Nunca se elije tan mal como cuando no sabes lo que quieres, y esto viene siendo casi la norma en unas decisiones políticas erráticas y no siempre oportunistas, sino resultado de la inepcia. Basta un mero paseo por la ciudad, cualquiera de ellas y la que yo transito a diario es buen ejemplo, para constatar que, sean unos u otros quienes se hayan hecho con las poltronas, persisten sin arreglo errores, deficiencias o carencias repetidamente denunciadas y cuya solución no precisaría de alta tecnología o presupuestos inasumibles.
Por empezar en lo cotidiano, eliminar de una vez el escalón de las aceras, en los pasos de cebra, facilitaría el tránsito a quienes han de emplear sillas de ruedas o tienen dificultades para la normal deambulación. ¿Tan complicado sustituir cuatro bloques por una rampa de palmo? Pues décadas sin solución, al igual que algunas plazas de suelos que parecen diseñados en sus irregularidades y socavones para propiciar caídas y, cuando empedradas o enlosadas de nuevo, toda una muestra de heterogeneidad en la que pueden mezclarse la cerámica con los adoquines, placas de granito o mero cemento. Una querencia por el arte abstracto, tal vez. Pueden eliminarse los paneles laterales de algunas terrazas de bar que no suponían molestia alguna y protegen del viento, mientras que en otras zonas, la profusión de mesas llega a impedir el paso y, por no hacer la lista interminable, los cables eléctricos, que podrían siquiera adosarse a las paredes de los edificios, si no empotrarse, continúan simulando feas telarañas a medio hacer en lo alto de muchas calles.
Pero cambiemos de tercio. Se viene denunciando repetidamente la falta de suficientes profesionales sanitarios en los hospitales de determinadas comunidades, en verano, como consecuencia de las vacaciones de unos/as y carestía de los alojamientos para sus sustitutos. Sin embargo, sería factible remodelar algunos de los enormes espacios de que disponen la mayoría de dichos centros y habilitar habitaciones para estancias temporales, con manutención incluida, al disponer de dicho servicio para los enfermos ingresados. No se antoja descabellado, como tampoco plantearse de una vez por todas la agilización de los procesos de desahucio caso de impago u okupas, y es que es de todo punto inadmisible que se cargue al propietario o inquilino legal, con las consecuencias de comportamientos que debieran ser solventados una vez comprobada, en el curso de pocas semanas –y no en meses e incluso años-, su ilegalidad. Justicia rápida (la permisiva quedaría reservada al el rey emérito), y si para ello se precisa de más jueces, creo que una mayoría estaríamos de acuerdo en aumentar esas plantillas rebajando, en contrapartida, las de esos miles de funcionarios que, por exigir “cita previa” en sus vacíos emplazamientos pueden hacer, durante buena parte del tiempo, de su capa un sayo.
Distintas cuestiones podrían hacer del tema una interminable enciclopedia, pero el propósito de hoy es simplemente poner el dedo en alguna que otra llaga de las muchas que nos afectan: el porqué de ese distinto talante en la acogida de refugiados ucranianos en comparación con los africanos huyendo de iguales o peores circunstancias; la hipotética sensibilidad sobre el medio ambiente al tiempo que miran hacia otro lado cuando el humo emitido por los cruceros turísticos nubla el horizonte o, por no seguir, la llamativa ausencia policial en lugares de venta prohibida , ruido a altas horas o tráfico de drogas. ¿Explicaciones? Saber de la cualificación de algunos responsables podría dar alguna que otra pista y así, a título de ejemplos, de Ministra de Sanidad en España una abogada y, su predecesor, filósofo. El Ministro de Cultura no pasó del bachiller o, en Mallorca, la Consejera de Agricultura de profesión librera, y el secretario de Economía y Turismo, cineasta. Como podría concluirse, la formación profesional puede tener que ver con el desconocimiento del ámbito que debieran regular. Y de sumar a ello que, como observara Einstein, inteligencia y poder no suelen ir juntos, así nos luce el pelo.
No puedo estar más de acuerdo . No hace falta tanto presupuesto para mejorar un poco la vida de todos y sí hace falta sentido común para ver a una legua que el turismo masificado no es el turismo que mantiene nuestra isla , dándole valor y cuidándola. Los gestores turísticos, esos que no gestionan nada, han optado por lo fácil, por el pan para hoy caiga quien caiga y hambre para mañana del turismo masificado no, del turismo asfixiante , además, en algunas zonas, incívico , molesto y muy dañino para la imagen que todos los que vivimos aquí desearíamos de Mallorca .
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Pilar: no habría inconveniente alguno en incorporar tu reflexión al post. Un abrazo.
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Vamos, lo que dices…una enciclopedia. Has detallado tantos y dispares asuntos que complicado comentar, estando de acuerdo absolutamente contigo. Si vemos constantes ejemplos de la ineficacia supina y disparatada: ver imágenes de un carril bici y en él un árbol, ¿me pregunto qué quién lo ejecuta no habla con quién lo ha diseñado?…
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No he visto el árbol en el carril bici porque creo que lo habría incluído en la retahila…
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Pues han habido despropósitos de este tipo que, han trascendido, por su soberana incompetencia y estupidez…
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Estoy de acuerdo totalmente con su escrito.Tantas y tantas cosas que se podrían cambiar para el bien de todos.
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