Así estamos: como en una centrifugadora, donde no rotan a la misma velocidad los de la periferia -políticos corruptos, adinerados y otras hierbas…- que la ciudadanía corriente y moliente, situada hacia el centro y molida a controles e impuestos. Vean a Urdangarín, Rato o Camps, entre dilaciones sin cuento, y comparen con aquella pobre mujer condenada por pagar 200 euros, con una tarjeta de crédito que se encontró, comida y pañales para su hija. O la pena impuesta a la Pantoja, inferior a esa que recayó en 2009 sobre un hambriento, en Las Rozas, por robar una gallina valorada en 5 euros.
¿Recuerdan la Operación Kabul, contra el clan de narcotráfico dirigido por La Paca? Más de 40 absueltos porque las escuchas telefónicas no tenían, a juicio de la Audiencia, la adecuada justificación, aunque la mayoría de ellos contasen con antecedentes penales y el propio Ico, el hijo de la tal, siga paseando en Audi. Y es que parece haber ido a menos, porque con anterioridad era dueño de un Ferrari que a saber cómo pagó. Pero ya se guardará usted de sacar unos miles de euros del Banco, si acaso los ahorró, y reingresarlos al poco. Podrían acusarle de blanqueo.
Estos días, una nueva Operación, Nerón, ha desmantelado otra red, remedo de la anterior y dirigida por «El Pablo». Se le investigaba hace un año, según ha sido publicado, pese a poseer más de cincuenta inmuebles. ¿Habrá pagado el IBI, al igual que hacemos el resto, o es que los adquirió todos en estos últimos meses? Porque de no ser así, se diría que Justicia e investigadores estén centrados en nosotros, mientras que para los flecos, los excéntricos en la centrífuga, rigen otros parámetros; otra velocidad y la vista gorda. A este paso, no extraña que prescriban las faltas de unos, mientras que los más ya nos guardaremos de retrasar una semana el pago a Hacienda. El caso es que, a la vista de todo lo anterior y más, ¿Justicia igual para todos? No sigan por ahí, que me da la risa.
Pues fíjate que yo lo de la centrífuga lo veo al revés: gobernantes, banqueros, ladrones y afines, en el centro de la máquina, donde sólo son sometidos a un movimiento rotatorio, sin apenas desplazamiento lateral, y sin muchas incomodidades.
El resto, estamos en la periferia, situados a mayor distancia del centro, de forma que cuanto mayor es el radio de la circunferencia, más se deja notar la fuerza centrífuga y el movimiento de traslación.
Estamos más aplastados, estrujados, mareados, incómodos, y sin capacidad de liberación alguna.
Justo hoy he escuchado en las noticias que “La Panto” desayunaba con la directora de la penitenciaría, nosequé de algún funcionario, y que algunas reclusas han denunciado tratos de favor, que hasta ahora se habían negado, por supuesto.
¡Olé España!
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Dicen que los gallegos son tan desconfiados porque, al abrigo de su secular analfabetismo, retraso y sojuzgamiento, les engañaban en todas las instancias dizque oficiales.
Los notarios se quedaban con tierras, los abogados con dinero, los bancos con tierras y dinero y salud, los alcaldes con dinero, salud, tierras y energía; los diputados con todo eso y alguna otra cosa, incluido el derecho de pernada y un par de vacas. Naturalmente, a fuerza de palo-estafas, los gallegos no le dicen la verdad ni al médico.
Conducta sumamente prudente, en un país que ya fue retratado hace años por un tal Pacheco, alcalde «andalucista» y según creo luego juzgado por «corruto». En tiempos lo persiguieron por decir que «la Justicia es un cachondeo».
Tenia toda la razón y solo cabe el matiz de que ponerle J mayúscula a esta mierda es homenaje excesivo. Menuda patulea…
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Tengo que observar con atención el funcionamiento de una centrifugadora…
Besos
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Para reirte un rato con el funcionamiento de la centrifugadora y su terrible capacidad destructiva, un amigo decía que la mente humana actúa así a veces….
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Y probablemente, si pones el asunto en conocimiento del vendedor, responderá que eso no está cubierto por la garantía…
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