Parece confirmarse que ha sido el exceso de velocidad la causa del descarrilamiento en Santiago que se salda, por ahora, con ochenta fallecidos y el doble de heridos. El análisis de la Caja negra aportará datos concluyentes, he oído decir hace un rato.
El drama me ha traído a la memoria, como seguramente a muchos de ustedes, un suceso parecido ocurrido en Valencia en 2006. Entonces se trató del Metro, las víctimas fueron 43, también, a lo que sé, por exceso de velocidad y, como ahora, se confió en la dichosa Caja negra (más allá de algunas maniobras de distracción, por parte del PP) para conocer la causa del siniestro.
No puedo por menos que preguntarme por qué no se utiliza la tal Caja para controlar de forma periódica y sistemática el buen hacer de los maquinistas, en lugar de sacarla a colación únicamente cuando hay muertos de por medio. Por lo menos, eso es lo que nos llega. Acceder a sus datos semanalmente, por ejemplo, y de comprobarse que ha existido violación de las reglas establecidas, pues suspensión de empleo y sueldo para que se enteren de lo que vale un peine. ¿No se emplean medidas coercitivas con los conductores que se saltan los límites de velocidad en carretera? Pues con mayor razón si quienes conducen tienen cientos de vidas en sus manos. Sin embargo, nunca he sabido que las Cajas se empleen para la prevención. Quizá por eso se llaman negras: porque suelen abrirse a la par que las tumbas. Y ya está bien. Aunque es posible que no esté en lo cierto. ¿Alguien puede arrojar más luz sobre el asunto?