Tras la canción de Bob Dylan, esa nueva constatación, «Aún no es de noche», de José Aranda, impacta, pasado el tiempo, de modo distinto. Por lo menos lo siento así. Serán los años transcurridos o, con más probabilidad, que música y pintura trasmiten sus mensajes con diferente lenguaje. El caso es que Aranda, viajero, escritor, articulista… pero esta vez como pintor, marchó a Egipto en plena marea de las protestas que terminaron con el derrocamiento por parte del ejército de Mohamed Mursi, perteneciente a los Hermanos Musulmanes, y esa su experiencia, entre la indignación y la esperanza de la población, pintando a correprisas, a punto de ser apedreado en una ocasión, amedrentado, absorto y seducido a partes iguales, ha dado como resultado la colección de cuadros que expone en el Casal Solleric de Palma de Mallorca y que permanecerá allí hasta el próximo 15 de febrero.
Conozco al artista desde hace años y siempre me ha cautivado la sinceridad que trasmiten sus lienzos, aunque nunca con la intensidad de hoy. Las obras que engloba ese Not dark yet suponen un paso más en su incansable búsqueda de la verdad que ha perseguido en artículos o viajes, desde Eritrea a Chiapas. Yo no creo, con Duchamp, que todo pueda ser arte, pero el de Aranda sí: arte de verdad y una verdad que plasma el conflicto egipcio -su espíritu, más bien- como otro exponente de la realidad que nos ha tocado vivir.
Not dark yet ha sido posible entre la precariedad e incluso el miedo a la agresión física como él mismo me confesó; a veces a través de un esbozo medio a escondidas y desde luego, pese a lo que aconsejaba Voltaire a los artistas del pincel, sin los pies calientes. No obstante, o tal vez por eso, Aranda ha conseguido en mi opinión, sin adornos ni alharacas, llegar al fondo. Con unos trazos que dicen más que mil palabras. Si tienen ocasión, no se pierdan su testimonio. Incluso si ya hubiera oscurecido cuando se decidan. Les aguarda esa estimulante luz que procura una verdad.
Muy interesante.
No conozco sus obras; me lo apunto para ir a ver la exposición y pasar un buén rato.
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Si finalmente visitas la exposición, me gustará mucho conocer tu opinión por ver si coincidimos. Porque en esto del arte, ¡cualquiera se atreve a pontificar…!
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