La obtención de células madre (stem cells) en el laboratorio, abre el camino a nuevas posibilidades terapéuticas para un buen número de enfermedades. Estas células pueden obtenerse, en síntesis, de tres modos. 1) Células procedentes del adulto (existen en pequeña cantidad). 2) Células de embriones de 5 ó 6 días, resultado de la fecundación in vitro con intención reproductiva que finalmente se frustró (de no ser utilizados, estos embriones deberán ser destruidos pasados 5 años, según establece la ley). 3) Por clonación, extrayendo el núcleo de un óvulo fecundado y sustituyéndolo por otro procedente de una célula de tejido adulto.
En estos días se está hablando otra vez de esta tercera opción con finalidad médica, así que nada que ver con la clonación de seres humanos (clonación reproductiva). Estamos a las puertas de conseguir avances sustanciales en el tratamiento del Parkinson o la enfermedad de Alzheimer; de que un diabético pueda volver a producir su propia insulina y no precise de más inyecciones, que en determinados cánceres el pronóstico mejore sustancialmente… La aurora de una revolución científica de primer orden y, otra vez más, la Iglesia en contra. Aunque no nos venga de nuevas.
El conocimiento siempre ha contado con su oposición. Nuestro planeta debía seguir siendo plano; con el descubrimiento de la circulación sanguínea hubo sus más y sus menos, se opusieron a las vacunas, arrugaron la nariz frente a la anestesia y, más recientemente, contra los métodos hormonales para la prevención del embarazo, el preservativo, la fertilización in vitro… ¡Qué cruz! Y nunca mejor dicho. ¡Por qué no os calláis? Pero el Rey sólo se atrevió con Chávez.
Efectivamente Gustavo, también se oponían a la disección de cadáveres, necesaria para comprender la anatomía humana y el origen de ciertas enfermedades.
Y en España lo vemos con cierta lejanía pero acabo de llegar de Nicaragua donde la Iglesia dogmatiza y legisla. Está prohibido y penado el aborto terapéutico, la congelación de embriones, la destrucción de embriones y menos mal que el gobierno no se atreve a penalizar los anticonceptivos.
Es lamentable que, hoy en día, basándose en la existencia de un Dios que no ha visto nadie, alguien se atreva a hablar en SU nombre e imponer a todos (crean en él o no) una doctrina que no tiene más fundamento que las enfermizas mentes de unos castrados que luego, deben desfogarse con adolescentes.
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Excelente resumen y nada que añadir. Ahora la Religión como asignatura obligatoria y evaluable. La alianza entre sotanas y derechas en traje de paseo produce estos resultados. De seguir así, pronto aumentarán los impuestos a los descreídos.
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Muchas gracias por la información!!!…
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