La epidemia por coronavirus (COVID-19) no es de mayor prevalencia o mortalidad que las registradas a consecuencia de la gripe en los últimos años y sin embargo, el trato mediático que viene recibiendo enciende todas las alarmas que quepa imaginar, en línea con lo que viene siendo la tónica informativa habitual: un ejemplo más de la creciente tendencia a cambiar realidad por representación suplantando los hechos en favor de su eco y, en consecuencia, aumentar audiencia: oyentes y lectores.
Se hurtan las descripciones que permitan mayor objetividad por puro y simple oportunismo; se acostumbran a mezclar datos con opiniones de mayor o menor calado y, en pos del interés, la probabilidad desplaza a las certezas poniéndose el énfasis, indefectiblemente, en las hipótesis más inquietantes bajo la convicción de que el miedo vende. Porque vamos a ver: el 80% de los casos son asintomáticos, sólo un 5% precisará de tratamiento, la mortalidad oscila alrededor del 2% y ocurrirá, al igual que sucede con la gripe estacional, en aquellos pacientes con menores defensas, sea por avanzada edad o con patologías concurrentes. Pese a todo ello, es de no creer la tendenciosidad con que se viene tratando el tema en prensa y noticiarios, fomentando bulos e infundados temores que han propiciado desde el agotamiento de las mascarillas a que se huya de los chinos como si fueran, cualquiera de ellos, emisarios de la muerte.
No hay sino leer los periódicos o escuchar cualquier cadena para alimentar la convicción de que el número de fallecidos es muy superior al reportado, que China está intentando minimizar la gravedad, ocultando datos o que la epidemia, como se dijo, ha surgido por maniobra de EEUU y es parte de su estrategia en el contencioso con aquel país. A resultas de todo ello, buena parte de la población con el corazón en un puño («¿El seguro me cubre el coronavirus?». «¿Qué hago si empiezo a toser?») y anulando viajes, reticentes incluso a salir de casa y cambiando de acera con sólo atisbar a alguien de rasgos orientales. En resumen: una pena, flaco favor al equilibrio social y, a no tardar, el evidente ejemplo de lo que puede construirse a caballo entre la imaginación calenturienta y el interés. Si lo dudan, al tiempo.
A estas alturas d la vida todos deberíamos saber q lo q mueve al mundo es puro interés económico y hacer daño al resto d los mortales.. Las élites han tenido y tienen las mejores fichas para mover en el tablero y ganar, luego nosotros, somos su servidumbre y d donde s alimentan😉😘🤗❤🌟
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bien Gustavo bien
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Que tú estés de acuerdo es un respaldo que me hace pensar que no andamos muy equivocados…
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La nueva pandemia, la del miedo. Cuando empezaron las primeras noticias no era difícil prever lo que ahora está sucediendo y de forma tan virulenta. Conjeturas ya hay diversas, pero consecuencias las evaluaremos de aquí a un tiempo. De momento la bolsa baja, cancelaciones de eventos añadidas a la primera en Barcelona; las mascarillas que tanto necesitan muchos pacientes se agotan, incluso robándolas personal sanitario. Asistimos a una enésima crisis, el tiempo nos dirá. Pero qué pesadez en estos tiempos digitales.
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No estoy muy segura si tal alarmismo es prudente , algo exagerado me imagino que los que lo divulgan haciendo alarde de exagerado peligros sea más perjudicial que beneficioso, hemos padecido muchas formas de» gripe » que pueden derivar en neumonía y si la persona tienen otras patologías , tiene más posibilidades a complicarse,, cada año aparece signos gripales ,
No se a que este revuelo con la consiguiente preocupación y temor de todos , con las simples precauciones higiénicas y si, fiebre antitérmicos, y si no hay más molestias, no más preocupaciones, no se si hay más intereses de otra índole, es excesiva, tanto hablar del tema solo crea confusión, la sanidad Española esta muy preparada para atender este tema, no alarmar seria una buena decisión, evidentemente tienen más peligro las personas mayores, niños y sitios con mucha aglomeración pero, no creo que sea tan alarmante como para estar en cada noticiero hablar más de lo mismo ,,, Como he comentado antes que haya otros intereses, porque de todo se crea un «interés» y si es lucrativo mejor ,, con el caso de las mascarillas pues ,,, se agotan ,, no me extraña ahora no habrá ni para entrar a quirófanos.
En fin parece que gusta infundir miedo, Un abrazo y buen fin-de semana
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Así es la impresión de muchos. Buen fin de semana a ti también.
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Parece como sinos encontráramos en una película de terror, ante una revuelta de personas por no contagiarse de un virus, que azota a la humanidad. Fui ésta semana para ynas gestines a unas oficinas, era increible, el señor que cogía los papeles a cada persona, al terminar se lavaba las manos, igual que aa los hospitales. Increíble nos estamos volviendo paranoicos de los servicios informativos, y televisión. Un abrazo.
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Así está el asunto, Cati. Lamentable…
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