Por mucho que se estrujen la memoria, va a ser difícil que recuerden cuándo fue la última vez que supieron del líder de algún Partido aprobando sin ambages la propuesta de un contrincante. Todos ellos denostan de cuanto digan o hagan los otros y sin otra convicción que la del desacuerdo, aunque los argumentos esgrimidos no resistan el menor análisis y es que prima la fe en sus siglas y tradicionales postulados por sobre la razón, lo que no extraña, ya desde antiguo, en quienes tanto por inteligencia como por nivel moral –como afirmase Clarín, tiempo atrás– no suelen pasar de medianos.
Cualquiera habrá advertido, y cuantos más Partidos políticos en liza con mayor claridad, que los juicios por su parte respecto a los demás no son con frecuencia sino prejuicios: dogmas que nublan la razón. Y el esfuerzo de cualquier formación se centra en justificar sus propios discursos y poner en solfa los ajenos, lo que, de sumarlos, nos llevaría a concluir que no hay más futuro que el de la distopía porque, de atender a todos, resulta que ningún proyecto es aceptable y solo obedecen a la estrategia para hacerse con el poder y las voluntades de los incautos –nosotros–. Bien sea antes, durante o tras unos comicios que, de no auparlos a ellos, en su opinión habrán puesto únicamente en evidencia la permeabilidad de los votantes por lo que hace a sofismas o simples mentiras. Siempre las de los demás.
Llegado aquí, convendrá señalar que no pretendo abogar por una extendida unanimidad que, a más de imposible, sería indeseable porque constreñiría la imaginación frente a posibles alternativas a cada situación. Pero de ello a hacer de los pactos una quimera media un abismo y, en el actual contexto, el premio que podría recaer en quien antepusiera el interés colectivo al de sus afiliados y simpatizantes, habrá de posponerse al igual que sucedió el pasado año con el Nobel de literatura pero, en este caso, sine die. El único consuelo al que agarrarse es asumir, como dijera William Blake, que sin contrarios no hay progreso. Y con estos hipócritas de por medio, capaces de cualquier alegato siempre que no incorpore un amén a ocurrencias del vecino, parece que avanzamos hacia el mismo, hacia el progreso y, dada la plétora de contrarios con similar talante, sin importar colores o siglas, a endiablada velocidad. Porque no es no; siempre, con relación a todo y sin matices ni excepciones que valgan. Tampoco por lo que hace al actual conflicto en Cataluña que, visto el talante de unos y otros, tiene visos de perpetuarse al modo de un condicionante, más o menos soslayable, de nuestro porvenir.
Tengo la impresión de que, lo que últimamente quieren es hacerse con el poder y los emolumentos que este conlleva.
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Es, si no fuera por lo importante del asunto para nuestra vida cotidiana, de una absurdez deplorable. No estaba ayer en casa, y si hubiera estado ni por asomo habría visto ese debate que, según algún artículo leído, confirma lo que has escrito querido.
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A la media hora, el sueño era ya invencible y ahí se acabó. Y sigue la casa sin barrer…
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Vi el debate una media horita y la verdad me canse de que solo saben sacarse unos a otros los trapos sucios,un desastre ,parecen niñatos todos remeten unos con otros ,un verdadero desastre,peró esto es España,y como dijeron un dia España va bien,pues sí muy bien.un saludo.
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Estos politicos, aunque mueban oyentes no disfrutan de credibilidad y me atreveria a secir que pocos se les tiene en cuenta, unos por demasiado obtimismo y poderio en cambiar cosas que estas muy arraigadas otros por no tener poder de convicción.
El temor de las masas a determinados sistemas, dejan un margen de elección más ién poco optimista pues entre todos no hacen un
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Tantas opiniones distintas sobre el tema, que es posible todo…
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Muchas y variadas opiniones, ypara elegir a un quien nos reoresente …que hacemos el pito,pito,colorito?
Hay cosas de unos que gustan,y otras no,eso mismo ocurre con todos, y lo que más temo es que yendran que pactar y si no apoyan al nombramiento del que sea que tenga slgún escaño más,,que ocurrira otra vez elecciones.?
Bueno como ni tú ni yo me temo que no sabemos los entresijos de está empresa llamada» politica» esperaremos a ver que pasa y asumir las consecuencias…
Un abrazo.
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No nos va a quedar otro remedio…
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No ,para nada al contrario, tengo problemas con el ordenador y escribo desde el telefono mobil, y con algún que otro problema, espero subsanarlo..perdon .
.catigallardo
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Pues visto lo visto,se confirman vuestras sospechas.No me gusta parecer siempre tan pesimista pero.es que realmente vamos a.peor,y mas que progreso esto a mi me pinta a retroceso….
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No creo que andes desencaminado…
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