LOS BARES: DENTRO O EN SUS TERRAZAS

bar 4          «La isla está llena de ruidos… que deleitan y no hieren». Así decía Shakespeare en La tempestad aunque, de haber vivido en nuestros días -y creo que también en otros lugares a más de cualquiera de las islas baleares-, habría suprimido el deleite para cambiarlo por tapones en los oídos tras visitar ciertos bares. Y hay excepciones, ¡faltaría más!, aunque incluso la tranquilidad de algunos puede verse interrumpida demasiadas veces por el follón del situado en sus inmediaciones.

Cuando dentro del establecimiento, la placentera convivencia se revela imposible y, de estar en soledad, ésta será sonora para dar razón a San Juan de la Cruz. bar 5La falta de adecuada insonorización, sumada a la carpetovetónica costumbre de hablar a gritos y hacer de las carcajadas cantos de gallo, convierte con frecuencia el pretendido sosiego o el diálogo en imposible quimera. Y ni les cuento si sentados en la terraza, en la proximidad de ese omnipresente músico callejero de quien no podemos desconectar y que, de la mañana a la noche, nos torturará con el mismo repertorio en donde, con toda probabilidad, no ha de faltar O sole mío, el Bring back, bring back my bonnie to me, to me, o la musiquilla de Bella ciao, ciao ciao. Aunque de sugerir un «ciao, por favor» al intempestivo de turno, ni el menor caso.bar 2

Para acabarlo de arreglar, en los últimos meses buena parte de los bares que frecuento han sido presos del ciberfetichismo, y el camarero único y servicial que atendía, desde el pedido al cobro, ha sido sustituido por un equipo sometido al dictado de la tablet: el primero anota, teclado mediante y con variable habilidad: «Esto no funciona», «A ver: ¿qué me había dicho que quería…?». Un segundo servirá y el tercero, quizá ya el cuarto en visitarnos, vendrá a cobrar lo que marque el artilugio con el que aún debe familiarizarse. bar 9Son los esclavos de ese «Internet de las cosas» que han suplantado al camarero de siempre, en el pasado capaz de memorizar sin sombra de error. A resultas de todo lo anterior, y de poder influir en los bares y cafeterías que jalonan mis paseos, aconsejaría cuidar el ambiente, mirar al cliente en vez de al teclado, el pan del día y una sonrisa. Como tiempo atrás.

 

Acerca de Gustavo Catalán

Licenciado y Doctor en medicina. Especialista en oncología (cáncer de mama). Columnista de opinión durante 21 años, los domingos, en "Diario de Mallorca". Colaborador en la revista de Los Ángeles "Palabra abierta" y otros medios digitales. Escritor. Blog: "Contar es vivir (te)" en: gustavocatalan.wordpress.com
Esta entrada fue publicada en Actualidad, Opinion y etiquetada , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

7 respuestas a LOS BARES: DENTRO O EN SUS TERRAZAS

  1. Rosario Ferrà Claveras dijo:

    Ya que viene a cuento, estuvimos, en plena ola de calor, en Cuenca que aunque pequeño,bien vale un viaje. Pues encontramos allí una confitería de nombre Ruiz en plena calle Carretería, donde los camareros, muchos, atendian las mesas sobre todo del exterior,pues dentro suele ser costumbre que muchos clientes cojan sus pedidos de la barra; el caso es que era confitería cafetería y estaba a los topes, gente mayor joven,mediana edad.Los había que iban solo a comprar pastas o pasteles, espectaculares por cierto, otros se los tomaban allí con café, pero el ambiente era siempre de bullicio templado, el local me recordó al Café Moka cuando entrabas allí y podías apoyarte en aquella barra de madera de aspecto envejecido y cálido.
    En fín, le pedí a la dueña si podía hacer fotos y se alegró por ello, la cuestión era que una vez hechas le expliqué que en Palma habíamos tenido locales como aquel pero que la modernidad y los alquileres les habían ganado la partida, pero que luego duraban como mucho 3 años los nuevos negocios a lo cual ella orgullosa contesto que hacía 60 años que estaban abiertos.( suto, pues como no haya relevo generacional….)
    Al segundo día de ir a desayunar ya los camareros te saludaban cordiales y preguntaban si tomarías lo mismo del día anterior,¡pero si el local estaba a tope!
    Nada, si vais a Cuenca,pasaros por alli, está todo bueníííísimo.

    Le gusta a 1 persona

  2. Una ciudad entrañable… Si vuelvo, sin duda visitaré la calle y ese bar Ruiz.

    Le gusta a 1 persona

  3. Pilar Bonilla dijo:

    Cómo nunca he soportado ruidos y aglomeraciones es que ya, si no es por un compromiso firme, apenas piso por el centro. Hace poco comí con unas amigas y un individuo que estaba al lado de nuestra mesa empezó a cantar, y mira que lo hacía bien, pero cuando le hice un comentario que por favor no nos dejaba oírnos…taza y media. En este caso ni los camareros hicieron amago de callarle, y tuvimos que ser tajantes. Educación cívica ¿dónde estás?. Menos mal que nos quedan lugares dónde es posible el disfrute, aunque el compromiso está en no mencionarlos…shhhhh.

    Me gusta

  4. Cualquier día, en secreto, nos intercambiamos un par de lugares… con la condición de que no haya habido jamás un cantante de por medio…

    Le gusta a 1 persona

  5. Pilar Bonilla dijo:

    Me parece una excelente idea, porque no nos hemos encontrado, y eso quiere decir que tenemos dos pares. Besosssss

    Le gusta a 1 persona

  6. Cati Colom Llado dijo:

    Cuanta razón en su escrito, hemos evolucionado rápido,en muchas cosas,los gritos,el barullo de los cantautores de turno,el griterio de niños en algun parque vercano.El verano,el verano…pero lo del camarero con su artilugio moderno tiene toda la razón, para él ,es un verdadeo embrollo ,el pobre le iría mejor el boli y la libretita como otros tiempos.Pero el cambioa las maquinitas avanza rápido,que tenemos que aceptar.Un abrazo.

    Me gusta

  7. No nos queda otro remedio… Un abrazo.

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s