EDUCACIÓN INFANTIL Y PERMISIVIDAD

modos-4Veo un anuncio en T.V en el que se rechazan los deberes en casa: unas tareas que en nuestra infancia eran el obligado pan de cada día. Como alternativa, en la pantalla sugieren el aprendizaje por medio del diálogo y al tiempo que todos comen. «Papá se zampa un bocadillo» -le dicen al retoño, más o menos-: «¿Cuál es el sujeto?». «¿Y el complemento directo?». Muy entrañable y aleccionador todo, pero ¡venga ya! Sin embargo, lo cierto es que el modo de educar a los niños en el ámbito familiar parece haber cambiado sustancialmente respecto a épocas pasadas, y las normas que antes aprendimos por disciplina ignoro cómo se inculcan ahora entre una permisividad que parece no tener límites.modosYa no es habitual escuchar a los padres decirles que hay que callarse cuando hablan los mayores, que no se ponen los zapatos sobre el sofá, cerrad los ojos y a dormir, que no se come con los dedos y un pescozón si sueltan cualquier grosería. modos-2Se diría que impera la creencia de que una tolerancia cuasi ilimitada es el mejor camino hacia la felicidad y, no obstante, en la vida que les espera no podrán hacer siempre su santa voluntad, por lo que seguramente es mejor alternativa la del progresivo entrenamiento para mejor sobrellevar las frustraciones que sin duda vendrán. Porque no es posible hacer en cada circunstancia lo que uno quiere, y conviene aprenderlo pronto si hay que encarar ese futuro que no es en todo momento un camino de rosas.

Cierto que, en el ámbito educativo, las relaciones de causa-efecto, y entre otras razones por la lejanía en el tiempo, son difíciles de establecer en forma unívoca. Pero no creo yo que prescindir de los deberes y hacer cada cual de su capa un sayo desde la más tierna edad, implique una mejor adaptación conforme vayan creciendo. modos-6Con tales dudas, voy a quedarme con ganas de saber qué clase de lodos traerán semejantes polvos, al tiempo que me pregunto si acaso los políticos fueron en su día educados con los nuevos modos. Y ni una colleja so pena de cárcel. Así se explicaría que mientan cada dos por tres, les importen un bledo las consecuencias de sus actos, metan los dedos donde no deben e incluso no tengan empacho alguno -el caso de Aznar, cuando reunido con Bush- en poner los pies sobre la mesa.

Acerca de Gustavo Catalán

Licenciado y Doctor en medicina. Especialista en oncología (cáncer de mama). Columnista de opinión durante 21 años, los domingos, en "Diario de Mallorca". Colaborador en la revista de Los Ángeles "Palabra abierta" y otros medios digitales. Escritor. Blog: "Contar es vivir (te)" en: gustavocatalan.wordpress.com
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10 respuestas a EDUCACIÓN INFANTIL Y PERMISIVIDAD

  1. Rosario Ferrà dijo:

    Es cuanto menos muy complicado, yo si estoy a favor de que siga habiendo deberes, cuando un padre se queja de que su hijo ha estado 5 horas haciendo deberes, lo primero sería mirar si es debido a la cantidad o a la velocidad de su retoño, en mi caso uno de mis hijos era superlento, y la otra una superexacta con lo cual los dos tardaban una eternidad, mientras oía a otros decir que en 3/4 de hora habían acabado. Y no había nada más que hacer, que el poco tiempo que nos quedaba en familia aprovecharlo a tope. Una vez oí que lo más importante del ocio no es la cantidad sino la calidad.

    Desde mi punto de vista los deberes son otra forma de poner en práctica lo que has aprendido en clase , o sea un tiempo utilizado en aprender y afianzar conceptos.
    Tambien es cierto que los deberes implican el apoyo de los padres, y no siempre se tiene todo el tiempo que uno desearía, así que la pregunta es¿a quién le molestan más los deberes?

    Que seguramente haya colegios que se pasen , ¡seguro! que eliminar los deberes sea la panacea para un mejor tiempo en família, no sé, pues si el tiempo libre que su eliminación dejará a los niños es para un uso más intenso de los videojuegos o las tablets………

    Ahí queda mi reflexión.

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  2. Introduces sugerencias de interés para ampliar el post, para las que tampoco tengo una respuesta clara; ¿a quién molestan más los deberes? ¿Cuál sería una mejor alternativa…? El tema da incluso para un ensayito. ¿Por qué no te animas?
    Un abrazo

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  3. Joseba dijo:

    El aprendizaje exige dedicación y esfuerzo. Según que temas y cuestiones solo se aprenden repitiendo una y más veces (el número de veces depende de las capacidades de cada cual, además de otros temas) determinados conocimientos y habilidades. Nadie es carpintero, albañil, médico, o lo que sea asistiendo a un lugar de «oyente», si luego no practica y elabora lo «oído», que no aprendido. Muy pocos son capaces de aprehender a la primera los conocimientos…. a que solo sean conceptos de urbanidad a la hora de estar en sociedad. Totalmente de acuerdo Gustavo. Pero el mundo que vivimos ya no es el nuestro. Es de ellos.

