Comentaba en este mismo foro, hace una semana, el injustificable comportamiento de muchas compañías aseguradoras, que se niegan a financiar los tratamientos anticancerosos cuando estos se administran por vía oral. Sin embargo, el asunto no termina ahí, y cuando el deseable control de la enfermedad se subordina al lucro de forma tan indecente uno se siente, máxime si participa activamente en el proceso y es quien prescribe pruebas diagnósticas o los comprimidos en cuestión, obligado a hacer público su desacuerdo. Siquiera por cuidar el propio respeto.
Resulta que buena parte de las aseguradoras ejemplifican aquello de que los beneficios devoran la moral y los principios, si acaso los tuvieron tiempo ha. Porque conciertan determinadas prestaciones con la clínica o el equipo técnico que las haga al mejor precio, aunque ello suponga que el enfermo deba desplazarse a otra Comunidad Autónoma. En concreto y para hacerse un examen (PET-TAC) que determine la posible diseminación del cáncer, sé de algunos/as que han debido desplazarse a Barcelona o Madrid desde Mallorca, tomando el correspondiente avión a sus expensas. Y es posible efectuar la prueba en la isla, pero debe costar más a la Compañía en cuestión, que opta por que sea el paciente quien corra con un desembolso del que su póliza no advertía, pierda el día entero y coma por ahí, mientras la empresa aseguradora se queda con el santo y la limosna merced a lo que sólo puede etiquetarse de abuso.
Se deduce de todo lo anterior, pastillas o exámenes diagnósticos, que mientras el asegurado pague y no gaste todo serán sonrisas. Es al enfermar cuando comprobará que el capital económico se ha comido todo el terreno, sin dejar lugar donde pudiera asentarse capital humano alguno. En consecuencia, el bienestar del otrora deseable cliente pasa ahora a segundo plano y sigue primando, por sobre el dolor y la angustia, la cuenta de resultados. Las Compañías, la mayoría de ellas, aseguran su negocio, que no al asegurado en cuanto éste empieza a gastar, sea quimioterapia o en radiodiagnóstico. No obstante, admitiré que pueda estar exagerando y, entre niños sin comida que llevarse a la boca, familias sin luz por no poder pagarla o deshaucios en bien de los banksters, la política de las Compañías sanitarias para con sus socios sea pecata minuta. A no ser que te toque ser uno de los timados.
Reblogueó esto en Mi blogy comentado:
Los intereses económicos priman, a veces, sobre las personas.
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Priman demasiadas veces.
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