En China ha empezado el año de la serpiente. Aquí también lo vivimos, desde hace un lustro como poco y además en plural, a pesar de que los chinos son más que nosotros.
Los años de las serpientes pòr lo viscosas y lo subrepticio de sus mordidas, tan pausadas que empiezan por estos pagos para terminar en Suiza o cualquier otro paraíso fiscal.
Serpientes deformes unas, con extremidades largas y Rambla dedicada; ofidios otros que, en vez de silbar, cecean, que degluten poblaciones enteras sin que se les note en un abdomen que a veces presumen de tener como una tabla. Reptiles que han cambiado sus guaridas del subsuelo por vistosos palacetes, agresivos o sonrientes a conveniencia…
Visto lo visto, ¡qué nos van a contar los chinos!