No hay evolución sin altibajos, y lo que hoy podría juzgarse por una parte de la población como retroceso, incentivará la voluntad de cambio o viceversa. 
Quienes hayan perdido en las urnas (¡que cualquiera sabe, entre el ganador derrotado y el vencido con expectativas! ) afilarán nuevas propuestas para el porvenir, mientras que la puesta en práctica de determinadas opciones por quienes las defienden, mostrarán grietas ya que cualquier entusiasmo decrece a poco que se escarbe, sugiriendo en consecuencia (el acuerdo, como el descontento, son estímulos para seguir) la oportunidad de continuar por distintos derroteros, y es que avances o retornos son sólo tramos de un camino construido a base de frustraciones y quimeras.
Así sucede en la investigación científica, las relaciones interpersonales o cualquier elección; nunca, ninguna, con final predeterminado. “¿Y si hubiese empezado de otro modo?”, “¡De haber sabido de antemano que…!”. 
Pero no hay éxitos o fracasos definitivos y, por ello, nada que objetar al consejo de Kipling: “hay que tratar a ambos impostores de la misma manera”. En los días que vendrán, los aconteceres políticos alimentarán la alegría en unos y el enfado en otros, resultando de ello un equilibrio inestable y, como todo fluye, tarde o temprano la balanza se decantará (también provisionalmente) hacia el otro lado, sin que ello suponga dar al traste con las esperanzas de nadie porque es sabido que sin contrarios no hay progreso; la discordia es el motor del mismo y, como alguien afirmara, la unanimidad es síntoma de trivialización, por lo que ésta actualidad, siempre transitoria -los resultados electorales a día de hoy-, sólo podrá ser justamente evaluada desde una perspectiva histórica ajena a los sentimientos. Porque no hay derrotas o victorias que impidan el avistamiento de nuevos horizontes y, unas u otras, los dibujan siquiera provisionalmente.
¿Triunfo clamoroso? ¿Caída sin paliativos? Pues ni una cosa ni la contraria para ninguno de los contendientes. La ausencia de muchas certezas permitirá seguir avanzando entre el cabreo y el aplauso y así, aliados todos del tiempo – incluso a su pesar -, y en línea con Rimbaud, “Con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres” (y mujeres, omitió decir: a ellos, ellas y elles, con perdón del diccionario). Elección tras elección, siempre provisionales y todas ellas, y a veces pese a ellas, hitos en la ansiada mejora del futuro colectivo.
Contar es vivir (te) 
Excelente reflexión. Espero que aquellos que ganan, sea como sea, recuerden que lo hacen solo con un poco más de la mitad y que hay un poco menos de la mitad que está en contra de ellos, y que ganar no significa tener carta blanca para hacer lo que quieran sin considerar lo que quiere la otra parte. Incluso en la monarquía absoluta, el monarca no podía hacer todo lo que le antojaba, y cuando lo hacía, mirad lo que sucedía, una lección que viene desde Julio César.
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Así es la cosa, y esperemos que todos ellos interioricen la idea y actúen en consecuencia…
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Yo también suscribiría las palabras de Rimbaud…deseo, que no realidad.
Todavía nos quedan sueños que nadie nos puede arrebatar, y este artículo revela lo que para nosotros sería lo ideal. Loable, no obstante, que así lo expreses.
Ahora ya chocamos con la actualidad a posteriori, y sòlo me queda por decir que celebré exultante que un engendro antinegacionista, y más istas, se haya quedado en un reducto que no ha llegado a esa posibilidad aterradora que nos volviesen a una sociedad pasada. Véase los ejemplos que ya hemos conocido, ahí donde han entrado a «desgestionar»…: rebajar los controles a la tuberculosis de las vacas, uno de ellos. Espanto es poco.
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A veces no queda otro remedio que apoyarse en los sueños. Y ni te cuanto tras las elecciones…
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¡Te voto!. Besotesssss
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Hace ya tiempo que el bipartidismo ha cambiado, llegó el tiempo del CONSENSO, de conjugar el verbo primario en política NEGOCIAR , y él que mejor lo haga y pueda hacerlo de la mejor manera para TODOS se proclame de verdad vencedor, vencer no es «triturar » al vencido sino darle la mano para hacerlo tu aliado. Apoyemos los sueños, no los destruyamos!
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Consenso sí, pero no a cambio de cualquier cosa…
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Hombre, no sabemos a qué te refieres, pero abundando en mi primer comentario…Dices , a cambio de cualquier cosa, lo estamos sabiendo ahí donde ese engendro de partido está marcando pautas. Qué en Extramadura creen una Dirección General de Toros y Cazas, y otras lindezas que aparecen, pues te doy la razón. Es inadmisible.
Otra cosa es que temas a nivel nacional lo que ahora preocupa es si un partido reducto, que su líder estaba desaparecido va a tener la sartén por el mango para el resto del territorio, cuando en Catalunya los nacionalistas e independientitas han perdido muchos votos. Yo, no lo creo.
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Dadas las dificultades de PP y PSOE para conformar mayorías de gobierno, es muy posible que haya que ir a nuevas elecciones…
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Es así, y no quiero ni pensar en otra nueva campaña electoral.
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Un verdadero palo…
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