Demasiadas veces, cuestiones relacionadas con la salud y su mantenimiento son tratadas sin el menor rigor. Deducciones sin fundamento, cuando no meras conjeturas que subordinan la objetividad a intereses más o menos confesables, pueden confundir al curioso o, lo que entraña mayor peligro, inducir en enfermos comportamientos inadecuados. Basta con darse una vuelta por Internet para comprobar hasta que extremo se mezclan conocimientos y creencias; ciencia con esoterismo.
Opinar es sencillo. Mayor dificultad entraña el saber de qué se habla y, si ello debiera ser condición inexcusable en toda circunstancia, ni qué decir respecto a la prevención de riesgos sanitarios, hábitos que pudieran ser perjudiciales o medicamentos que son autorizados para, pasado un tiempo, convertir a los usuarios en poco menos que envenenados. Hasta hace pocos meses, las estatinas, empleadas para descender los niveles de colesterol, se consideraban de gran utilidad, pocos efectos secundarios (excepto ocasionales contracturas musculares, lo más llamativo yde escasa relevancia) e incluso se afirmó en prestigiosas revistas médicas que pudieran tener efecto profiláctico para el cáncer de colon. Pues bien: ahora resulta todo lo contrario y la población con cifras de colesterol elevadas vería disminuido el riesgo de cáncer (así, en general). Por dar a ustedes otras pistas para la reflexión, si se les ocurre recabar información sobre ventajas e inconvenientes de la mamografía en mujeres presuntamente sanas, lo variopinto de análisis y datos pueden acabar aumentando si cabe su perplejidad. Y ni les cuento respecto a los cigarrillos electrónicos.
¿A qué se debe todo ello? Pues no hay una respuesta unívoca. Muchas digresiones siguen incorporando conocimiento, prejuicios y metafísica a partes iguales. De otro lado, se concluye demasiadas veces sin disponer de datos fiables, adecuado seguimiento de las poblaciones en estudio y, sobre todo lo anterior, prima el bolsillo de los fabricantes, con intereses encontrados (vapeo frente al cigarrillo tradicional o los parches de nicotina; diversos medicamentos con iguales indicaciones, Danacol frente a estatinas, por un suponer…) por sobre la información contrastada aunque, eso sí, cualquier memez se dirá avalada por la Fundación del corazón. O de la Salud Integral, según convenga. En vista de todo lo anterior, más nos valdría contar con una Fundación contra las Afirmaciones Gratuitas. Aunque debiéramos pagar algo para evitar, precisamente, esa gratuidad.
Sugiero lectura de «Medicamentos que matan y crimen organizado» (Peter Gotzsche, Libros del Lince). El título suena tremebundo, pero el autor es un catedrático de investigación clínica en la Universidad de Copenhague, autor de numerosos trabajos en revistas de máximo impacto, fundador de la colaboración Cochrane… Llega un punto en que resulta un tanto talibán, pero resulta que el tipo ha trabajado para la industria farmacéutica (AstraZeneca, por ejemplo) y no se puede decir que no sepa de lo que habla.
Me gustaMe gusta
Lo incluyo en lista.
Me gustaMe gusta
A mí lo que me parece vergonzoso es la participación de sociedades científicas profesionales médicas en la venta y promoción de productos de consumo. Que yo haya visto y recuerde: galletas en las que el envase muestra la recomendación de la Asociación Española de Pediatría, productos con omega 3 recomendados por la Fundación del Corazón. Sé que hay muchos más.
En mi opinión, las sociedades científicas no deberían participar en publicidad de productos de consumo que dan consejos gratuitos sobre salud para fomentar sus ventas.
Tufillo de afán recaudatorio facilón.
Me gustaMe gusta
Me veo rompiendo una lanza por las «sociedades» y quizá es que me hago mayor…
Aparte de una labor científica más bien limitada (porque no pueden suplantar a las publicaciones que rigen el «estado de la ciencia»), las sociedades revisten una condición educativa, divulgativa, pedagógica, social… (Creo que se entiende, sin entrar en el adjetivo.)
Siendo obvio que la alimentación, sin ir más lejos, pudiera ser nuestro PRINCIPAL problema sanitario colectivo, no me parece censurable que las sociedades rompan alguna lanza en esa batalla. ¿Trasfondo comercial, dice usted? Quizá, pero en no participando llegaría otro dardo: el de «pasividad», cuando no altanería.
Me gustaMe gusta
Estoy absolutamente de acuerdo.
Me gustaMe gusta
En lo que respecta a la salud estamos siendo manipulados desde el punto nutricional hasta el médico ya que los ciudadanos de a pie no tenemos por qué conocer los componentes de los medicamentos y confiar en los médicos que nos los recetan , aunque es cierto que muchos laboratorios venden sus productos como panaceas, y visto así no está de más conocer un poco que pueden causar los dif. componentes por si solos o en unión con otros lo cual es una ardua tarea. Por propia experiencia se que es necesario repetir tantas veces como sea preciso en las consultas médicas si somos alérgicos a algún analgésico , antibiótico o antiinflamatório, pues a veces, como me explicó uno de ellos, se recetan como agua.
Por otro lado está la parte nutricional, sin ir más lejos en los comedores escolares se sirven carnes y pescados que, aprovados por la CE para el consumo llevan tal cantidad de productos nocivos que nosotros mismos en casa ni los compraríamos. Pero están muy bien de precio y las empresas de comidas escolares los preparan sin ningún problema dado que no existe ninguna restricción para su uso. ¿No conllevará esto un riesgo en la futura vida de nuestros hijos?.
