A día de hoy, seguimos desconociendo datos de capital importancia. En cuanto al virus, su resistencia frente al aumento estacional de temperatura que se avecina o la capacidad de mutar a tenor de diversas circunstancias. Por lo que a nosotros respecta y entre otras cosas, la duración de una supuesta inmunidad tras la infección, así como la cantidad de afectados toda vez que aún ignoramos –a falta de estudios poblacionales de seroprevalencia- el nº de enfermos asintomáticos y ya recuperados. Con tal escenario, los porcentajes que se reportan sobre incidencia o letalidad son de escaso valor epidemiológico y estimulan en mayor grado la angustia que un conocimiento útil y de valor prospectivo.
Pese a lo anterior, y en aras de una profilaxis en alguna medida cuestionable en sus modos (los contagios van a seguir, y podría asistirse a un nuevo incremento de la curva), se ha decidido prolongar el confinamiento indiscriminado, lo que cabría justificar más por el intento de paliar la sobresaturación de los dispositivos sanitarios que el riesgo poblacional, inevitable si hemos de seguir conviviendo con el virus durante los próximos meses y en mayor medida tras finalizar una cuarentena que, de modo estricto, no puede prolongarse en demasía so pena de hacer de la recesión económica una condena, para muchos, aún más difícil de sobrellevar. 
Así, nada que objetar a la reclusión mientras se dota a los hospitales de cuantos recursos sean necesarios (desde respiradores a EPIs) para asistir a cualquier enfermo grave, aunque no deje de extrañar que, sabida la mayor vulnerabilidad en edades avanzadas, se permita que paseen al perro, como puede comprobarse a diario, provectos ancianos/as.
Con todo, y dure semana más o menos nuestra estancia entre cuatro paredes, próximamente habrá de terminar y es entonces cuando convendrá preguntarse cómo podría organizarse la transición: el retorno progresivo a la normalidad, de modo que no volvamos a las andadas y seamos sometidos a nuevos confinamientos una y otra vez. En mi criterio, y sin que ello suponga el rechazo a otras medidas debidamente argumentadas, sería oportuno:
- Practicar millones de tests rápidos, de mayor sensibilidad que los ahora usados, a enfermos aparentemente curados y su entorno, personal sanitario y a quienes acudan por cualquier motivo al hospital, así como a muestras representativas – por tramos de edad- de población general. Podrán deambular sin restricciones, y reiniciar sus actividades, todos aquellos que dispongan del certificado que acredite ser portadores de anticuerpos frente al virus en cuestión. En paralelo, se dispondrá de datos objetivos sobre incidencia, prevalencia y otros parámetros de interés.
- Seguidamente, y en plazos quincenales, reincorporación a las actividades cotidianas y sin restricciones por tramos de edad: hasta los 40 años, de 41 a 50 a., 51 a 60… Se demuestra una menor letalidad (seguramente muy inferior al 0.1%) en los más jóvenes que, si infectados, podrían tras su recuperación ser soporte de la tercera edad y, asimismo, revitalizar el mercado. Por otra parte, y siendo los ancianos los últimos en resocializarse, el porcentaje de eventuales contagios sería para ellos sin duda menor.
No desaparecerá la Covid-19, ciertamente, pero en tanto se demuestra la utilidad de alguno de los fármacos en ensayos fases I a III, o llega la ansiada vacuna, el nº de casos no colapsaría los servicios asistenciales, la inmunidad del conjunto crecería hasta convertir la actual pandemia en patología ocasional y, por ende, en pocos meses disminuiría sustancialmente el impacto económico de la misma. Y existen sin duda otras estrategias que muchos desearíamos conocer más acá de las acostumbradas vaguedades informativas; siquiera por saber a qué atenernos si no se adoptan medidas en línea con las aquí expuestas.
Contar es vivir (te) 
Muy buena tu exposición!👏👏👏😉
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Ma alegro que alguien esté de acuerdo. Un abrazo.
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Me ha hecho gracia (ciertamente sardónica, pero gracia) lo del ‘certificado de estar en posesión de anticuerpos’. Hace años vi una película italiana, ‘Una jornada particular’, con Marcelo Mastroianni y Sofía Loren: 2 vecinos que se quedan solos, un domingo, porque son los únicos que no acuden a un desfile mussoliniano. Él ha sido represaliado por ser homosexual, a pesar de que posee un certificado médico donde consta que no es tal. Y él mismo se percata de la inutilidad de un documento que nadie ‘normal’ llevaría consigo.
He vivido 57 años sin que me pidan certificado de anticuerpos contra viruela, sarampión, tétanos (esto por señalar algunas viriasis ‘graves’) y sin que me haya obligado la Guardia Civil a vacunarme de la ‘inocente’ gripe.
Pues ya no: ya tengo que ir con marchamo de ‘sano’, como las vacas tienen que certificar que no están locas en el matadero.
