ROPA USADA Y NUEVA, A CARA DE PERRO

ropa 5 Para algunos, guardar la ropa usada y conservarla mientras dure, a veces por muchos años, es como hacerlo con las viejas amistades, sin sorpresas por conocidas y, debido a ello, un refugio de tranquilidad. Se sabe de su mayor o menor holgura, de un posible descosido… Pero haber convivido con ella, y ella con uno, supone reconocerse mutuamente en fortalezas y debilidades, y la costumbre de andar juntos deja libre la imaginación para incentivos más estimulantes.ropa 3

Ir al armario y encontrar lo de siempre en ese reservorio que puede remontarse al Pleistoceno, es puro sosiego. Todo lo que tengo lo llevo conmigo, reza el título de una novela de Herta Müller y, aplicado al vestuario, no se puede pedir más al iniciar la jornada, sin otros dilemas ni quebraderos de cabeza que cambiar a la siguiente camisa o pantalón y, al terminar el surtido, vuelta al principio sin la amenaza de que falte el bolsillo, sea insuficiente o sobren dos centímetros en algún sitio. Y a mayor abundamiento, ajeno al marasmo de los grandes almacenes o ser emplazado, caso del traje a medida, a precisar hacia qué lado se carga.Rafael Briceño Sierralta

He concluído, y por eso lo anterior, que hacerse con ropa nueva es siempre una experiencia inquietante que no conviene sumar, si puede evitarse, a las que la simple existencia obliga a asumir, así que mejor mantener el tipo: para que quepa la que nos viene acompañando de antiguo y también, aunque no sea empresa fácil, para enfrentar a la consorte y su reprobación, tan vieja como la chaqueta que tenemos en las manos. «¡Pero eso te vas a poner otra vez?». No obstante, valdrá la pena con todo y el desteñido. Y nada más que añadir excepto, si he de serles sincero, el temor a que pueda leer esto el sastre que vive en el mismo edificio y con el que suelo cruzarme en la escalera. Tendré que pensar algo e incluso aprender a desdecirme. Por si acaso.

Acerca de Gustavo Catalán

Licenciado y Doctor en medicina. Especialista en oncología (cáncer de mama). Columnista de opinión durante 21 años, los domingos, en "Diario de Mallorca". Colaborador en la revista de Los Ángeles "Palabra abierta" y otros medios digitales. Escritor. Blog: "Contar es vivir (te)" en: gustavocatalan.wordpress.com
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4 respuestas a ROPA USADA Y NUEVA, A CARA DE PERRO

  1. Mónica dijo:

    En mi caso prefiero siempre las prendas «antiguas» que he conservado durante tiempo. Las utilizo poco, solo para determinadas ocasiones. Y las cuido. De vez en cuando debo hacer revisión de armarios.
    Pero el problema viene con los cambios de talla asociados con el paso del tiempo…

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  2. ¡Ay, la tripa…! Un problema que entiendo perfectamente… Pero las camisas por abajo no crean problemas. Cosa distinta son los pantalones.

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  3. Rosario Ferrà dijo:

    Y ¿ que me dices de esa prenda que te caía tan bien? bueno que al ponértela un tiempo más tarde pues ya no…….sienta tan bien, pero en tu recuerdo está la imagen grata, así que descartas la nueva, y sigues guardándola, que nunca se sabe y citando, y quizá remedando un poco, un anuncio que vi hace poquísimo- Los viejos saben de estilo no de moda- bueno cambiaría viejos por gente con experiencia de vida, y el estilo siempre está contigo como un amigo fiel, pues es tu personalidad aflorando a través de tu ropa.

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  4. El estilo está contigo, seguramente, pero con absoluta seguridad, la pereza por mirar, tocar, ¿una talla más? No, yo creo qu está bien… Diálogos agotadores, ¿no?

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