Es cierto que en muchos casos los padres no tenemos otra que dejarlos a comer en los comedores escolares, pero ¿no podría hacerse algo al respecto?
Me gustaMe gusta
Es difícil responder con criterio frente a propuestas tan generales. Todos los medicamentos tienen efectos secundarios… En cuanto a los alimentos, ignoro a qué alimentos nocivos te refieres en los comedores escolares. Si mencionases uno y su composición (aditivos o sustancias varias y presuntamente perjudiciales), podría objetivarse el riesgo si es que lo hay…
Me gustaMe gusta
Es cierto, no me exprese con la suficiente claridad.
Pongamos por ejemplo el Panga, creo que su lugar de extraccion está por Asia, pescado por el que los niños sienten verdadero aprecio, por su textura suave, pero cuando se abren las bandejas en las cuales se ha estado cocinando el olor que desprende es de fondo marino, y no precisamente limpio, mas bien a marea baja, y si se observa un poco más detenidamente su aspecto y textura no son suaves, sino gelatinosos.
Otra es cuando vienen esos lomos de pescado uniformes todos iguales hechos de trozos de pescado, eso no debiera llamarse en los menus como tal , sino como preparado de pescado.
Y no hablemos de la especie de Nuggets que aparecen de vez en cuando, no son trozos de pollo ni que decir de pechuga, es lo más semejante a una masa de carne y algo más, por supuesto a los niños les encanta todos igualitos y sin desperdicio alguno, de hecho hay niños que cuando les presentas pollo normal , con su hueso y todo no saben que hacer con el, lo cual a mi personalmente me aterra pues parece un indicativo de que lo que prefieren comer es comida basura, nada en su estado más básico, ya ni contar si hay, pongamos algo tan tradicional como podría ser un »Tumbet», alimentos que por ser menos refinados les da reparo comer.
Me gustaMe gusta
Lo siento, el ordenador hace hoy un poco lo que le da la gana .
El comentario anterior es mío
Me gustaMe gusta
Efectivamente, se trata de comida de segunda clase, aunque de eso a que suponga un peligro para la salud, hay una notable distancia. Yo creo que, en forma esporádica, no es perjudicial (otra cosa es que sea poco apetecible). En cualquier caso, consultaré con un nutricionista.
Un abrazo
Me gustaMe gusta
Esta charla ya la tuve con un reconocido nutricionista, y quedo en tablas pues según me aclaró habría que ver si los beneficios de comer este tipo de pescado y carnes, no serían mayores que el perjuicio de ingerir alimentos con un grado de contaminación relativamente elevado, a lo cual mi respuesta fue que si lo humanos vivimos cada vez más tiempo, todos estos contaminantes que vamos engullendo de manera oculta, obviamente nadie sabe cuanto hay en un alimento que esta permitido vender como seguro aparte de que los parametros cambian , no nos pasaría una factura muy elevada para nuestra salud, alcabo de nuestra cada vez más deseada longeva vida.
Un cordial saludo
Me gustaMe gusta
No tengo una respuesta incuestionable a lo que planteas. Los contaminantes alimentarios, siquiera algunos, son perjudiciales y pueden acumularse en el organismo (caso del mercurio…). Por otra parte, creo que no hay estudios controlados en número suficiente, y con el adecuado seguimiento, como para poder ofrecer en todos los casos respuestas definitivas. En mi opinión, seguirá siendo tema de debate por bastante tiempo.
Me gustaMe gusta
Ah, la comida… No deberíamos perder de vista que la «alimentación» es un concepto más amplio que la «nutrición», de hecho atañe más a los gastrónomos que a los médicos. Éstos, por otra parte, tampoco son inmunes ni a hipótesis infundadas ni a modas absurdas. Con toda humildad, sin embargo, propongo 3 observaciones:
1. En nuestras tierras hay más dislates por exceso de comida (de toda, de la «buena» y de la «mala») que por carencia de cualquier alimento en concreto. Nos sobra de todo, y así lo atestiguan las anacondas de grasa que circundan a la peña.
2. Los alimentos «de antes» (supongo que eso incluye los que NO había, por ejemplo durante la posguerra) no debían de ser muy malos, pues España tiene una de las expectativas de vida más largas. Cómase de todo, a ser posible fresco, y riéguese con los mejores vinos.
3. Conservantes, colorantes, edulcorantes, saborizantes, mejorantes, E-aditivos y otras E-mierdas… cuantos menos, mejor. Cuanto menos plástico, mejor. En «plástico» incluyo los monstruos de secano que algunos llaman lubina y rodaballo «de ración». En mi tierra existe un pez antaño despreciado, el humildisimo «chicharro», que por otros pagos llaman «verdel», y que no se cría en piscinas (todavía): compren chicharros y que se metan por retambufa la dorada de ración. Compren carne y mándenla picar, pero no compren «albóndigas» tóxico-industrial-prefabricadas. Mojen pan en la leche, pan con mantequilla y mermelada, incluso, pero que sea pan, pan, no esa caca grasosa a la que llaman «bimbo».
Me gustaMe gusta
Foro para crear una Fundación contra las Afirmaciones Gratuitas ¡¡¡¡pero ya!!!!
Me gustaMe gusta
Me apunto. Otra cosa es organizarlo… ¿Te animarías?
Me gustaMe gusta
Vale, pero yo también me apuntaría al Foro contra las Sandeces Tenidas por Canónicas. Nos echan del trabajo, seguro que nos echan, porque no hay suficientes horas…
Me gustaMe gusta