A LA CARTA PARA LA CASTA

              Se puede defraudar por lo que se hace y por lo que no se hace. Eso es lo que a la mayoría nos sucede con los dictados y ocurrencias de esa variopinta casta que ahora compite en Cataluña y en un futuro donde corresponda, por lo que no es de extrañar que apelemos a Rimbaud y su “Il faut changer la vie”. También afirmó que sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la ciudad que dé luz a todos y, para seguir en ese largo y tortuoso camino, no está de más listar algunas de las cuestiones que se han vuelto en la mayoría de lugares recurrentes a falta de solución, de modo que lo que sigue sería aplicable desde la frontera con Francia hasta la de Portugal o Gibraltar, por limitarnos a este país.

Los ciudadanos/as somos presos sin vislumbrar salida a corto plazo, pero sí podrían aspirar a ella quienes hayan sido sentenciados a penas inferiores a la permanente revisable, en aras de esa supuesta rehabilitación que entre rejas se antoja improbable. Transcurrida una parte de la condena impuesta (¿1/3? ¿1/4?), serían excarcelados para trabajos al servicio de la comunidad: cuidadores/as en residencias de la tercera edad, labores agrícolas, limpieza y recogida de basura… Si causantes de atropellos, pues reparación de carreteras, repintado de pasos de cebra y, para evitar fugas de cualquiera de ellos, implantación de localizadores electromagnéticos por vía endoscópica –bucal o rectal- e igualmente para los responsables de violencia sexual; en este caso, el dispositivo -ubicado en el área genital- se activaría con el acercamiento a la víctima, provista del adecuado detector. Para la oportuna ejecución y control de todo ello, la policía debería pasar de una vez por todas más tiempo en las calles que en sus propias oficinas y, en paralelo, el estamento judicial habría de ser reforzado, reduciendo en 2/3 o más los cargos de asesoría política y traspasando los correspondientes emolumentos a magistrados y funcionarios de juzgados.

Por seguir con esperanzas tradicionalmente frustradas, los delitos de corrupción serán castigados con pena doble de la que se impondría por igual motivo a los ciudadanos corrientes y molientes caso de ser los autores miembros de la casta, toda vez que, en su caso, el delito no se comete sobre uno o varios, sino que afecta al conjunto de sus representados y, en consecuencia, se multiplica. En contrapartida y con función profiláctica, cualquier acusación por parte de cargos electos hacia miembros de otros Partidos o viceversa, deberá ser probada en plazo no superior a X semanas; en otro caso, serán suspendidos de empleo y sueldo hasta que se justifique la denuncia de forma incontrovertible. En cuanto a personas o entidades que  se pretenda subvencionar desde organismos oficiales, deberán hacerse públicas con antelación y, finalmente, ser aprobadas en reunión parlamentaria con una mayoría de votos favorables.

Todos los edificios con destino otro que el de viviendas, habrán de contar con depuradora de aguas residuales y, por un mejor control de la contaminación, las motocicletas deberán hacerse obligatoriamente con el oportuno silenciador. Los seguros sanitarios privados cubrirán cualquier exploración o tratamiento prescrito por el facultativo sin coste adicional para el asegurado y, en cuanto a la red pública, ninguna prueba diagnóstica o terapia prescrita podrá dilatarse más allá de un  mes, proveyendo para ello de los necesarios recursos técnicos y humanos. En cuanto a la atención al usuario por parte de cualquier servicio oficial, podrá ser presencial o informática a elección del peticionario, y mantenerse así hasta que éste decida un eventual cambio.

Como bien saben, sería posible alargar las sugerencias a riesgo de no acabar, pero me parece que con siquiera parte de lo anterior como muestra, se hace plausible aquello que sugiriera Éluard: que hay otros mundos pero están en éste, y sería un modo de empezar a hacerse con ellos si cualquier programa electoral incorporase algunas de las sugerencias antedichas. De ser ese el caso, quizá se votara con independencia de las siglas, ¿no? ¡Y ni les cuento si cualquiera de los contendientes se comprometiese, a más de escuchar y razonar con las bancadas de la oposición, a hacer inteligible el recibo de la luz!

Acerca de Gustavo Catalán

Licenciado y Doctor en medicina. Especialista en oncología (cáncer de mama). Columnista de opinión durante 21 años, los domingos, en "Diario de Mallorca". Colaborador en la revista de Los Ángeles "Palabra abierta" y otros medios digitales. Escritor. Blog: "Contar es vivir (te)" en: gustavocatalan.wordpress.com
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7 respuestas a A LA CARTA PARA LA CASTA

  1. Rosario Ferrà dijo:

    Me encanta la portada de hermano lobo. Hace años, cuando aún tenía el alma más guerrera y escríbia carta al director recuerdo escribir una en la que explicaba que no me gustaba ningún partido político partiendo de la base que nos hablan como a niños a los que se trata como a burro con la zanahoria colgando del palo, es por eso que, puede gustarte Illa o no, pero su frase durante una de las innumeralbes apariciones en los inicios de la pandemia,«teatros los justos´´ al dirigirse a alguien del PP me encantó, fuera parafernalias, florituras.

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  2. No lo verán nuestros ojos ni nuestros hijos.

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  3. Cati Colom Llado dijo:

    Muy bien escrito,pero me parece un final sin esperanza.

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  4. Francisco: y lo peor es que limitarse a votar a quien sea sólo hace que dilatar aún más cualquier planteamiento razonable por su parte…

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  5. Pilar Bonilla dijo:

    De acuerdo con Rosario en cuanto a la viñeta del Hermano Lobo, parece mentira lo vigentes que siguen siendo muchas de ellas en su fondo. Entelequia ¿no?, sumergidos en tanta incertidumbre las eminentes elecciones en Catalunya, ni tan siquiera se está publicitando las propuestas en campaña. Sólo se observa el no nacionalismo, el nacionalismo, y votar en contra de…O la abstención.

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  6. No hay más consideraciones que las que se derivan de la greña por las poltronas…

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