Leo con repugnancia -no con sorpresa- que han llegado al Vaticano 1800 denuncias de pederastia en los últimos 3 años, y que se estiman en unos cien mil los casos en USA.
La indignación no es operativa, como hemos comprobado en este país, y si hemos de confiar en las investigaciones internas, al estilo de las que auspicia el PP sobre la pasta repartida por el Sr. Bárcenas, aviados estamos.
Se impone una solución y aquí va mi propuesta: incorporar una pastilla de antiandrógeno al vino de misa. Método incruento el de la castración química, barato, universal y que evitaría las erecciones entre los Oficios, facilitando un pastoreo de almas sin segundas intenciones.
Espero que tome buena nota el Santo Oficio.
María: yo creo que meter en sus conventos a un cura salido… Igual se tranquilizaban
Me gustaMe gusta
Pues ahora el Papa Ratzinger se retira a un convento de clausura… Seguro que las tranquiliza un montón !!! 🙂
Me gustaMe gusta
Es muy posible que respondan como aquel que, cayendo al vacío, ruega al cielo un milagro que lo salve.
-Vendrá un ángel -oye decir desde lo alto- que te recogerá en sus alas…
Mientras sigue el descenso, el hombre responde: «¿No hay nadie más?»
Me gustaMe gusta