EL TERRORISMO INFORMATIVO, DE ROSITAS

Tomaso 2Lo publicitaron ayer como si se tratara de alguien importante. Pero no desde la cárcel como habría sido de esperar. La locutora inquiría con delicadeza sobre sus motivos y dejaba que el sujeto, un tal Tomasso Debenedetti, se explayara e intentara darle la vuelta a una actividad que en cualquier colectivo con un mínimo de coherencia debiera estar penada.Tomaso 1Resulta que el sinvergüenza -basta con verle la cara- lleva más de diez años mintiendo a todos. Empezó cuando en el periódico donde trabajaba le encargaron que entrevistase al escritor Gore Vidal. Éste se negó y el reportero, también profesor de literatura en Roma, inventó un diálogo que fue publicado en primera página. Desde entonces, más de un centenar de entrevistas falsas (Vargas Llosa, Philip Roth, Umberto Eco, Gorbachov…) por las que ha cobrado, ¡faltaría más!, sus buenos dineros. Tomaso 4Así que no nos venga ahora con el cuento de que la finalidad de sus embustes es denunciar la escasa fiabilidad de la información que recibimos. Vendió a los medios, mucho antes de que ocurriesen,  las muertes del rey de Arabia Saudí o de Benedicto XVI, fotografías falsas, conflictos políticos inexistentes… Y todo -asegura- por denunciar la ausencia de garantías sobre la veracidad de cuanto nos llega. Pero cobrando y de tapadillo hasta que fue descubierto. ¡Habráse visto!Tomaso 5El caradura se erige en defensor de nuestro derecho a no ser manipulados. Y se le ríen las gracias mientras otros, que filtran verdades -recuerden a Assange-, son acosados por ello y obligados a exiliarse. La argumentación que maneja ese delincuente es equiparable a la de un asesino o ladron si dijera que su comportamiento va encaminado a poner en evidencia la escasa eficacia de la acción policial. En resumen: el cinismo de que hizo gala en la radio pone una vez más de manifiesto que algo anda mal, porque no es de recibo que semejante individuo se encarame a la fama con base en sus mentiras, y goce de predicamento social, mientras que quienes se manifiestan frente a unos derechos pisoteados puedan terminar entre rejas. Y también quienes fotografíen los pisotones. Lo cierto es que ese Tomasso merecería a mi juicio otra cosa que un espacio público desde el que vendernos su indignidad. Pero no todos deben considerarlo así, porque sigue en las mismas.

Acerca de Gustavo Catalán

Licenciado y Doctor en medicina. Especialista en oncología (cáncer de mama). Columnista de opinión durante 21 años, los domingos, en "Diario de Mallorca". Colaborador en la revista de Los Ángeles "Palabra abierta" y otros medios digitales. Escritor. Blog: "Contar es vivir (te)" en: gustavocatalan.wordpress.com
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7 respuestas a EL TERRORISMO INFORMATIVO, DE ROSITAS

  1. fututasumhic dijo:

    Diez años para denunciar su indignación o es mala excusa o muy mal se le ha dado la denuncia. No es el primero en inventarse historias y debería tener consecuencias pero somos malos gestores de la mentira .

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  2. Mónica dijo:

    Con lo poco que he leído me he formado una rápida opinión.
    Periodista y mentiroso no casan bien.
    Pero sí impostor, sinverguenza, cínico, presuntuoso.

    A este hay que hacerle el menor caso posible, pues si se lo hacemos, sí que seremos todo lo tontos que él nos cree.

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  3. Lo más sorprendente es que sigue cobrando por sus falsedades destinadas, según dice, a reivindicar la verdad. ¡Menudo pájaro! Aunque no estoy seguro de que con su actitud y el predicamento de que goza, quienes quedemos peor seamos nosotros. Por nuestra indigna tolerancia.

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  4. Rosita Gonzalez dijo:

    La mejor explicación para ello te lo da la letra del tango «Cambalache» Saludos a todos Ro sita

    Date: Thu, 19 Feb 2015 17:12:57 +0000 To: rosita.uy@hotmail.com

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  5. Voy a intentar escucharlo…

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  6. drlopezvega dijo:

    Mira que uno lee, y sin embargo no tenía ni puñetera idea del tal Tomasso. En fin, dicen que le pagan: 1) Como profesor de Literatura y 2) Como periodista freelance, tan free que se inventa el lance. La primera faceta es tan etérea que ni Dios pudiera juzgarlo. Enseñará mejor o peor, lanzará sus dardos mejor o peor, preferirá autores o estilos con mejor o peor criterio, pero ¿quién sabe y a quién le importa, en realidad?

    Lo que nos «jode» es que se ha inventado las entrevistas. Coño, si ha conseguido mentir durante 10 años, debía de inventárselas con mucha verosimilitud, acaso dando semblanzas más ajustadas a la «verdad» que la imagen «proyectada» por el protagonista y admitida como «canónica».

    ¿Quién y cuánto le pagaban? Pues ellos sabrán y a ellos les compete perseguir al «estafador». A mí, lector, me importa un carajo. Corrijo, me jode en cuanto a las «noticias» -si es que eran falsas-, pero me da igual lo concerniente a entrevistas inventadas. Personalmente, leo entrevistas por pasar el rato, a sabiendas de que todo es mentira, o exageracíón, o añadido, o anacronía, o descontextualización, o parcial, o incompleto, o turiferario, o autobombástico, o memoria imperfecta, o inventado, o edulcorado, o… No es más (ni menos) que Literatura. Páginas destinadas al librero de viejo, a los anaqueles perdidos del idioma evacuado; lo curioso es conferirles respetabilidad y darse por engañado cuando se ve que el muñeco no se movía solo, sino movido por finos hilos o por una mano agazapada en el guiñol.

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