No voy a hacer una relación por no hurgar en el basurero y expandir más el hedor, pero aún veo a Pujol riñendo a los parlamentarios; la Infanta se va a ir de rositas por tener buenos padrinos y el de Bankia pagará la fianza y tan preferente, él. En cuanto al recién liberado Matas, se ha pasado el ingreso penitenciario en la enfermería por mor de sus delicados tímpanos (ignoro por qué no habría de ponerse las gotitas en la celda), mientras que el periodista a quien al parecer pagó con engañifas, dos años y pico entre rejas y allí que sigue.
Pero vamos a ver: ¿no es más culpable quien manejó los fondos públicos a su antojo y valiéndose del cargo -Matas- que el que recibió unas migajas? Pues no señor, y el político corrupto, condenado a sólo 9 meses y pasados tres, a casita con un tercer grado. A saber tú lo que sabrá, de cuando ministro y luego presidente de la Comunidad Balear, para que, aún con una ristra de causas pendientes, reciba semejante trato. Y encima, en contra del criterio de la Junta de Tratamiento de la cárcel.
Son componendas, todas, de una Justicia patrimonializada por la política. Y que no se le ocurra a algún que otro juez honesto (que todavía los hay) meterse con esa caterva de falsarios porque, si hay que poner a cada quién en su sitio, el Cártel Party se basta y sobra. Para muestra, ahí están los jueces Garzón o Espidio Silva, inhabilitados para mayor gloria de los imputados cuando colegas. Con semejante perspectiva, eso de «Hacete amigo del juez, no le des de qué quejarse», como aconsejaba Martín Fierro, debe cambiarse en estos pagos por un más operativo «Hacete amigo del político de turno». Y ya se encargará él de meter la ética por el trasero de quien moleste.
Y es que banalizar el mal, en palabras de Arendt, es propio de criminales y saqueadores. ¿Acaso no es el intercambio de favores, como se ve una vez más con Matas, consustancial a esto políticos? Sobresueldos, excarcelaciones o contratos a dedo son todos el resultado de una idiosincrasia, la suya, que juzga la maquinación un fleco inevitable de sus responsabilidades y, cuando descubiertos, el contubernio pasará a la categoría de sobre. Es decir, y dejando de lado los sobres de Bárcenas, entre el inicial sobre-salto y el sobre-seimiento a poco que puedan.
Con transparencia, eso sí. Y banalizando, porque tampoco es cuestión de sacarle punta a todo como acostumbra a hacer la oposición. Y comparar los nueve meses de Matas con los cuatro años que se piden al dueño de un bar por pasarse de decibelios, son ganas de liar. ¿Estamos? Así que mejor poner el acento en el fin de la crisis y dejar la estética de sus decisiones, que no la equidad, a los artistas en exclusiva. Que hagan acuarelas con ella. Que para eso están la estética y los artistas. Cualquier otra cosa, envidia malsana.
Paseando por Manhattan, quizá huyendo de los lugares que todo Dios visita, me topo con los tribunales, en particular con un edifico apropiadamente neoclásico dedicado a tales asuntos. En su frontispicio se lee: «A true administration of Justice is the firmest pillar of good government».
He pensado en varias traducciones, pero creo que la más correcta sería: «Sin Justicia, todo Gobierno deviene en tiranía».
Un gravísimo problema de estos tiempos groseramente toscos, es que los gaznápiros al mando toman decisiones irracionales y nadie está enfrente para sopesarlas y contrapesarlas. Los que figuran son una caterva de peleles, nombrados justamente por los gaznápiros al mando, y jamás harán nada sólido contra éstos. Es una obviedad que en España no hay Justicia, sino una mera oficina gubernamental donde se recuecen todas las ignominias. Ayuda mucho, por otra parte, un sistema legal plagado de prohibiciones, normas, reformas y contrarreformas, que nadie tiene el propósito sincero ni de cumplir ni de exigir. Excepto ¡qué curioso! las multas de tráfico (absurdas en más del 90% de los casos) y las deudas fiscales de la gentuza, que es toda aquella desprovista de fondos caimán.
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Pues absolutamente de acuerdo; incluso en la traducción libre de lo leído en Manhattan. Es que, por no funcionar, ni siquiera el justiprecio. Sólo justos por pecadores.
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Apunto un detalle acerca de los jueces a los que fiamos la «regeneración»:
1. Ruz. Lleva CINCO años instruyendo lo de Gürtel. Ocupa plaza INTERINA y en breve lo sustituirán, añadiendo retraso a su retraso.
2. Castro. DOSCIENTOS SESENTA FOLIOS para citar a una imputada. Obviamente, se está buscando una impugnación por inquina y/o mala técnica procesal.
3. Alaya. Aparte de varios rasgos que hacen dudar de su equilibrio, DOSCIENTOS VEINTINUEVE IMPUTADOS. Es fácil predecir que se jubila instruyendo la causa y que ni uno solo de ellos permanecerá mucho tiempo en prisión.
Cuando a la Mafia le tocaron los cojones los jueces Falcone y Borsellino, les limpiaron el forro y santas pascuas. Aquí no hace falta. Se tapan la boca ellos solos con su campanuda incompetencia (o quizá es cierto que carecen de medios suficientes).
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El juez Ruz, vistos los antecedentes, puede poner las barbas en remojo. En cuanto a Alaya, yo creo que quiere hacerse con un nombre para la historia de la judicatura, a base de implicar a tirios y troyanos. Por cierto: la Infanta sigue imputada. Veremos por cuanto tiempo… Aunque lo de blanquear dinero parece bastante claro para todos excepto para el fiscal Horrach y los nombrados a dedo.
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Cuando Ramón Tamames era comunista (o eso decía) y todo el mundo lo sabía, era catedrático de universidad. Curiosamente, en el franquismo hubo represalias absurdas, pero al parecer también hubo ámbitos administrativos relativamente ajenos a los manejos del régimen. Serían los menos, de acuerdo, pero los hubo. Algo me dice que ahora es im-po-si-ble. Encima, la gente anda absolutamente engañada porque cree que todo lo que lleva el nombre «tribunal» es una instancia respetable. Pues no. El Constitucional es una instancia POLÍTICA (elegida como tal con criterios tales), el de Cuentas es una burla POLíTICA (diseñada como tal por los partidos tales), el de la Competencia es un cuento chino, el Supremo y la Audiencia Nacional, como deduce cualquier lector medianamente atento, son meriendas de negros más bien requemados. Lasciate ogni speranza.
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