Me han pasado un vídeo en el que la Presidenta de Argentina presenta el programa titulado «Argentina innovadora 2020». Lo cierto es que da vergüenza constatar no ya su crasa ignorancia respecto a lo que intenta explicar, sino la caradura y el desprecio que supone salir al estrado sin pajolera idea, sin haber preparado previamente la pronunciación de los términos científicos. Siquiera por respeto a la audiencia.

No acierta a decir «Triptófano», «Triglicéridos» o «Liofilización», y balbucea como aquí la Cospedal cuando se refiere a Bárcenas, pero la guinda es la teoría que la señora mantiene respecto a la diabetes: una enfermedad de ricos, así de simple, «Porque son sedentarios y comen mucho». Pero estemos tranquilos porque va a desarrollarse un «Cuerpo antimonoclonal» (en lugar de «Anticuerpo monoclonal»), afirma atisbando de reojo el suyo.

El asunto sólo daría para la risa si no fuese porque el acto pretendía ser serio y, mientras contemplaba el esperpento, me he dado a pensar que la buena mujer ejemplifica otras comparecencias igualmente frívolas. Si lo dudan, vean a Guindos o Montoro diciendo digo donde dije diego. O a Rajoy, que ni digo ni diego sino todo lo contrario. Tal vez un examen de cultura general a los mandamases, como requisito previo a su toma de posesión, evitaría, a argentinos o españoles, semejantes bochornos.