Cuando vi en la Sexta a Carlos Sobera, presentador habitual en Telecinco, al servicio de una empresa de apuestas y promocionando con fingido entusiasmo el 888Póker, se sumó a la repugnancia el firme propósito de desconectar y cambiar de cadena en cuanto aparezca el tal. Quizá sea una apreciación que muchos de ustedes compartan si han asistido en algún momento a su lamentable interpretación: «Le regalamos 20 euros para empezar». U ochenta. «¡Juega, juega, juega!», «¡Vive, vive, vive!»… Así dice el que no tengo empacho alguno en tildar de impresentable sin justificación ni redención que valgan y es que, como afirmara en su día Quincey, cuando uno empieza a deslizarse cuesta abajo ya no sabe dónde podrá detenerse.
¡No vale todo para llenarse el bolsillo, Sobera! Y también podría darse por aludido Rafa Nadal (anunciaba PokerStars en Internet). Promueven un juego de azar que puede arruinar al participante o convertirlo en ludópata, y lo hacen como si se tratara de un deporte. En el caso de Sobera en concreto, me pregunto si se habrá planteado dónde ha quedado su ética en tamaño desafuero: juega para vivir, o vive para jugar, conmina a los televidentes y, en ambos casos, da para desviar la vista con sonrojo antes de mudarse a otro canal.
Es evidente que andamos necesitados de regulación legal en materia de publicidad y ya ha tenido lugar en el Congreso un debate al respecto pero, en tanto se legisla -y cualquier normativa puede demorarse, dada la lamentable categorización de los problemas por parte de nuestros políticos-, seguimos asistiendo con estupefacción a publicidades que pueden poner en solfa la salud o, en todo caso, la sensibilidad: desde episodios de violencia en horarios infantiles a interminables anuncios de prostitución en prensa. Y ahora, encima, este Sobera, sin ningún escrúpulo, intentando abducir a los menos avisados. De juzgado, vamos. ¿Hasta cuándo unos sinvergüenzas haciendo su agosto sin traba alguna, y convirtiendo al público en mercado de vicios?
Totalmente de acuerdo. La s apuestas en el futbol son otro motivo de escarnio. JR
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Conste que te sigo leyendo, pero de momento de esta manera. El artículo muy bueno y Carlos Sobera(al que había visto muchas veces) verdaderamente UN IMPRESENTABLE.
O.C.
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que Juventud tendremos si apoyamos el botellón, el juego? VERGONZOSO
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No damos a basto querido, surgen temas complejos con una asiduidad que refleja una sociedad consumista y tan peligrosa !!!!. Bessssss
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