El ex futbolista, de 54 años, no se sentía cómodo en su cuerpo, así que rinoplastia para hacerla más respingona, lifting cutáneo, fuera las bolsas bajo los ojos, labios carnosos y coloreados… Al verlo, pensé si pudiera tratarse de aquella señora que regenta el colmado pero, tras fijarme mejor e incluso con el pendiente, pude reconocerlo. Sin duda y de haberlo escuchado, mis iniciales vacilaciones se habrían esfumado al comprobar con su ayuda, una vez más, que los éxitos pasados no consiguen mejorar el cerebro.
Este sujeto se aferra a la fama al extremo que, según todos los indicios, puede morir infame, como dijo en su día un lúcido escritor de por aquí. O cuando menos siendo triste parodia del que un día fue. Y eso en el caso de que se le pueda reconocer bajo ese nuevo rostro hialuronizado. Pero es que el disfraz tisular es sólo una de las máscaras que emplea para dar el pego a los menos avisados. Baste repasar la hemeroteca para comprobar que puede estar al diapasón hasta con el lucero del alba: de Fidel Castro a Chávez o Maduro y pasando por el Papa Francisco, como apunté en otro post.
El caso es figurar. Por goleador, drogadicto o mero esperpento. ¿A quién pretenderá engañar a estas alturas? Ni siquiera a sí mismo, por descontado. Y si en su brazo derecho lleva tatuado al Ché, no me extrañaría que en el izquierdo figure Hitler y, de ese modo, cada perfil mostrado a conveniencia. Patético, ya digo, aunque Baltasar Gracián andaba sobrado de razón cuando afirmó que son tontos quienes lo parecen y la mitad de cuantos no lo parecen. Sin embargo y en su caso, sabemos en qué mitad se sitúa. No hay lugar a dudas excepto cuando nos preguntemos cuál será su próxima gilipollez con tal de salir en la foto.
Mi abuelo decía: «Cuando alguien te diga algo, pregúntate primero quién lo dice». ¿Quién es Maradona? Un hijo del arrabal más arrabalero del más arrabalero país. Jugaba al fútbol de puta madre, pero nunca dejó de ser analfabeto y amoral. Engañó a los árbitros con la mano de Dios y quiso engañar a Dios con la cocaína y otras teofanías. Sin la coartada del fútbol, no queda sino el bocazas macilento al que solo la inefable Argentina baila el agua. Lo curioso es que los demás no lo declaren persona non grata.
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Pero ¿ quién es Maradona , el de la derecha o el de la izquierda?
Que no, que no, que es broma, lo cierto es que ya cuando jugaba en el Barça me caía muy mal, prepotente, como todos los descerebrados, y ese pique que llevaba con que Pelé fuera » el rey» lo llevaba fatal, cuando en realidad debería haberle importado un comino pues épocas diferentes futbolistas diferentes. En fín, que si no llego a ver la imagen, ni me hubiera imaginado como quedaba el «retoquillo», y tengo que estar de acuero con el Dr. Lopez Vega en lo de persona non grata, pero lo cierto es que nadie lo admitirá a tramite pues las tonterías venden.
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Siento contradecirte, pero es el de la derecha según se mira…
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Anda ya, entonces estoy totalmente «out» en lo que a reconocimiento facial con retoques se refiere, crei que era como comparativa, pues ya la foto de la izquierda se ve…… pues eso, botoxeada, si es que esta palabra se admite
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Igual lo que pretendía era retocarse el cerebro..
Pero el cirujano, a falta de encontrar sesos, retocó lo que pudo. Y ahí quedó eso. Maradona, acabado futbolísticamente desde el siglo pasado, figurando, aunque de foa ignominiosa.
No sé si al Papa le era imprescindible hacerse la foto.
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Era broma… Es quien te parece. No esperaba yo gozar de tanta credibilidad…
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Me parece que Mónica ha dado en el clavo. Pero para las neuronas no hay botox que valga.
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Bueno, un poco cafre si fue la broma, y es cierto que no hay botox que valga pero además como dice uno de nuestros cómicos actuales » en no habiendo».
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OJO GUSTAVO, te mande un sesudo comentario pero creo que SE perdo entre los muchos que recibes .
Supongo que probablemente te colgaran el cartelito de homofobo ya sea si lo de DM es realidad o disfraz. Creo que Wilde decia que ERA el Precio De la ironia. Sigo buscando el tuempo para pararme en son Latzer. TU ex paciente
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Bueno…: yo creo que pretender ir contra las leyes de la naturaleza (y el envejecimiento es una de ellas) denota poco seso o una egolatría mal enfocada. Y con independencia del sexo. Ahora bien: de colocarme un cartel, qué le vamos a hacer… No me quitará el sueño.
Saludos muy cordiales, amigo mío.
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