Para los amiguetes cuando no los propios familiares, y es que este país se diría que lleva incorporada la podredumbre en los genes de su Historia. Por los mismos días en que se daba el portante a cuarenta y tantos interinos de los dos mayores hospitales públicos de Mallorca, el Sr. Rafael Bosch, exconsejero de educación cesado en el cargo, era recolocado como asesor en la Consejería de Economía. Porque los políticos son polivalentes dado que no es preciso demostrar nada salvo a su propio Partido. Por eso las listas son cerradas y el proceso de selección no se hace por oposición sino a manteles.
Se entiende que un cargo político es tambien interino, ¿no? Pero a lo que se ve, las interinidades tienen mejor futuro bajo el paraguas de unas siglas. Cuando son cesados (lo que es dimitir, con cuentagotas), por voluntad popular cada cuatro años o por dar paso a otro más conveniente para el superior, siempre quedará Bruselas o el Senado. O un sector empresarial en deuda por sus anteriores desvelos. Ahí tienen al de Sanidad de Madrid, Güemes, que gestionó la Sanidad Pública de tal modo que se aseguró de que la privada lo acogiese después con los brazos abiertos, agradeciéndole los servicios prestados.
Yo no sé por qué los interinos de este país no aprenden de esos maestros. Si aún no han caído en que quien no tiene carné lo lleva crudo, es que viven en la inopia. Igual es que se limitaban a cumplir con su trabajo. Y la cosa no va por ahí. Quedan advertidos.