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  4. Ana Giner dijo:

    Pues para nada estoy deacuerdo en hacer los deberes en casa. Un adulto no se lleva lo que esté haciendo en su trabajo a casa, ¿porqué lo tienes que hacer los niños? Niños que es lo que son y sus cerebros se están formando. No me extraña que cuando son adolescentes, tengan problemas de conducta y ansiedad. En cuanto a la educación, se la dejo a los progenitores, con conductas primero, de ellos mismos. Un abrazo amigo.

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    • drlopezvega dijo:

      Servidor es padre y docente profesional. (Algo me dice que es importante subrayar la conjunción «Y» porque ha prosperado la absurda idea de que uno jamás es 2 cosas a lavez. Así, parece que no se puede ser peatón y automovilista, como tampoco rspetuoso con el medio ambiente y «de derechas» en materia política…)

      Desde mi dualidad (y sin la redundancia de que hablo «subjetivamente»), afirmo que cada cosa en su lugar. Cada uno con su tarea y responsabilidad, como en el refrán del remendón y sus coturnos.

      Hay padres que se inmiscuyen en las cuestiones docentes sin tener ni puta idea. ¿Por qué habrían de tenerla? Que sean padres, incluso medianamente listucos, no les confiere la menor autoridad en materias que no son ni de su competencia ni quizás de su incumbencia. ¡Sí, sí, de su incumbencia! Porque la educación de «sus» hijos no es cosa «suya», de otro modo bastaría con que los tuviesen en casa y no serían menester las instituciones ad hoc. En la tristísima canción «The river», Springsteen llora por un lugar «donde te enseñaban a hacer lo mismo que hacía tu padre». Pues de eso va la educación (y muy especialmente la educación pública): de que tus hijos sean mejores que tú. Que puedes ser un padre amantísimo, a la vez que un cenutrio intelectual.

      Por otra parte, hay docentes que han olvidado su obligación fundamental: enseñar conocimientos, coño. Se han dejado arrastrar por una corriente absurda, de puro etérea e insolvente, que pone el énfasis en ectoplasmas como la «actitud crítica», las «habilidades» o la «comunidad educativa»., en la que vale tanto un bedel como un catedrático, tanto un papá semianalfabeto como un escritor de fuste. Los que abdicaron de ser docentes para transformarse en vagos «educadores» están haciendo un daño enorme.

      ¿En qué consiste el daño? En que todo vale y da igual. Cualquier milonga deviene respetable y, claro, los muchachos se percatan, y dan rienda suelta a su propensión natural: no estudiar. Porque estudiar implica esfuerzo (más para unos que para otros, naturalmente) y la naturaleza se rige por la ley del mínimo esfuerzo. (Claro que también se rige por la ley de la entropía, y eso nos hace menos gracia.)

      Yo, con 53 años, me he tirado esta tarde CINCO horas, CINCO, de 16 a 21, estudiando como un hijoputa. Sí, sí, estudiando con los putos codos en la puta mesa, de hecho más de lo que tuve que hacerlo muchas veces en el Bachillerato e incluso en la Universidad. Porque allí la exigencia era menor y mi memoria era mejor, y ahora el asunto es más complejo y mi cabeza, también. Así que menos bobadas con los «pobres» hijos y estudiantes. Que es lo que les toca, coño, sin monsergas psicopedagógicas y estructuralistas.

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    • Absolutamente respetable la discrepancia, Ana, aunque eso de que los adultos no se llevan trabajo a casa es discutible; muchos lo hemos hecho toda la vida, y estudiado fuera del horario laboral…

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  5. Rosario Ferrà dijo:

    Lo del ensayo, no sé yo, me daría un pelín de miedo, que no vergüenza. Y si estudiar lo seguimos haciendo no solo a los 53 sino tambien a los 56 y más aún si por motivos de supervivencia tuviste que dejar aparcada tu carrera y dedicarte a cosas más prosaicas pero que te permitieran salir dignamente adelante y cuando por fín ves un poquito de luz vuelves a ello, ya no como profesional total, pero si te involucras de nuevo que para eso te tiraste cuatro años estudiando en el extranjero, más sola que la una, y sigues estudiando en casa y practicando en casa para que cuando te presentes en clase no seas el último mono.
    Creo que a eso se le llama disciplina, algo muy común en mi carrera, allí, que aquí en España continua siendo un FP2.

    Creo que sin necesidad de llegar a la neura de los estadounidenses ni digamos de los japoneses
    hay cosas en la educación que deberían quedar como están y otras que deberían recuperarse, cada cual que se lo piense, pero mi humilde opinión es que la práctica es necesária, y que cuando los padres queremos que nuestros hijos tengan un mejor futuro que nuestro presente eso implica esfuerzo por parte de todos, TODOS.

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