En este país solemos mantener muchos temas candentes entre dos aguas aunque, a la vista de lo que sucede con otros, igual convendría aquello de virgencita virgencita, que me quede como estoy. Porque es cierto que, para determinados asuntos, habría sido más acertado esperar a mejor ocasión e inspiración. Baste recordar el anteproyecto de ley sobre el Aborto, la ley de Educación o alguna que otra amnistía fiscal. Sin embargo, el ejercicio de la prostitución está pidiendo a gritos una regulación. Más allá de lo que se le ocurra a cada Comunidad Autónoma a tenor del talante de sus gobernantes.
Hasta mucho después del Renacimiento, la mujer sólo podía ser bruja, casada, monja o puta. Lo de las brujas se terminó y, junto a casadas y monjas, afortunadamente hoy son posibles para ellas nuevas opciones. Sin embargo, la prostitución ha quedado en el alero y parece que aquí nadie se atreve a meterle mano como es debido. En USA es ilegal, mientras que en Holanda o Alemania se reconoce esa actividad como una profesión en toda regla y, como tal, sujeta a impuestos. En Suecia o Noruega no se castiga la oferta de servicios sexuales pero sí el pago por los mismos… ¿Y en España? Pues ni legal ni lo contrario sino en el limbo: alegal, y en una ambiguedad de imposible gestión. Se penaliza el proxenetismo y el tráfico por parte de bandas organizadas, pero cobrar directamente al cliente está permitido, aunque dependerá del lugar en que se exhiba la contrapartida. No es posible cerca de las escuelas, los hoteleros no quieren rameras en las inmediaciones de sus locales y, al parecer, tampoco se permite el mercadeo en los arcenes de carreteras estatales. Por cuestión de seguridad vial (ignoramos cuántos accidentes por ese motivo), no sea que, a la vista de culo o tetas, se le vaya al conductor el santo al cielo.
No obstante, y a pesar del rechazo, siguen los anuncios en prensa; toda una antología en sí mismos que deja en mantillas al Kamasutra. Y al alcance de cualquiera. ¿No sería oportuno poner de una vez el cascabel al gato, al igual que debiera ocurrir con la producción y tráfico de marihuana? La definición de un marco legal sería un duro golpe para las organizaciones delictivas, permitiría un mejor control sanitario de las profesionales y aumentaría la recaudación por la vía de los impuestos.
El supuesto parece razonable y en vista de lo que sucede en Europa no es descubrir nada nuevo, pero al sentido común le cuesta imponerse por estos lares como se deduce de otras actividades que podría listar aunque, llegados aquí, me da pereza. Total, para el caso que harán… Bueno: tal vez otro día.
He visto prostitutas en los arcenes de la carretera (N340 a la altura de Sant Carles), y me pareció escandaloso, peligroso, intolerable, peculiar, desagradable… No sé, muy de aquí.
Peligrosidad pues están en el arcén, y el coche que requiere sus servicios primero se para, invadiendo la calzada, supongo que para el pertinente regateo. Tras una curva un conductor se podía encontrar varios coches parados, pues había varias señoritas, muchas. Una puta cada 100 ó 200 metros.
Además, si no tienen clientes, las aludidas hacen señales a los coches, lo cual no me extraña que distraiga a algunos conductores (y algunas señales que vi no creo que sean del agrado de todos, sobre todo los que viajan con niños, por ejemplo).
Y sí, en este país se hacen las leyes según el interés o capricho de los gobernantes, y no según las necesidades, las cuales pasan por alto, o simplemente les dan igual.
Y éste sería un caso que necesita regulación.
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