NECESIDADES VARIOPINTAS

Es tema en el que me he dado a pensar tras saber de las penurias que afectan a muchos jóvenes que no pueden, ya pasados los 30, independizarse de los padres. O de esos otros que, destinados a las islas de Menorca, Ibiza…, y debido al inasumible precio de los alquileres, deben hacerse con una habitación compartida cuando no pernoctar en el coche. Todo ello explica que la Yourcenar afirmase, quizá por conocer situaciones parecidas, que “lo que hace la pobreza tan dura no son las privaciones sino la promiscuidad”, y es que convivir por las noches en un garaje, o cuatro adultos en 9 m2 como leí hace poco, parece remedo de cárcel o campo de concentración.

A partir de aquí, no he podido por menos que reflexionar sobre pobrezas, ciertas o figuradas, que se nos muestran cuando transeúntes y en barrios dispares. Algunas mueven sin duda a compasión, sea por aspecto o contexto, mientras que otras veces se nos pone la mosca tras la oreja pasados unos minutos de observación. Vi ayer a un hombre en una vieja bicicleta, de avanzada edad y ropa precaria que, sin dirigirse a nadie en particular, se detenía frente a cada poste de pago, en las zonas de estacionamiento callejero regulado, y metía los dedos en la cajita del cambio por si alguien hubiese olvidado recoger las monedas. No me pareció que se hiciera con ninguna mientras venía en mi dirección, así que, al cruzarnos, saqué del bolsillo un par para su satisfacción y de paso la mía. Sin embargo, he de reconocer que no es mi comportamiento habitual y es que los pordioseros, como he comprobado hasta la saciedad, en ocasiones no llaman a la piedad por lo que uno prefiere, frente a ciertas evidencias, mirar hacia otro lado aunque, como escribiera Lezama Lima en su novela “Paradiso”, una de las cosas de más terrible lectura sea la sonrisa del limosnero (realmente necesitado, añadiría) cuando no recibe la dádiva que espera.

No se trata de banalizar el mal pero, en un remedo de las organizaciones de explotación sexual, algunos pedigüeños son traídos de otros lugares y utilizados para el enriquecimiento de sus amos, sustituyendo la prostitución por vasito o mano tendida. Otras veces la simulación, como he podido deducir, viene de cosecha propia. En mi ciudad -Palma de Mallorca- y junto a la basílica de San Miguel, un africano pide tumbado sobre un cartón y con aspecto de paralítico hasta que, al caer la noche, se yergue sin mayor problema y, tras sacudirse la ropa, abandona el lugar. Conozco a otros falsos tullidos de fornido aspecto que prefieren el reposo en la esquina a trabajar con pico y pala; el del Paseo del Borne llega a su lugar, a primera hora y con su perro, provisto de una silla de ruedas desde la que intentará vender gato por liebre; otro a cuatro patas y sosteniendo el bote con ambas manos o la joven, cada mañana, por las terrazas de los bares y que, de no conseguir su propósito, eleva la voz y puede ponerte como chupa de dómine mientras tomas el café.

La sociedad es sin duda desigual y muchos las pasan canutas para seguir adelante, pero se perciben con menor frecuencia que esos para los que el fingimiento parece sacarles de supuestos o ciertos apuros. ¡Pero si incluso Ulises, tras veinte años de periplo, al volver a Ítaca se disfrazó de mendigo para recuperar a Penélope, su mujer! Y es que la miseria, desde antiguo y hasta hoy, puede ser castigo pero, como la mayoría de ustedes habrán observado, también recurso.

Acerca de Gustavo Catalán

Licenciado y Doctor en medicina. Especialista en oncología (cáncer de mama). Columnista de opinión durante 21 años, los domingos, en "Diario de Mallorca". Colaborador en la revista de Los Ángeles "Palabra abierta" y otros medios digitales. Escritor. Blog: "Contar es vivir (te)" en: gustavocatalan.wordpress.com
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7 respuestas a NECESIDADES VARIOPINTAS

  1. Rosario Ferrà dijo:

    Los hay de todo tipo, a mí la que más me impacto, por la incongruencia, fué la que después de estar pidiendo por la plaza del mercado sacó un móvil, no uno cualquiera sino uno de pantalla táctil que no son baratos (yo he funcionado durante años con uno de 35.-€), y se puso a charlar sobre como iba todo…, que cada uno interprete el todo según le parezca.

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  2. Anónimo dijo:

    Eso que comentas lo he pensado más de una vez pero seguro que pagan justos por pecadores y yo procuro diferenciarlos a la hora de darles ayuda por más o menos la edad o alguna incapacidad manifiesta

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  3. A veces se hace difícil distinguirlos…

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  4. Anónimo dijo:

    Los de aqui, que los hay tambien, son la mayoria drogadictos o alcoholicos porque reciben ayuda del gobierno y comida gratis en los bancos de comida donde incluso cuando llegue aqui a Montreal hace 25 annos atrás trabajé como voluntario., conclusion de todo hay enla viña del señor

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  5. Cati Colom Llado dijo:

    Así es,me dan pena,y una vez había en Palma una señora muy mayor ya viejecita,daba lástima,tanta me dió que le dí 5 euros,no habia caminado mucho cuando me giré ,ví a un hombre que se le acercó y la viejita le dió el papel.Estaba allí por aquel tiparrajo,por favor ésto es lo desastroso.

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  6. Cati: como vemos, la manipulación no conoce límites…

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  7. Pingback: Necesidades variopintas | Palabra Abierta

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