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Algún requisito para fomentar el cumplimiento de las medidas propuestas, y para una infección de nuevo cuño, se diría oportuno…
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La noción de ‘riesgo’ es muy peligrosa -valga el oximoron-, porque jamás es CERO y, por tanto, propende a extralimitarse. Los seres humanos no somos fumadores/no fumadores, bebedores/abstemios, sanos/enfermos, puros/viciosos… Somos diversidad, en diversos grados y diversas facetas. Me niego por principio a toda categorización, y mucho más me niego si deviene en un trámite gubernamental, como si yo fuera oveja y el gobierno, mi pastor.
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Espero con ilusión planes alternativos exentos por supuesto de ovejas o pastores…
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Mi ‘plan’, si es que puede llamarse así, es que se incluya la serología de SARS-CoV-2 entre las determinaciones analíticas digamos ‘rutinarias’. Poco a poco, como con cualquier otro fenómeno (el colesterol, el PSA…), iremos haciéndonos una idea de la dimensión real del problema. Ahora todo es barullo; las cifras son barullo y las comparaciones están embarulladas.
Mi ‘plan’ pasa por admitir que el SARS-CoV-2 circulará, con más o menos acritud, por un porcentaje muy pequeño de la población. Con esas personas, dependiendo de sus circunstancias -etarias, laborales, patológicas, etc-, como siempre, se adoptarán medidas individualizadas. La mayoría estarán en la senda de la recomendación preventiva.
A esa política pertenecen las vacunas antigripal y antineumocócica, que tienn fuertes indicaciones y, sin embargo, no alcanzan una cobertura del 100%. ¿Por qué? Pues como pasa con el tabaco: hay gente gustosa de elegir su forma de morir. ¿Y con los demás, qué pasa si los demás nos contagiamos?
Pasa que tendremos que ser más higiénicos. Hay cocineros de postín que salen por TV llenos de hierrajos, co n todos los tatuajes bien visibles (ergo, no llevan guantes, ni nada). Hay residencias de ancianos que han sido desinfectadas por el Ejército, cuando lo normal es que lo fueran más regularmente. Y así con todo. (Estos días, un supermercado detectaba a los clientes con fiebre con termómetro digital ‘de pistola’. Jamás lo he visto en mi hospital.)
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Muy razonables las medidas que propones para el progresivo desconfinamiento, similares, en algunos aspectos, a las que plantean determinados expertos. No obstante, creo que el problema es, sobre todo, logístico, ya que parece difícil que se puedan reunir a tiempo los suficientes test para realizar esas pruebas masivas o a grupos aleatorios y, por otra parte, se requiere una organización compleja y eficaz para llevarlas a cabo. Algo, esto último, que seguramente no todas las autonomías poseen en medida suficiente.
Me parece atinada tu observación sobre los mayores paseando perros, aunque, de restringirse tal actividad, también se debería limitar, por ejemplo, que pudieran ir a comprar a la panadería o el supermercado, ¿no? . Espero que no, por la cuenta que me trae…
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Test suficientes un problema, sí, aunque parece que ya están llegando por millones… En cuanto a panadería o super, no me va a quedar otra que ponerme a disposición…
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Me parece muy razonable tu análisis, y también los comentarios. No sabemos qué medidas se van a tomar, aunque parece qué lo gradual se desarrolle con el máximo rigor.
Y es cierto que, nos va a resultar extraño, tener que demostrar estar sin el bicho para poder volver a la normalidad. A mi con que me den un pase para poder ir a un rincón de la mar, prometo que hasta iré con el traje de neopreno incorporado con gafas y tubo,,,Besossss
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Dr: son interesantes reflexiones que debieran ser consideradas en cualquier plan que se elabore…
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En respuesta al drlopezvega: Es lógico no quererse hacer certificados de nada, pero del todo falso que uno pueda enorgullecerse de una libertad que no existe. Simplemente uno desconoce que no la tiene. A modo de ejemplo extremadamente básico, es falso que los datos de google estén anonimizados. Lo que está anonimizado es su uso comercial, y cualquiera con cierto empeño o poder puede exigir esos datos. Por tanto, llevamos todos en la boca, cada día, un carnet que dice quienes somos, a donde vamos, qué nos gusta comprar, ver, qué intereses tenemos, cuanta pasta tenemos en la cuenta, etc.
Igual que ahora mismo se le han cercenado sus supuestas libertades por un «bien mayor», se le podría exigir dicho certificado, no veo problema. Donde sí lo veo es en la posibilidad de hacerlo. No hay tests para todos, y por tanto ese certificado tiene una utilidad escasa, porque no tenerlo no implica que uno no esté libre de virus. Ni tenerlo, queno se vaya a contagial al dia siguiente.
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Tests y certificados, cuantos más mejor, en una primera fase; en un par de semanas empezaría a liberarse a la población del confinamiento por tramos de edad y ya sin certificado que valga… En cuanto a la libertad en entredicho, totalmente de acuerdo…
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Disculpe, pero aparte de querer (o no) ‘hacerse certificados’, conviene indagar acerca de su validez.
