JUSTIFICAR LO CONTRARIO

debate-1Es difícil decir algo nuevo o formularlo de modo que no suene a más de lo mismo y, en tales circunstancias, la originalidad se antoja una empresa imposible. Como resultado y para evitar el aburrimiento, solemos hacer oídos sordos a la mayoría de críticas, denuncias o propuestas. Estamos más que hartos de frases hechas y discursos previsibles por parte de indivíduos u organizaciones, así que, al hilo de estas reflexiones, se me ha ocurrido un recurso que, si utilizado por todos, podría -siquiera transitoriamente- evitarnos la sensación de estar rodeados de los tópicos de siempre y, a través de la sorpresa generada, concitar de nuevo nuestra atención.debate-14

Se trataría en síntesis de que cada Partido político y sus correspondientes voceros, cada grupo o colectivo, defendiese propuestas absolutamente contrarias a las que han venido preconizando hasta aquí, en la seguridad de que las suyas serían asumidas por otros. debate-11De hacerse extensiva la estrategia, no restaría eco a cualquiera de las que nos llegan aunque, promovidas por gente distinta, recuperarían el interés que han perdido por sabidas. Imaginen a Pedro Sánchez lanzado a una apología de los viejos barones de su formación; a Podemos subrayando las ventajas de la experiencia como legitimación de las viejas castas o al portavoz del PP recordando con ahínco a la audiencia, en forma de listado, los aciertos de González o Zapatero.

Recreen por un momento lo que podrían sentir de escuchar a Trump en un denodado empeño para procurar mayor bienestar a los inmigrantes ilegales, convirtiendo la lucha contra la pobreza en su prioridad y terminando con un ¡Viva Méjico! debate-9Supongan a cualquier grupo ecologista sugiriendo la conveniencia de recalificar el suelo rústico o aduciendo razones para poner en cuestión el cambio climático mientras el Presidente americano se lleva las manos a la cabeza al tiempo que aporta datos científicos; a la Confederación empresarial haciendo de la precariedad laboral su prioridad mientras que los sindicatos afirmasen con rotundidad que la riqueza de estos debiera aumentar para que los empleos creciesen en paralelo. Y así hasta donde se les ocurra. ¿Inverosímil? Pues tanto como suponer que podamos seguir prestando atención a lo mismo y salido de las bocas de siempre; desde que tuvimos la primera erección -y no precisamente por la excitación que nos causaron-. O la primera menstruación. El atractivo no depende sólo de lo que se dice sino también de quién lo propone y, en la experiencia de muchos, no hay como seguir en las mismas para, como movido por resorte, cambiar de canal.

Acerca de Gustavo Catalán

Licenciado y Doctor en medicina. Especialista en oncología (cáncer de mama). Columnista de opinión durante 21 años, los domingos, en "Diario de Mallorca". Colaborador en la revista de Los Ángeles "Palabra abierta" y otros medios digitales. Escritor. Blog: "Contar es vivir (te)" en: gustavocatalan.wordpress.com
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9 respuestas a JUSTIFICAR LO CONTRARIO

  1. Pilar Bonilla dijo:

    Efectivamente, el viaje a Rumanía te ha sentado fenomenal. Magnífica «boutade». Besos Gustavo, que, a pesar, no utilice los comentarios te sigo permanentemente.

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  2. Un abrazo muy fuerte, Pilar. Y si me comentases de vez en cuando, en la gloria. Aunque no te refieras a lo escrito por mí (todavía mejor).

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  3. joseba dijo:

    Algo parecido, aplicado a otras cosas también, solía decir mi padre… cuando, según mi parecer, había cumplido unos cuantos añitos. Siendo cierto lo que dices, creo que es relativo, dependiendo de la edad de quienes los escuchamos. A mi, a veces, me ocurre algo similar. ¿Será que a pesar de todos nuestros esfuerzos comienza a notarse el peso del DNI?.

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  4. Mónica dijo:

    Es una buena y original idea, una reflexión muy acertada.
    Prestaríamos mucha atención, al menos en los primeros momentos…
    Aunque podría convertirse en un arma de doble filo: enunciar lo contrario para que el otro te diga que no y salirte con la tuya.
    Podrías publicar alguna fotillo de Rumanía para que la veamos… Envidia sana

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  5. Todo tiene su envés, claro… Y veré si encuentro alguna foto que no esté borrosa o movida…
    Un beso

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  6. drlopezvega dijo:

    Agustín, el gran DON Agustín (que iba para jesuita), me enseñó que un rasgo identificativo de la ‘inteligencia’ consiste en hacer de abogado del diablo, esto es defender un punto de vista y, a continuación, exactamente el opuesto. No era por laxitud moral, no, sino por aguzar las herramientas dialécticas, que son la quintaesencia de eso tan rico llamado polémica.

    Lo cual que suscribo la propuesta de Gustavo, con la pena de que no veo a ningún político actual con la capacidad de sorprenderme. (Me sorprenden, sí, pero por su indignidad e inconsistencia.)

    Por otro lado, un servidor es muy aficionado a la radio. Según parece, es imposible hacer un programa radiofónico sin incluir una ‘tertulia’, de manera que ha surgido un nuevo oficio, el de ‘tertuliano’, siendo notable la circunstancia de que opina de todo, a deshora y a deshonra, ¡aunque no vaya borracho! El beodo histórico opinaba igual, a deshonra y a deshora, pero iba muy bien caldeado y la Rioja que llevaba dibujada en la jeta servía para relativizar sus exabruptos. Ahora el tertuliano adopta aires profesorales, solemnes, inapelables, y es el descojono.

    Pues no hay sujeto más absurdo que el absolutamente predecible: nada más coge aire y ya sabes lo que va a decir. Lo sabes perfectamente, lo que va a decir y el tono con el que lo va a decir. Él sabe quién le paga y tú lo sabes igualmente. Él sabe que la semana que viene dirá otra cosa -quizá la opuesta- y tú también lo sabes. Todo está dicho. ¿Se escudará en que conviene afilar las facultades dialécticas? Seguro. Pero tú sabes que es un gilipollas lacayuno.

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  7. Oye: ¿y si en alguna de nuestras columnas/post/lo que sea, ponemos en práctica la estrategia? Si más no, por alcanzar la fama… (si además encontrásemos quien pagara, al modo de un tertuliano cualquiera, ¡ni te cuento!)

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