A las o8h se han abierto las urnas para que los escoceses se pronuncien sobre la eventual separación de un Reino Unido que, a tenor de lo que suceda, tal vez debiera cambiar su nombre. El resultado se presume apretado y a nadie, sea cual sea su opción, le cabrá a estas horas una paja en salva sea la parte, como reza el dicho. E igual les sucede a quienes defienden aquí parecida opción o, por contra, su veto. Sin poder conocer hasta mañana si la «nostrilatría» va a decantarse por unos u otros, ello no es óbice para saber a ciencia cierta de las opiniones y el tono en cuanto se sepa en qué ha terminado la cosa. Me refiero a las que manifiesten aquí los que apuestan por la opción independentista catalana o, enfrente, quienes prefieren mantener las fronteras como están.
En resumen y a pesar de que dos opciones, ambas con partidarios y detractores, suponen cuatro bloques de opinión, en la práctica serán sólo dos. Curioso, ¿no? Pero sin vuelta de hoja y si lo dudan, vean su sintesis a grandes rasgos:
A) HA GANADO EL «SÍ». Por parte de independentistas y españolistas, podrá leerse:
INDEPENDENTISTAS: «Como puede verse en países más avanzados y que no utilizan las leyes a su conveniencia, y pese a la presión a que la población ha sido sometida… Europa habrá de replantearse en un próximo futuro… El modelo escocés no puede echarse en saco roto… y cabe esperar, a la vista de los resultados, una profunda reflexión que debiera propiciar un cambio de actitud… Porque se ha intentado, rozando a veces la manipulación, orientar el voto de los indecisos apelando a… y sin embargo…».
ESPAÑOLISTAS: «No es posible ni lícito extrapolar los resultados a un contexto distinto, toda vez que las reglas de juego allí, así como el marco legal, no son homologables. Sin duda vamos a presenciar, en las próximas semanas, la interesada lectura de los resultados a fin de que refuercen los planteamientos que conocemos, sin tomar en consideración el hecho de que… y la difícil travesía a que se verán abocados a partir de ahora… Europa configura un marco de interrelaciones que…».
B) HA GANADO EL «NO».
INDEPENDENTISTAS: superponibles a los españolistas en A)
ESPAÑOLISTAS: superponibles a los independentistas en A)
Como cabe deducir de mis augurios, mañana podrían quedar todos calladitos si no se les ocurre cosa distinta que decir y, de paso, nos ahorraban el hartazgo. El «feed up», que dirían en Escocia, por lo archisabido. Encima, seguiremos con la pesadilla del 9 de noviembre sin que unos ni otros se distiendan asumiendo de una vez lo que descubrió Heine: que después del llanto más sublime, uno termina siempre por sonarse. Por eso, tener un pañuelo a mano y aprender de la experiencia ajena, convierte cualquier obsesión en tragicomedia que admite la sorna. En consecuencia, se duerme mejor y el cuerpo lo agradece. ¿No están de acuerdo?
PD: pues a fecha de hoy, 19, ya conocemos los resultados. Se ha impuesto el «no», así que está claro (opción B) por dónde irán los tiros de políticos y comentaristas.
Contar es vivir (te) 
Pues como la diferencia ha sido ajustada, cada uno haciendo su interpretación interesada. Como de costumbre.
Y con respecto a Cataluña, espero que pase pronto, lo que sea, pero que pase.
Nos está provocando hartazgo.
Lo peor es que nos estamos liando, pues yo en mi caso ya no se que pensar: si deben votar los catalanes, si debemos votar todos, o si debemos votar todos si deben votar los catalanes.
En fin.
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Justo antes del referendum escocés, un BIÓLOGO catalán volvió a darme in person la tabarra del déficit fiscal. Defiende rotundamente que él paga más impuestos que yo (absurdo). Insiste en que él recibe del Estado menos que yo (absurdo total). Es increíble tal forma de razonar en un sujeto de alta cualificación técnica e intelectual.
Intenté explicarle que Cantabria (mi región, no yo) recibe más financiación per capita que Cataluña, sencillamente porque Cataluña es más próspera y más voluminosa y más… Que los impuestos son para eso, para corregir las inequidades. No lo entendió. Intenté hacerle ver (más didácticamente) que yo pago una enormidad de impuestos, a la vez que mis hijos estudian en centros universitarios privados, justo para que estudien otros hijos de otros ciudadanos que pagan MENOS impuestos que yo. Dije que eso es un signo de progreso mental y social, y se ofendió. Según él, lo «justo» es recibir tanto como se paga; pero no supo responder una cuestión banal: «Entonces, ¿para qué se paga? Si todo consiste en devolver lo mismo que se recaudó, ¿por qué no eliminar el trámite y gastar lo que uno pueda, directamente?»
Regresó no menos de 4 veces al cuento de la persecución de la lengua catalana. Volvió 3 veces al rollo de la independencia cercenada en 1714. Certificó su absoluta ignorancia al rebatirme el DATO de que Companys fue condenado a la cárcel por la II República, en 1934, por alta traición contra el régimen republicano y democrático que había instituido el PRIMER estatuto de autonomía digno de tal nombre para Cataluña. Cree, el biólogo de los cojones, que Companys fue el heredero de una larga nómina de molt honorables de Generalitats independientes, que solo Franco interrumpió con el fusilamiento del mártir. A continuación me llamó franquista e inmediatamente le mandé a tomar por el culo. Algo me dice que jamás cruzaremos otra palabra. Pero si algún día coincide que votamos, los 2, en un referendum por el que él suspira y yo casi también, ambos votaremos SÍ. Por cariño al biólogo de los cojones, espero que no me vigilen de cerca, porque pienso meter 7 papeletas con SÍ, y otras 8 con SÍ POR FAVOR, y otras 10 con SÍ POR DIOS SANTO.
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Un cirio, en resumen. Y espera hasta el nueve de noviembre. Vamos a pasar mes y medio de lo más reiterativo por no decir otra cosa.
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Espero algún comentario (¿y por qué no un artículo de opinión en tu periódico?) próximo, a propósito de la comparecencia del Sr. Pujol en el Parlament. Creo que el tema va a dar de sí. ¡Eso fue una herencia, y no la que reciben el común de los mortales, menos Honorables!
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