El sábado, día 19, tendrán lugar una serie de actos y reuniones públicas con tal motivo. Ignoro si los mismos contribuyen a mejorar la educación sanitaria sobre esta patología, o hasta qué punto una llamada puntual a la sensibilidad de los poderes públicos sobre el cáncer de mayor incidencia en la población femenina, pueda traducirse en la mejora del dispositivo sanitario: desde una mayor cobertura terapéutica, al diagnóstico precoz (screening mamográfico) o de grupos con alto riesgo de padecer esta enfermedad (análisis genéticos).
En la práctica, asistimos a una intoxicación informativa, donde los progresos relevantes sobre diagnóstico y tratamiento se mezclan (por desconocimiento o interesadamente) con cuestiones anecdóticas cuando no patrañas, y las redes virtuales -Internet- contribuyen a ello en gran medida. Por otra parte, tampoco parece que los «días mundiales» modifiquen las decisiones en las alturas. En concreto, de poco servirá ése intento anual para una mayor concienciación social si, en paralelo, se perpetúa el inaceptable retraso de los exámenes radiológicos para la población general,siguen aumentando las listas de espera o el Ministerio pospone hasta en más de dos años la aprobación de algunos fármacos (Pertuzumab, T-DM1…)
que en USA, así como en otros países europeos, se vienen prescribiendo tras demostrar fehacientemente su eficacia para ciertos subtipos de esta neoplasia.
No basta con ponerse las pilas un día al año y, no obstante, parece oportuno señalar, en contrapartida a lo anterior, que nuestro país está bien situado, en el concierto mundial, por lo que respecta a excelencia diagnóstica y terapéutica en el cáncer de mama. Siquiera hasta hace poco. Disponemos de magníficos equipos profesionales, y los resultados de su trabajo, clínico y de investigación, están en la base de unas cifras de supervivencia que no desmerecen respecto a las mejores. Si el Día Internacional del cáncer de mama supone una llamada de atención y contribuye a disipar los nubarrones que se ciernen sobre la sanidad en general, y no sólo en lo que concierne a los tumores mamarios, bienvenido sea. De lo contrario, no pasará de paripé. ¡Ah!: y ante cualquier duda, convendrá que la mujer consulte con el médico. Cualquier otra cosa, supone conducta de riesgo.
Me parece muy acertado su «post», Doctor, y yo añadiría ¿No es también muy desacertado hacer al unisono la cirugía ESTÉTICA y la mastectomia, colocando DIEPs, implantes……, etc, etc, cuando lo único importante en ese momento es quitar el tumor y no agredir a la mujer con heridas adicionales, que solo retrasan la mejoría de la paciente y la quimio y/o radio posterior?
¿No es eso también una burda manipulación a las pacientes y a quienes financian estos proyectos? A las pacientes se les promete una reconstrucción maravillosa de las mamas, cuando se les debía ofrecer rapidez y atención eficaz.
Generalmente las pacientes y los patrocinadores no son especialistas en la materia y ven estas ideas como algo novedoso, pero no lo es. Ellos debían saber también que la duración media de estas super intervenciones quirúrgicas es de 7 a 8 horas, que el pos-operatorio es muy largo y que no siempre quedan bien, lo que implica nuevas horas de quirófano.
Esas 8 horas de quirófano podrían utilizarse en 3-4 mujeres (a razón de 2 horas por cada una). Así disminuiríamos las listas de espera y no se torturarían, como lo hacen, las pacientes que llevan un cáncer dentro y no ven la «hora bendita» de deshacerse de él. Hablo con todo «conocimiento de causa», fui una de estas pacientes.
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Se hace difícil responder a la cuestión. Sin duda que la eventual reconstrucción inmediata prolonga el tiempo de quirófano y, por supuesto, debe tenerse la seguridad de que la paciente no va a ser tributaria de un tratamiento complementario para el que la reconstrucción suponga un inconveniente (caso de la irradiación postoperatoria, por ejemplo). Sin embargo, se dan casos en los que puede ser una buena alternativa, evitará una segunda cirugía si la paciente lo desea y no comprometerá la evolución de la enfermedad. Tal sería el caso de una mastectomía en caso de tumor pequeño, con índices de buen pronóstico… Claro que cada vez es más frecuente la cirugía conservadora, pero no puede relegarse sin más esa posibilidad de reconstrucción, seleccionando adecuadamente a las enfermas. En fin: tema complejo y que precisa de la consideración individualizada.
Para eso, afortunadamente, los comités de tumores multidisciplinares, que debieran evaluar cada caso antes del tratamiento, estableciendo la estrategia más adecuada.
Un saludo cordial.
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