El más reciente entre nosotros, el Ana. Según he sabido, los nombres de mujer se alternan desde finales de los setenta con los masculinos, siguiendo un orden alfabético y pudiendo reutilizarse la designación cada seis o siete años a no ser que fuesen devastadores. En el siglo XIX se impuso el nombre de ellas para los ciclones hasta que una activista americana, Roxcy Bolton, inició una campaña contra esa asociación de la mujer con el desastre. Ha terminado por imponerse la alternancia de géneros para las ventoleras aunque, a decir verdad, las sigo recordando a ellas cuando el tiempo amenaza: el Camille en 1969 con vientos de más de 300 kms, el Katrina en 2005, el Yolanda, Irma…
Se nominan, sea cual sea la elección, para facilitar la comunicación pero, en tal caso, ¿por qué nombres de personas? A este paso, podríamos toparnos con un tifón Dulce, la tempestad Virtudes o, para cualquier desmadre invernal, Esperanza, Remedios, Caridad… Y, para terminarlo de arreglar, un estudio efectuado en 2014 asegura que los huracanes femeninos suelen causar más muertes por la menor percepción del riesgo frente a un vendaval Rosa o Misericordia, por un decir y, en consecuencia, la adopción de menos precauciones que si se trata del Ambrosio aunque, por lo que hace a los masculinos, sólo nos faltará que algunos empleen el diminutivo si el temporal se alarga y, por la prolongada convivencia con ellos se les tome aprecio. Así, el Bartolomé pasaría a Tolito o, el Francisco, a Paquito, con el consiguiente peligro añadido como ocurre con ellas.
Frente a todo lo anterior y si de etiquetas se trata, ¿por qué no designarlos con tacos, palabras soeces o insultantes? Y si se trata de recordar el nombre, incluso más fácil. Por lo demás, responderían al sentir de los afectados, a sus sentimientos y por ende, serían coherentes con el caos consiguiente. El huracán hijo de su p… madre, el tifón a tomar viento o el follador: The fucker en inglés y los chinos como lo traduzcan en su idioma. Oportuno, ¿no? Y es que a los meteorólogos -al igual que muchos políticos- se diría que les falte un aire (nunca mejor dicho) y hayan hipotecado el sentido común. ¿Cómo que Ana? El cabronazo, mejor. Y para repetir la lista cada siete años nos sobrarían adjetivos. Bastaría con volver a los mismos cada 50. O más.
Hola Gustavo no me parece mal tu reflexion sobre los nombres,pero pienso que siendo como ha sido por ejemplo el ANA se tendria que haber llamado ANITA,(al menos por aqui,aunque donde mas se ha notado ha sido en las olas de mas de 6 metros y eso ha repercutido en el precio del pescado,pues los barcos no han podido salir a faenar)
En la familia tenemos 5 ANAS aunque aqui les llamamos ANE
Soleis cantar alli villancicos la vispera de Navidad?
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Sí; Anita mejor en este caso. Y claro que se cantan villancicos… Los más pequeños sobre todo. Por lo demás, a mí mejor me va un par de copas y poner a algo de vuelta y media. ¡Hay tanto donde elegir…! Felices fiestas y un abrazo a los dos.
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Lo de Ana o Anita la verdad es que me la trae al pairo, Gustavo. Pero estoy contigo en que también me va mejor un par de copas y… tal. Por si no nos vemos, felices fiestas!!!
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Buenas fiestas, Teresa. Y un beso.
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Bueno lo de los nombres, y aunque si es cierto que hay alternancia, de verdad que no suelo recordar los masculinos. Que triste………
Felices fiestas y que lo bueno de este año sea lo malo del año que viene. Así que será inmejorable…..
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Igualmente, Rosario. Un abrazo y a esperar con optimismo el 2018. Y hoy, a ver cómo se resuelven las elecciones catalanas, asunto que también se las trae…
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