El anuncio ofrecía, por 39 euros, el pasaje a Dublín desde Madrid. Un destino por el que llevaba años suspirando para seguir los pasos de Leopold Bloom en «Ulises», ya saben: esa novela de James Joyce que casi nadie hemos leído entera. Pero fue saber de la Compañía que volaba allá y decidir de inmediato que retomaré el libro un día de estos, posponiendo la vivencia irlandesa a mejor ocasión: para cuando encuentre un chollo en cualquier otra línea aérea, quiero decir. Y es que hace ya bastantes años que me juré no subirme en Ryanair salvo amenaza de muerte lo cual, en todo caso, no haría sino multiplicarla por dos.
¿En qué me baso? Pues resulta que esa Compañía Low cost, creada en 1985 y liderada por Michael O´Leary, tiene el dudoso honor de convertir el viaje en aventura de coste impredecible y final incierto. Tanto es así que me he propuesto, como les digo, no salir jamás de esta isla de Mallorca si para ello debiera hacerlo a bordo de uno de sus aviones. Porque han cancelado viajes sin devolver el importe; porque al precio de base deberemos añadir lo que no está escrito, la limpieza deja a veces bastante que desear y, por lo que hace a la seguridad, bastará con que reparen en las abundantes noticias sobre los sustos del pasaje. Al punto de que, aunque no suceda nada, no habrá modo de volverles el corazón a su sitio hasta que lleguen a la terminal, tras llevarlo en un puño durante todo el trayecto.
Se cita que en varias ocasiones han debido aterrizar con urgencia por haber cargado menos combustible del necesario (cuestión de ahorro. Y eso si no ocurre una fuga del mismo, como sucedió cerca de Berlín o en un viaje desde Barcelona a Reus); se ha despresurizado la cabina del pasaje más de una vez, en 2012 falló un motor en pleno vuelo, hubo problemas con los flaps cuando sobrevolaban Marsella y, si en las pistas, pueden darse de bruces con otro avión (Sevilla el 13 de abril de 2012; Barcelona el 2 de agosto del mismo año). Y eso si no se les ocurre aterrizar para preguntar por la ruta correcta ya que, también por maximizar el beneficio, parece que los sistemas de navegación por satélite dejan en su caso bastante que desear. El último contratiempo, una alarma de incendio en el tren de aterrizaje.
Se diría, en conclusión, que la política de recortes ha afectado a esta aerolínea desde mucho antes que a la Unión Europea en su conjunto, y al extremo de que bien pudiera ser que Rajoy y sus adláteres la hayan tomado como modelo, en cuyo caso, las despresurizaciones en los cielos equivaldrían a los deshaucios acá en la tierra. Y sigan ustedes con las similitudes. Sea como fuere, si para recrear a Leopold Bloom debo empezar con Ryanair, ya pensaré en otro personaje a quien seguir los pasos. Para poder contarlo.
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Por cierto: a las 12h me entero de que el Rey de España ha abdicado. Espero que sea por poner un punto y final a la lamentable trayectoria -personal y familiar- de los últimos años, y no por haberse enterado de que un día de estos habría de volar en Ryanair.
¿Y te vas a perder las papeletas del sorteo de Ryanair, el catering, el mercado y el resto de ofrecimientos con que nos bombardean durante el viaje?. ¿Y el tirorí al aterrizar, con los aplausos del pasaje?. Qué pena…
Personalmente voy a echar de menos un momento de estrés muy peculiar Ryanair, cuando ya has volado alguna vez con ellos y te conoces cómo funcionan: son unos minutos, los previos a la entrada del avión, cuando todos estamos sentados esperando ya un rato, mirando cuánta gente va llegando, dónde se van poniendo, y analizando la posición más estratégica y cercana a la puerta de embarque, porque sabes que los demás lo están haciendo y tú te sientes obligado, que llevas allí más rato.
Entonces se produce algún movimiento en el mostrador, cunde el pánico y todos acuden lo más rápido posible y desde todas direcciones para forma la cola de entrada, y tú debes estar atento para que NADIE se te cuele.
Memorable en el último viaje. Nos reímos mucho en ese momento; la gente miraba raro. Creo que no lo entendieron.
Por cierto, ya estoy cansada de lo del Rey, ay de mí, aún me queda…
Sería el momento de consultar al pueblo. ¿No os parece?
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En cuanto a la espera en la sala de embarque, ¡qué angustia! Pero lo del Rey va a ser eso y agobio por el bombardeo mediático a que vamos a estar sometidos en los próximos días. Y hastío: todos diciendo lo mismo y empleando iguales tópicos. ¿Un referendum? ¿Dónde hay que firmar?
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En Avaaz han puesto en marcha una recogida de firmas para pedir un referéndum: http://www.avaaz.org/es/petition/Todos_los_Partidos_Politicos_de_Espana_Referendum_YA/?txMGnab
Hay que exigirlo, si no por convicciones republicanas, al menos para vengarnos de la tabarra que nos espera.
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Absolutamente de acuerdo
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Y yo también!
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Y yo también!
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