólo la punta de un iceberg que merecería más atención legal por lo que supone de amenaza para una ciudadanía falta en su mayoría de la adecuada información sanitaria. Medicinas alternativas 4Hará ya doce años que esa «Fórmula Magistral» elaborada en Córdoba, fue proscrita por la Agencia Española del Medicamento (AEM) y retirada del mercado. Ahora se enjuicia, entre otros, a un médico que la prescribía, aunque yo mismo denuncié en prensa (18-11-2002) a otro colega, Pedro Sub…, implicado en el fraude y que trató a enfermos de cáncer con dicha pócima, como él mismo manifestaba, orgulloso. Pero ancha es Castilla, e incluso tras la prohibición, manifestaron su desacuerdo con la misma la Asociación «El Defensor del Paciente» o el ex-ministro de Sanidad de la extinta UCD, Enrique Sánchez de León (defensor de Rafael Chacón, principal implicado en el escándalo), que acusó al Ministerio de «Posiciones dogmáticas y prepotentes, porque respecto a la eficacia del producto hay numerosos prejuicios». ¡Como para dar crédito a Ministros y Asociaciones!

Bastará con que escuchen ustedes los anuncios, con talante crítico, y se percatarán de las mentiras que nos venden con la anuencia de los poderes públicos, más atentos a intervenir penalmente sobre los comentarios en twitter o reprimir las protestas callejeras, tengan o no razón, mientras que determinadas afirmaciones que son verdaderas amenazas para la salud, gozan de bula. Medicina alternativa 1«Discovery Salud», un infumable panfleto que es accesible por Internet, puede difundir cualquier barbaridad sin censura alguna. Y por lo que respecta a algunas instituciones oficiales, deberían cuidar su imagen con mayor esmero y no prestarse a avalar lo que cualquiera, con dos dedos de frente, rechazaría. medicinas alternativas 3Así sucedió con el PF2, un jarabe sin aval científico alguno aunque fue publicitado por el propio Colegio de Médicos -que cedió su sede- como de acción antitumoral. Y al poco retirado por la AEM. Un nuevo timo.

¿Y recuerdan a Antonio Brú, el «Nuevo Galileo» como lo llamó alguien? Se trata de un profesor de matemáticas metido a curandero tras asegurar que los Factores Estimulantes de Colonias, a dosis elevadas, podían curar el cáncer. Medicinas alternativas 5En consecuencia, ya tienen la centralita de su Centro colapsada por las llamadas de enfermos y familiares, en espera de un tratamiento que no funcionó. Pero en el ínterin, la demagogia habitual, y que «Si la jerarquía sanitaria dominante tuviera realmente luces para comprender…», mientras, a un tiempo, la misma revista recomendaba ingerir «hongos de sol», administrarse lavativas de café o aplicarse bioelectricidad. Se trata en suma de un ámbito en que la propaganda debería examinarse con lupa en tanto no se ofrezcan datos objetivos y reproducibles. Pero no sucede así, y reconocer el engaño a toro pasado, diez o doce años después, supone haber puesto en juego la vida de muchos enfermos, algunos de los cuales pueden haber muerto por mor del negocio de unos desaprensivos si no algo peor.

Acerca de Gustavo Catalán

Licenciado y Doctor en medicina. Especialista en oncología (cáncer de mama). Columnista de opinión durante 21 años, los domingos, en "Diario de Mallorca". Colaborador en la revista de Los Ángeles "Palabra abierta" y otros medios digitales. Escritor. Blog: "Contar es vivir (te)" en: gustavocatalan.wordpress.com
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9 respuestas a LOS FRAUDES SANITARIOS, A LA ORDEN DEL DÍA

  1. drlopezvega dijo:

    Las autoridades, como es natural, solo pueden adherirse al principio de autoridad. En materia científica, las observaciones aquilatadas por los métodos de investigación aceptados. En materia jurídica, las disposiciones textuales que manejan los tribunales.

