La primera, entre otras maniobras en su beneficio, nos ha salido ahora con que el Gobierno debería bajar los impuestos. ¡Pero ya! En cuanto al por ahora líder de la Oposición, sigue en sus trece con un pacto que Rajoy apoyaría siempre que sea para refrendar sus obediencias a Europa, que no decisiones. Un pacto a mayor gloria de estos indecentes monaguillos.
¿Pero es que no se enteran? Me da a mí que sí. De Aguirre puedo entender la sugerencia en saco roto para poder esgrimir más adelante, cuando le convenga, el argumento: «Saben ustedes que yo no estuve de acuerdo». Más o menos lo que aducirá el segundo, así que puede ser que se enteren y se limiten a cubrir el expediente que es a lo que, en cualquier caso, nos tienen todos acostumbrados.
¡Claro que se reducirá la presión impositiva! ¡Por supuesto que sí!, pero cuando convenga a los intereses del PP, que no a los sufridos paganos. Meses antes de unas elecciones que, por cierto, se convocarán entrado ya el buen tiempo, que es cuando desciende el paro. En llegados ahí, nos contarán que la travesía ha sido dura pero ha dado resultado y, desde ese instante, ¡a disfrutar! No hace falta ser un lince ni presumir de Casandra para saberlo. Basta con percatarse de su catadura moral.