La corrupción y el saqueo de la res pública han llegado a tales cotas que, para determinados colectivos -y no descarto a la sociedad en su conjunto por mor del trapicheo y los dineros negros-, eliminar la porquería debería pasar, ya que no se controla la deglución, por repetidos enemas de limpieza hasta comprobar que han surtido el efecto deseado. En esa línea, ojalá fueran todos, desde la familia Real a los políticos, como esos gansos que, según dicen, se purgan comiendo arena.Pero no es el caso. Aquí se comen lo que no está escrito y por eso las lavativas como mejor solución.
Además, de empezar pronto la terapia, por Nochevieja podríamos cambiar los tradicionales buenos deseos por el más adecuado «Feliz ano».
Queda por decidir quiénes van a ponerlas a más del juez Castro, y si podría gestionarse tanta mierda o nos veremos obligados a comérnosla una vez más, como aseguran que hacía Santa María de Alacoque con la de los enfermos que atendía. Porque, a la vista de lo ocurrido en estos años, en nuestro país los privilegiados la esparcen para sacudírsela de encima mediante la tradicional fórmula del tú más, y si no se pertenece al círculo, a la mayoría le toca ejercer de Alacoque muy a su pesar. Por eso habría que determinar tal vez la periodicidad de los enemas, que una cosa es poner de pipiriculo a tanto sinvergüenza y otra distinta verse obligados al hartazgo con sus excrementos.
En conclusión: por pasos. Y no estaría mal empezar en serio con la realeza, pendiente de limpieza. Porque esta monarquía no sabe precisamente a malvasía, la Infanta no es una santa y Urdangarín un pillín. Es de ver cómo, de sólo pensarlo, me sale la prosa en ripios. Habrá que observar cómo le sale a toda esa patulea si conseguimos ponerlos de una vez con el culo en pompa. Por eso quizá, por evitarse la postura con unas caderas tan castigadas, la abdicación profiláctica de Juan Carlos y su posterior aforamiento.
Pedíamos opinión democrática, tras la abdicación, sobre monarquía si / no.
Y nos devuelven un revés con 2 reyes y 2 reinas, mas un aforamiento encajado a presión, consentido por nuestra ralea de políticos, cuyo interés devora la ideología que predican.
Pura mierda que nos comemos.
Yo creo que el enema de limpieza nos lo tendremos que autoaplicar, para no contaminarnos.
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Como siempre un comentario acertado de lo que vivimos. Con una prosa excelente. Gracias Gustavo .
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Gracias a ti por leerme, a pesar de una prosa variable…
Un abrazo
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