    El problema es que muchos asuntos flotan en otras esferas (incluida, sin ir más lejos, la blogosfera). ¿Quién le pone freno a la difusión de «opiniones», quién ataja la «esperanza» de quien acude al curandero, por más peregrino que parezca su consejo?

    Paradójicamente, los homínidos europeos suelen pedir Leyes. Que la Ley diga, que estipule, que ordene, que conmine, que prohíba, que… Luego, cuando se percatan de que la Ley puede asfixiarte, y de que la Ley se incumple, muchas veces sin consecuencias graves, empiezan a renegar de ella. Tanto código, tanta chorrada… ¡Que nos dejen en paz!

    No hay carta de navegación fidedigna. A la espantosa galerna le sigue la extenuante calma chicha. Y de fondo, la demagogia, esa compañera de viaje que nunca falta. ¿Quién se acuerda del niño cuyos padres exigían esa enzima milagrosa que viene de Boston al precio de 70 armadas invencibles? ¿Alguien sabe qué ocurrió? Nunca hay experiencia de la que aprender ni cabeza en la que escarmentar.

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  2. Entre la angustia y la quimera, supongo…

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  3. Mónica dijo:

    Yo me pregunto: ¿Cómo puede creerse alguien que un medicamento pueda curar el cáncer, el SIDA, la artritis, y la hepatitis?. ¡Entonces no existirían!.
    ¿Qué ética o profesionalidad pueden tener el profesional sanitario que la prescribe, dispensa (son sin receta, claro), defiende o publicita?. (No voy a entrar si médico, farmacéutico u otros, por si acaso).

    La evidencia científica es uno de los pilares en los que se asienta la medicina: los medicamentos deben demostrar su eficacia y seguridad, a través de ensayos clínicos. ¿Cómo es posible entonces que se puedan encontrar este tipo de pseudo-fármacos?.
    Aquí se ve de qué van nuestros gobernantes que permiten la venta libre de este tipo de sustancias. Y me parece flagrante es que cada vez veo más publicidad de ellas, incluso en televisión, y en canales públicos. Y que instituciones como colegios médicos o asociaciones científicas avalen que tal producto (alimento o medicamento) es beneficioso para su salud y la de su hijo, señora, que en el supermercado ya hay varios de estos.

    Y ojo, que no todos son inocuos. Recuerdo unos comprimidos de hipoclorito cálcico (paciente de una colega tuya, Gustavo) que le provocó una esofagitis. Además, cuidado con muchos “productos naturales”; hay que vigilar muy de cerca las interacciones que presentan con medicamentos utilizados para tratar cáncer. Ésta es una parte cada vez más importante de mi trabajo, por su volumen, trascendencia y dificultad en identificar determinados “remedios”.

    Es asqueroso e inmoral aprovecharse así de los pacientes con enfermedades graves, de la desinformación o falta de cultura de mucha gente, y sobre todo de la debilidad y falta de ánimo en que se cae (paciente y familiar) cuando se tiene una enfermedad de esta índole.

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  4. drlopezvega dijo:

    No veo yo lo gordo en la miseria deontológica del «profesional» que se prostituye -que no lo defiendo, como es natural-, sino en la dificultad de atajar el acceso a lo que nos parezca dañino o perjudicial. La petición de ensayos clínicos está bien, pero resulta que ese procedimiento no siempre es factible y, encima, a veces los resultados son confusos o discordantes. Al final, hay un cerebro (con sus carencias y prejuicios) que evalúa los hechos y les da un sentido pragmático. Hay un cerebro, más o menos entrenado, más o menos organizado… Cuyas conclusiones resultan más o menos unánimes, más o menos discutibles…

    ¿Quién se erige en árbitro? Lógicamente, existen responsabilidades políticas y jurídicas y administrativas y toda la mosca, pero ¡ojo con poner puertas al campo!

    En mi región, no se financia (y no se distribuye) la vacuna de la varicela antes de los 12 años. En respuesta, los angustiados padres la compran por Internet, o en Andorra, o ¡pásmense!, en Pamplona. En las farmacias navarras se vende libremente. Un Cristo, efectivamente, pero un Cristo que en el fondo estriba en la puta libertad humana. La libertad, incluida la de equivocarse, también en materia de salud.

