LA EMIGRACIÓN COMO NEGOCIO

Los flujos migratorios debieran ser manejados con criterios de consenso internacional dada la complejidad de sus motivaciones, modos y resultados. Sin embargo, y a pesar de que es difícil pronunciarse de forma unívoca, sin incorporar matices y salvedades, hay un par de circunstancias sobre las que opinar resulta sencillo y con presumible unanimidad. inmigración 8Por eso, es insólito que a fecha de hoy, sabiendo perfectamente a quiénes vigilar o encarcelar si es el caso, los delincuentes sigan campando a sus anchas. Me refiero en concreto a algunos gobernantes y sus camarillas, en los países de donde huyen sus habitantes, que siguen engordando las cuentas corrientes con los dineros que reciben para ayuda al desarrollo. Se trataría de exigirles cumplida explicación del destino que han dado a cantidades millonarias. Y en segundo lugar, o primero si prefieren, proceder a la oportuna represión de una mafias que, junto a los anteriores, hacen su agosto con la miseria ajena.

pobreza 1El escritor Sciascia, en su relato «El mar del color del vino», describía el engaño de que fueron objeto un grupo que, tras pagar en Sicilia para ser embarcados con rumbo a América y tras 11 días, eran vueltos, sin percatarse, a la misma playa de donde partieron. Inmigración 2Pues bien: tras décadas de extorsión a iguales desesperados, las cosas no han cambiado. Hace unos días podía leerse como, tras cobrar a cada uno miles de euros por el viaje, fueron abandonados a su suerte y con el piloto automático en un barco que, de no ser abordado por las patrulleras, habría dado contra la costa. Poco después, se localizaron otros centenares a la deriva tras esfumarse la tripulación. E imagino que cualquiera de los estafados, en uno u otro caso, podría identificar a los traficantes o sus intermediarios.

Estemos asistiendo a métodos de enriquecimiento que harían suyos los profesionales del fraude en Nápoles; los de cualquier cártel mejicano y, no obstante, se siguen invirtiendo enormes sumas para regular unos movimientos que los citados desaprensivos, políticos corruptos y negociantes del hambre, fomentan por su propio interés.Pobreza Convendrá tener presente que uno de cada trescientos habitantes de nuestro mundo ha buscado refugio en otro país, y no es ajeno a ello el hecho de que, mientras 1/6 de la población vivimos en la abundancia, otra sexta parte corre el riesgo de morir de inanición. Pero el lento avance contra la inequidad no ha de ser óbice para poner de inmediato donde se debe a unos cuantos sinvergüenzas. Y no se antoja difícil si los de Bruselas hicieran algo más que discursear y cuidar su momio.

Acerca de Gustavo Catalán

Licenciado y Doctor en medicina. Especialista en oncología (cáncer de mama). Columnista de opinión durante 21 años, los domingos, en "Diario de Mallorca". Colaborador en la revista de Los Ángeles "Palabra abierta" y otros medios digitales. Escritor. Blog: "Contar es vivir (te)" en: gustavocatalan.wordpress.com
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4 respuestas a LA EMIGRACIÓN COMO NEGOCIO

  1. drlopezvega dijo:

    Acaba de salir a la luz la «mafia romana», uno de cuyos negocios consistía precisamente en embolsarse las ayudas a la inmigración. Al parecer, il capo degli tutti capi es un sujeto de la extrema derecha que, en buena lógica, ha expuesto reiterada y crudamente su visceral desprecio por los «monos africanos», es decir los negros. Sin embargo, no ha tenido empacho en fomentar unas subvenciones a centros de acogida que, casualmente, acababan en sus cuentas. Más allá de la hipocresía del sujeto (que la hay, pero a fin de cuentas hablamos de un delincuente), todos deberíamos revisar nuestros amables conceptos sobre las cosas.

    Y empezar cuestionando cómo puede un subsahariano huir de su país pagando MILES de euros. Y seguir indagando de qué nacionalidad es el que se los cobra. Y continuar investigando qué clase de hambruna sufren los negros que saltan la valla de Melilla, una hambruna muy extraña que permite mantener una más que ostensible musculatura. Y, ya puestos, preguntar cómo acoger y alojar y sufragar diariamente a CIENTOS de sujetos, que al cabo de un año formarían una ciudad de mediano tamaño, a la que obviamente habría que dotar de alumbrado, carreteras, escuelas, hospitales… Todo con cargo al presupuesto (animoso pero absurdo) del «ya se verá».