Mi región ha realizado la PCR de coronavirus a 9.703 personas, la inmensa mayoría de ellas con razonable SOSPECHA de contagio, y solo han resultado positivas 1.659, esto es un 17%. Mirando datos digamos más de base poblacional, mi ayuntamiento tiene 4.200 vecinos y solo 7 contagios confirmados (0,16% del censo). O sea, que la infección es menos frecuente de lo que se supone.
En consecuencia, cuando se extiendan los test serológicos, es muy verosímil que mucha gente no tenga anticuerpos, sencillamente porque no se contagió. Así que no gozarán de ‘carnet’, aparte de los que fabriquen ‘pocos’ anticuerpos -sea esto lo que fuere-, los que nunca los fabricaron porque nunca les hicieron falta.
Llegaremos entonces a una paradoja. Acreditarán ser ‘sanos’, y podrán trabajar como ‘elegidos’, unos pájaros que no son ‘especiales’ por estricta naturaleza, sino por una arbitrariedad del biempensante que les otorga la póliza.(En realidad, no será una paradoja: será otra vez el peso insoportable de la puta burocracia.)
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Se diría que el impacto del certificado ha sido superior al que cabría esperar del papelito. No obstante, en su descargo (del certificado, que no del autor de la ideíta), cabe decir que se liberarían a inmunes o vírgenes de contagio pero en una primera fase de un par de semanas de duración, porque en la «desescalada» (como acostumbran ahora a decir) y a los 15 días, la libertad de tránsito se haría progresivamente por tramos de edad, de modo que la acreditación tendría una vigencia limitada. Aunque de insistir, desisto y a otra cosa…
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El anarquismo era esto, ¿no? Quizá por eso a los anarquistas los persiguió Stalin con más saña que Eisenhower, jajaja.
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Útil e instructivo
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Una perfecta exposición de tú lógica entendible y notoria del conocimiento que tienes dada tú profesión, que ta to admiro, tal vez por la,cercania que nos una a esta humilde, sanitaria aspirante a saber más de cada dia,
Para todos hay una repuesta, es lo que deseariamos encontrar la ckave como enfrentarnos a esta pa demia a la hora de retomar de nuevo la,normalida..Pienso que cualquier firma que se adquiera será objeto de subceptibilidades deoendiendo de la eficacia que se obtenga, cada oaciente con el mismo o parecido diagnóstico reacciona de formas distintas en reacciones o periodos, no hay una forma igual, para todos deoende de multitud de situaciones, que seria muy extenso explicar, unos por unas causas otros por otras, cada comentario es valido tener en cuenta, pero por cuál decantarse?? sin duda hay otros facores a tener en cuenta, cada centro hospitalario y para cada especialudad hay unos protocolos de actuación, y configurarlos los ya existentes con las sugerencias aqui sugeridas, no es facil, trenzar unas con otras podria llevar al caos, y estamos tratando con personas, no ensayando, algo a tener presente, la calidad al igual que la profesionalidad de cada persona me consta que está presente y los ensayos pueden ser beneficiosos y también peligrosos.
Queda mucho por estudiar y averiguar el comportamiento de este » virus » y las consecuencias a posteriori, todo es admisible y toda opinión de los que habeis propuesto son muy buenas y a tener en cuenta, pero falta conocer su reacción al ser aplicadas.
En cuanto al encierro, es de momento la forma ( aunque incomoda y dificil) no sabemos otra para frenar el contagio, ni siquiera aún se sabe si es la más apropiada para no expandir el virus, posiblenente pero algunas perso as no se si acabaran por tener que necesitar apoyo psicologico o algo más,
Animos a todos, y a esoerar el tratamiento idóneo, y la vacuna más efectiva, recordemos no es la hunica pandemia que asumió un pais y llevo a una gra recesión económica.
Se vencerá y será un recuerdo más a unir a la historia, aunque algunos, ta no seamos expectadores.
Riguroso y ejemplar tú relato como siempre y este, con las debidas connotaciones de tu sabiduria como excelente profesional.
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Gracias, cuidate que este virus es traicionero y silencioso.
No es facil escribir desde el mobil, asi que disculpa si hay algunos fallos, espero que los entiendas,
Buena Semana Santa, para todos. Un abrazo
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Animo, Cati, en espera de poder tomar una cervecita en el bar de la esquina después del paseo…
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P.D.
Han bastado dos semanas para caer en la cuenta que lo único que cuenta, es la vida y las personas que amas y te aman,
También las que de ti se acuerdan.
Para todos los lectores, salud
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Un gran escrito doctor, nadie lo hubiera explicado y para mi también acertado, como éste tema, referido a la pandemia y todo lo relacionado con ella. Espero que se encuentre muy bien, y siga las normas, antes de que lleguen los tan deseados tets. Mucha salud, D. Gustavo y feliz semana santa para todos.
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Feliz semana, Cati Colom, aunque sea en casa y sin procesiones de por medio…
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