Esa infancia donde la luz es feliz y se demora, decía el poeta portugués Eugenio de Andrade, uno de mis iconos y al que dedicaré una líneas a no tardar. Sin embargo, hoy quiero emplearlas para imprimir en el blog la huella de mi nieto que, con sólo 9 años, deja constancia de una amistad entristecida por la distancia. Escribió con la emoción de esa ausencia y me dijo que, de publicarse en un periódico, su amigo Víctor podría compartirla. Lo hemos conseguido y aquí está su «Carta al director»:
DESDE QUE TE FUISTE
Va por ti, Víctor. Desde que te fuiste, mi vida cambió. Pienso que el año que viene no te encontraré en el cole. Eso me hace recordar cuando vinisteis a cenar a casa vestidos de personajes de Star Wars. Sin olvidar cuando venías con tu familia al parque. ¿Recuerdas tus ideas creativas en el colegio? En fin, hay que reconocer que en Sevilla estarás muy bien. Hay una canción de una sevillana que dice: «Algo se muere en el alma cuando un amigo se va». Escucha, que me envíes postales me gustaría. O WhatsApp. Y que te lo pases bien en Sevilla. ¡Adiós! Gustau Catalán Cañellas. Palma.
Por lo que puedo intuir, no han mantenido entre ellos un cariño distraído como sugiere la Yourcenar que es el de la mayor parte de los niños. Se echan de menos, supongo que ambos y, tras ver la cara de Gustau al releerla en Diario de Mallorca, me gustaría poder contemplar la de Víctor cuando llegue a sus manos. 
También hay ternuras parecidas entre los adultos, aunque demasiadas veces nos cueste airearlas a diferencia de él que, sin pretenderlo, da razón al poeta: «Donde está la infancia está la edad de oro», así que, hoy, ¡vaya por ella el post! Y por los dos amigos.
Contar es vivir (te) 
¡ Me ha encantado! Gracias por compartirla, pues a medida que nos hacemos adultos nos volvemos más distantes y menos vulnerables a estas distancias, quizá sea para proteger la inocencia de estos niños, no permitir que la pierdan antes de hora, ser un poco padres paraguas, que no helicopteros como leí en la última entrevista de Auster.
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También me ha gustado eso de helicópteros… No se me habría ocurrido.
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También me ha encantado!!!, volver de vacaciones y leer esta entrada es pura magia. Y aprovecho para aplaudir tu articulo del domingo. Complejo y complicado sí, pero escrito con tu enorme ironía, me hizo sonreír ¿i que no ès guapo aixó?. He utilizado mucho en las redes eso de: para la ternura siempre hay tiempo. También me has aportado el buscar a tu icono, que apenas conozco.
Besos para Gustau, y por supuesto para ti.
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El del domingo, un artículo algo pesadito, ¿no? Así lo pensé pero, una vez escrito… Me conforta que te gustara. Y de mi icono, en próximas semanas publicaré algo sobre él, porque tengo una anécdota que me ocurrió con un amigo suyo.
Besos.
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Pesado no, por la ironía que te comenté, aunque sí uno de los más complejos que te he leído, pero escribes taaaaaaaaan lúcido!!. Esperaré a leer esa anécdota. Más besos
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Pingback: ¡Bendita infancia! | Palabra Abierta
Fantástico Gustavo!!
La infancia despierta la ternura y sinceridad sin corazas.
Supongo que tu nieto estará tan orgulloso de ti como tú de el.
«Los nietos son el último regalo que nos de la vida»
Tienes un heredero de tus dotes de escritor, enhorabuena !!
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Belen: ¡Qué bien leerte…! Y ya me gustaría a mí tener dotes que trasmitir…
Un abrazo muy fuerte
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Hola Gustavo, soy la madre de VICTOR, el gran amigo de Gustau. Nos llenó de emoción la carta de de tu nieto, es pura mágia. Y hoy cuando he leído tus palabras me he vuelto al emocionar. Es indescriptible la cara que se puso Victor cuando leyó aquellas bonitas palabras que le dedicaba su compañero de mil aventuras. Me siento orgullosa de se hayan encontrado y de que hayan compartido este trocito de vida. Por mi parte, seguiré inculcándole el valor de la amistad, el esfuerzo de conservarla y la ilusión por las aventuras que les quedan por vivir juntos. Mil gracias a ti por ser el facilitador de este gran detalle, a sus padres,amigos a los estimamos mucho y a Gustau «grande de Palma». Besos desde Sevilla
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gustavocatalan.wordpress.com
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Me encanta que Víctor (y también tú) hayais podido constatar el cariño que mi nieto tiene por tu hijo. Yo no hice más que facilitar la difusión de ese aprecio en que se tienen y que, ciertamente, es conmovedor. Espero que se sigan viendo, siquiera de vez en cuando.
Un abrazo a los dos: madre e hijo.
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