    Nada cabe oponer a la locución «ayuda al desarrollo», pero a menudo surge una deriva que ya es más dura de compartir: la mala conciencia de que nosotros vivimos en la opulencia, mientras otras gentes, en las inmensidades de África, malviven en la indigencia. Para sofocar la mala conciencia, me basta remontarme a mi abuelo paterno, que empezó a trabajar EN LA MINA en 1923. «Nada de particular», dirán ustedes. El quid estriba en que había nacido en 1914. Echen la cuenta, que es muy instructiva.

    Dien que los griegos reniegan del euro porque Europa les asfixia. La jodimos, tía Paca. No les asfixiaba un ejército de 15 soldados por 1 000 habitantes, ni más ni menos que el TRIPLE que en EE UU; no les asfixiaba vivir sin censo de inmuebles, por aquello de ahorrarse los impuestos catastrales; no les asfixiaba la falsedad sistemática en los subsidios de viudedad, ni la ocultación de MILES de fallecimientos para seguir cobrando la pensión del viejo que ya no era viejo, sino momia; no les asfixiaba pagar un suplemento a los funcionarios si generosamente accedían a cumplir el horario de trabajo. Vivían libres, a su aire, como en una canción de Los Chunguitos, como si los demás súbditos del Imperio Occidental (que lo somos, todos) fuéramos, encima, gilipollas.

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  2. Bueno: el debate da para mucho. Que en este país nuestro también se ha pasado mal, y no hace tanto (el ejemplo de tu abuelo, o de los míos…), es algo innegable, al igual que l,a precariedad actual con que sobreviven junto a nosotros unos cuantos millones; sin embargo, ello no es óbice para que, comparativamente, en otros países las cosas pinten aún peor. cinco millones de niños muertos de hambre al año (menores de cinco años), no es baladí. O que la renta europea sea 50 veces superior a la de Madagascar. Ello no ha de implicar que nos convirtamos en la solución, ni que debamos correr con los gastos de todos ellos; sin embargo, si se destina una partida presupuestaria a esos países, es de justicia saber cómo se emplean los dineros. A eso me refiero.
    En cuanto al pago de unos miles de euros, podrá investigarse cómo los consiguen (sabemos ambos que hay muchos modos, desde la prostitución en el sudeste asiático, por ejemplo, o que toda la familia ahorre durante años para financiar la salida de uno de ellos, en la esperanza de que, más adelante, se convierta en su tabla de salvación. Conozco algún caso), pero lo que no es de recibo es que, quienes los engañan, se vayan encima de rositas, y así año tras año. A eso me refiero. No obstante, tema complejo éste, efectivamente, donde suelen mezclarse razones con sentimientos…

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  3. drlopezvega dijo:

    Algún ensayista sostiene que H. sapiens ha protagonizado 3 revoluciones: una cognitiva que nos diferenció del «robustus», otra agrícola que nos hizo asentarnos y comer mucho, y otra científico-técnica. Esta, quién sabe si más trascendental, define a «Occidente» desde finales del siglo XIX. Otros no la han emprendido, y digo yo que es para su desgracia.

    Ciertamente de ahí surge una desigualdad, pero también es innegable que nunca ha habido TANTA gente viviendo con TANTA holgura. ¿Que hay desposeídos? Sin duda, pero la cuestión es saber si son cada vez más o cada vez menos, y sobre todo cuáles son los verdaderos motivos.

    Una visión somera alega que la riqueza de Nueva York se erige sobre la pobreza de Johannesburgo. No estoy seguro. (Es más: creo que es una hipótesis rotundamente falsa.) La misma visión alegaría que Etiopía es pobre porque se le expolian sus materias primas. Tampoco estoy seguro. Para bien o para mal, los PUEBLOS tienen sus responsabilidades.

    Sostener un animismo paralizante, profesar una fe delirante, tolerar una tiranía castrante, renegar de los logros científicos por «extranjeros»… Todo eso, a la larga, se paga, y se paga caro. En realidad, lo pagan las generaciones futuras, cosa que mi abuelo jamás perdió de vista: ir a la mina para que algún día su nieto llegara a la universidad. Eso es tener cabeza y no echarle la culpa al empedrado.

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  4. El motivo de la desigualdad es plural, pero no es ajeno a ella el que el desarrollo y el bienestar de unos se consigue en ocasiones merced al expolio de otros: baste parar mientes en el colonialismo, la explotación de recursos de terceros países por los primeros… ¿Que hay desidia en ocasiones, y que el «ahí me las den todas» es una actitud extendida? Por supuesto, pero pretender que existe igualdad de oportunidades es tan quimérico como pretender que el hombre es bueno, y honrado, y solidario, por naturaleza.
    Por todo eso comentaba al inicio del post que las raíces de la pobreza son complejas. Sin embargo, el que la sigue no siempre la consigue, más allá del refrán.

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