La enferma, tratada por cáncer de mama años atrás y en principio curada, acudía semestralmente a consulta para el oportuno control. Ya entrada en años, se mantenía aún en aceptable estado físico y no había perdido, desde que nos conocimos, las ganas de contarme sobre sus avatares una vez descartada toda sospecha de recidiva. Sabía por ella de su marido (nunca la acompañó al hospital), dueño de una peluquería antes de moda y últimamente en decadencia, así que pregunté una vez más por él.
– ¿Juan? Está muy bien. Y yo feliz. Lo único es que bebo un poco: algunos cubalibres. Y anís después de cenar. Dos o tres copitas. Él también se pasa alguna vez. Ayer cuando volvió a casa, muy cansado, arrastraba la lengua… Pero bueno, ya va por los setenta largos y eso se nota.
Nuestro hijo… Sigue con ataques como de epilepsia de vez en cuando. Nos dijeron que fue por el tratamiento de una pulmonía cuando era pequeño, no sé… Pero por lo demás, tirando, y yo la mar de contenta. No: seguimos sin llevarnos bien con él y qué le vamos a hacer.
Ya creo que le dije en otra ocasión que había trabajado diez años con su padre hasta que se pelearon y entonces le montamos otra barbería, pero le fue fatal y terminó por cerrarla. ¿De qué vive? Pues ahora escribe en una revista sobre cosas de estética. El otro día, por cierto, ponía por las nubes a uno que había trabajado con mi marido hasta que tuvo que despedirlo porque le robaba. Bueno, cosas así… Es porque está enfadado con nosotros y quisiera que nos jubiláramos y le regalásemos el negocio. Pero entonces, claro, no habría de qué echar mano… Por eso Juan continúa peinando y arreglando barbas.
¿Venderla? Ni hablar, ¡que va! Mi hijo no volvería a hablarnos. En fin: seguimos así y encantada de la vida. Últimamente se me hincha una pierna. No, ya sé que no tiene nada que ver con lo del pecho, pero pienso en cómo voy a poder seguir cuidando de mi suegra, ya con noventa cumplidos. Sí, vive con nosotros. A veces me digo que Juan es muy inútil y si yo faltara no podría hacerse cargo de ella. Pero a mí me va de momento de maravilla, ya le digo. Hace pocos meses le hicieron una fiesta en el trabajo por su cumpleaños y uno de los dos empleados me contó que se había enterado hacía poco de que mi hija era dependienta…
Era, le contesté. Con la crisis la han despedido.
-Pues la mía, que debe tener más o menos su misma edad, estudia arquitectura.
-¡Qué bien! Carmencita no quiso pasar de primaria y yo no la obligué. ¿Cree usted que hice mal?
-Quizá –le respondí-, si la hubiese motivado…
-Cualquiera sabe. Pero tiene dos niños preciosos. Espere: mire la foto. El pequeño es retrasado pero nos han dicho que crecerá bien. Y yo encantada.
-…
-Muy orgullosa. Por eso y algunas otras cosas que le he contado otras veces, bebo un poco. Y tan contenta. Sí: quizá más de la cuenta, pero es por dar gracias a la vida que me ha dado tanto… ¿Conoce la canción?
Me encanta,tantas cosas al traste,y ella con unas cuantas copitas,realmente muy positiva,peró muy positiva.Y es que si las cosas a veces se tuerzan vale más mirar de enderezarlas y si bebiendo un poquito todo bien pues adelante,Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Estas cosas dramáticas, tragicómicas, reales de la vida cotidiana de quien, a pesar de todo, está contenta . Cuántas mujeres, especialmente mujeres, como ella , copitas de anís, un gin tonic o dos de más , o no , a pelo … te lo cuentan, así, sin más … Me ha parecido un relato conmovedor , muy de verdad. Gracias Gustavo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
!Qué entrañable¡. Esa manera de no caer en la derrota, a pesar de sus circunstancias. Ternura nuevamente me has generado.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Estoy convencida, que el de fuera un familiar cercano que era mi pasión por el cariño que le tenía, he descubierto que no he perdido aunque asío crean.
Lloré mucho y lo pasé mal muy mal, pero me he dado cuenta que yo no he perdido.
A mi me perdieron..!!!!!!
Estoy mejor que nunca, y nadie me censura he ganado a todos los niveles ….
Me gustaLe gusta a 1 persona
Una muestra de una gran dosis de positivismo , en cada circunstancia personal de la vida , para seguir recorriendo el camino y no caer en el desánimo.
Me gustaMe gusta
Tremendo espiritu d e lucha en la vida muchos deberiamos contagiarnos con ella.Saludos
Me gustaMe gusta
Mario: saludos de vuelta y encantado de encontrarte aquí.
Me gustaMe gusta