NOTICIAS Y SU PRIORIZACIÓN

noticia-1Desde hace un tiempo me ha dado por entretenerme, tras leer noticias varias, en intentar categorizarlas con relación a la importancia que les atribuyo y, finalmente, comparar mi priorización con la del /los diario/s en cuestión. El resultado es en ocasiones tan dispar, sea cual sea el periódico, que se me ha ocurrido contárselo por si también ustedes lo hubiesen comprobado en alguno de esos ratos -¡benditos ratos!- sin apremio que atender.

De tener razón la escritora Lispector cuando afirmó que lo importante no son los hechos sino su repercusión, la observación me viene aquí que ni pintada. Sabido que las subjetividades se alimentan de lo más heterogéneo, los responsables de cualquier diario y su maquetación (radio y TV darían para otras disquisiciones en paralelo) deberían prestar mayor cuidado en que la localización de la noticia (portada, página par o impar, cabecera o esquina inferior…), así como la extensión y encuadre, guardaran relación con su importancia refrendada por consenso. noticias-8-pgSé que están en ello y, por lo mismo, no deja de sorprender una reiterada y profunda discrepancia con mi criterio que quizá compartan. Y es que no parece de recibo que a la muerte de cincuenta inmigrantes, por un decir, se le otorgue la misma relevancia que al último plato del chef de turno. O que la enésima majadería proferida por cualquier entrenador de fútbol disponga de una página entera.

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El caso es que nadie es una isla y por consiguiente, recibimos, queramos o no, una información que debiera, a más de ser cierta e independiente de filias, fobias o peculiares percepciones del emisor, ocupar el lugar y espacio adecuados. Es necesario, por estricto pundonor informativo, que se asigne distinta relevancia a cada acontecimiento y, de llevar al límite el buen sentido, en muchas ocasiones sería mejor dejar algunos sucesos sin pista para el aterrizaje. Quizá, con el tiempo y una caña, estupidez y naderías se verían forzadas a buscar distintos derroteros que el de la página impresa. Para quienes todavía seguimos con la prensa, todo un alivio.

Acerca de Gustavo Catalán

Licenciado y Doctor en medicina. Especialista en oncología (cáncer de mama). Columnista de opinión durante 21 años, los domingos, en "Diario de Mallorca". Colaborador en la revista de Los Ángeles "Palabra abierta" y otros medios digitales. Escritor. Blog: "Contar es vivir (te)" en: gustavocatalan.wordpress.com
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3 respuestas a NOTICIAS Y SU PRIORIZACIÓN

  1. mugayol@gmail.com dijo:

    Amigo mío, aquí va el *link* de tu trabajo sobre la prensa: http://palabrabierta.com/noticias-y-su-priorizacion/. Esto pasa aquí también, al menos en la prensa hispana, y mucho más. Mi novela *Coincidencias de un editor (o el exorcismo de Joel Merlín)* es el intento que hice por barrer con muchos mitos del periodismo hispano en California y, en general, Estados Unidos. Si sabes de alguien que la quiera adquirir, lo puede hacer a través de: https://www.createspace.com/5724175, en CreateSpace Store. Gracias mil por tu atención y colaboración. Un abrazo, Manuel

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  2. drlopezvega dijo:

    Cada cierto tiempo compro un ejemplar del periódico (me mantengo fiel al papel prensa) y deliberadamente no lo leo: lo dejo apartado 15 días y entonces lo abro como si estuviese fresco. ¿Qué descubro? Que las «noticias», salvando ligerísimos matices, son siempre las mismas. Y no solo ellas, sino los comentarios y los buenos propósitos a los que dan lugar, lo cual resulta incluso más decepcionante.

    ¿Y lo que no son «noticias», sino esa amalgama de ideas evanescentes que conforma el «columnismo»? Pues le pasa igual. A uno de los grandes, Manuel Alcántara, ya casi no lo leo: me cuesta horrores enfrentarme a lo que viene a continuación, que ya sé que viene, seguro.

    Creo yo que todo proviene de confundir la información con el ruido. Las novedades, los datos, las cifras, los análisis, etc, lo son en la medida en que el cerebro los procesa e incorpora (o desdeña). Cuando discurren a borbotones, sin dejar poso en los sesos, no son información, sino pura morralla timbalera. Y es que nos bombardean con tanto, y tanta pereza da espulgarlo, que al final todo pasa y nada queda.

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