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  5. BKL dijo:

    A usted, caballero, le pagan las farmacéuticas, y por lo tanto, cualquier método que a usted no le genere ingresos no le parecerá válido.

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    • Lamento contradecirle, apreciado lector, pero yo he cobrado un sueldo toda mi vida, y nada que ver con la industria farmacéutica. Si no está usted de acuerdo con mi visión, debería buscar mejores argumentos.
      Saludos cordiales

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    • drlopezvega dijo:

      No sé si el «caballero» al que va destinada la invectiva soy yo o es mi colega y amigo Gustavo, dignísimo titular de este blog. Por si acaso, respondo al señor don BKL con un par de pinceladas.

      A saber cuál será su ámbito laboral. El mío, el de la Oncología, EXIGE la utilización de fármacos que, mira por dónde, provienen de «las farmacéuticas». Yo trabajo en un hospital público, de modo que será el señor don BKL uno de mis pagadores (suponiendo que pague sus impuestos) y resulta que esos pagadores me pagan para usar, entre otras cosas, medicamentos proporcionados por «las farmacéuticas». Renegar de estar REALIDAD es ignorancia, demagogia, ingenuidad, mala fe… Seguro que el señor don BKL es capaz de encuadrarse en la categoría correspondiente.

      Por otra parte, si fuera cierto que me pagasen «las farmacéuticas», por ejemplo si yo trabajara como investigador o en el departamento médico de alguna de ellas, ¿por qué estaría yo invalidado para opinar? Lo de inhibirse en asuntos que a uno le reportan el salario es una solemne estupidez, pues jamás se le ha pedido a un obrero metalúrgico que no opine sobre la política industrial, ni a un pescador que se abstenga de enjuiciar la política pesquera de la UE.

      Ya para acabar, convendría al señor don BKL observar que el debate comenzó con la persecución de fraudes en la llamada medicina «alternativa». Parece que él está alineado con la corriente de «pensamiento» que identifica Leviatán e industria farmacéutica, de modo que la sacan a paseo donde no viene a cuento. De esa industria se puede hablar, naturalmente, y en términos extraordinariamente críticos, naturalmente, pero es aconsejable disponer de ciertas habilidades intelectuales que no se desprenden en absoluto de la imprecación del señor don BKL.

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      • nono dijo:

        No seré yo quien defienda los fraudes, vengan de donde vengan, y especialmente los que atañen a la salud de las personas; eso sí, convendran conmigo en que en primer lugar habrá que demostrarlos.
        El tono que despliega Sr. Gustavo Catalán en su artículo parece impropio de un profesional de su nivel y en mi opinión esta repleto de prejuicios, especialmente en lo referente a los tratamientos naturales. Soberbia e ignorancia suelen ir de la mano, pues la medicina oficial no enseña en sus facultades todo lo que debería.
        Nos va la vida en ello.

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      • drlopezvega dijo:

        La distinción entre medicina «científica» y medicina «natural» es enteramente arbitraria y falsa. La furosemida (un diurético digamos artificial) no suscita cuestiones terapéutico-tóxicas distintas que la cola de caballo (un diuréticos digamos herbáceo). Habría ejemplos a cientos, pero vale por ahora.

        Hay un problema más hondo, que es el de la fundamentación de los consejos. Hay quien cree que en Lourdes se cura la paraplejia -por milagro divino-, pero los médicos ni estudian «milagroterapia» ni prescriben agua bendita procedente de aquellas cumbres. Hay quien cree que los astros determinan el futuro y otorga respetabilidad al horóscopo. Sin embargo, el médico no emite pronósticos (predecir el futuro, ahí es nada) sobre la base del horóscopo.

        Quiere decirse que existen procesos con fundamento científico y otros pertenecientes a otros ámbitos. Viene a suceder igual con el agua y el aceite. (Por cierto, el aceite puede mejorar la psoriasis, pero el agua no resuelve un impétigo.)

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