Sobre el paro del profesorado en Baleares se ha publicado ya mucho e incluso yo mismo en este blog, hace unos días. Decía entonces que sólo la tozudez, ocultos designios y/o una contrastada torpeza política, podían estar alimentando semejante desaguisado. Y me refiero a los oídos sordos, que no al TIL (que podría aceptarse con distinto calendario y condiciones) ni a la reacción de los docentes.

El caso es que mañana domingo, a las 18h y ante la falta de acuerdos sustanciales, se ha convocado una manifestación que con seguridad convertirá en real esa «marea verde» con que los medios aluden a la contestación masiva. Es de no creer que, en una democracia que en ocasiones se diría asentada, sigan primando demasiadas veces los testículos por sobre el razonamiento, y aunque con el pasado dictatorial de este país quisiéramos hacer de una vez borrón y cuenta nueva, los hay que parecen ser sus depositarios y lo fuerzan a convivir con el euro, las elecciones cuatrienales o la realidad virtual, al menor tropiezo. Entonces y tal vez sin percatarse, el remedo de antaño: «Ni un paso atrás con el TIL», la izquierda está detrás… Unos días más y oiremos de nuevo lo de la Conspiración Judeomasónica.

Pero dejo las digresiones a un lado, porque lo que convendrá mañana es hacer patente la conclusión de muchos miles de mallorquines. Si se trata de contundencia, ya han terminado los tiempos en que los mandamases podían ejercerla en exclusiva; los tiempos en que la calle era suya, así como suyos los derechos fundamentales. Cuidado mañana con pasarse pero, en la disyuntiva, ya estamos hartos de no llegar. Así que a llegarse mañana; a marchar codo con codo. Siquiera para hacer palmario que para ciertos políticos, para determinados modos, y siglas aparte, tolerancia cero.