Me refiero a colgar banderas en el balcón de casa o utilizarlas en Facebook a modo de presentación; algo equiparable a identificarse con un crucifijo en la puerta, a través de vociferantes vivas y mueras o resumirse como hincha de la Ponferradina, por un decir. ¿Son algunos de esos comportamientos un símbolo del «yo hegemónico» y la esencia del mismo? Pues se diría una lamentable reducción a la unidimensionalidad, y peor si cabe porque nadie ha preguntado al/la exhibicionista por sus adhesiones y lo más probable es que a los espectadores desde la calle -o visitantes de las redes- se les den una higa las filias o fobias del anónimo en cuestión.
Puedo asumir, como en su día afirmase Saramago, que vivimos para decir lo que somos, pero, ¿son los susodichos lo que resume un trapo de colores y, por no saber reconocerse en la deseable multiplicidad de aspectos, se pliegan a una única querencia que airean sin diálogo ni matiz? ¿Acaso suponen que el mejor modo de sumar adeptos o darse a conocer -ignoro cuál sea la intención- es airear una creencia que, como cualquier fe, hace oídos sordos a las discrepancias? ¿Querrán hacer amigos, agredir o ambas cosas, sin importarles no cruzar una sola palabra?
Autoafirmarse con base a enarbolar convicciones creo que los define, y es prueba de un fundamentalismo del cual, por lo mismo, conviene apartarse siquiera por prudencia. Es buen indicio para rehuírlos, sea en modo presencial o a través de las redes sociales. Dime si cuelgas y te diré cómo eres.
Cuando me hablan de conciencia ‘colectiva’, respondo que mejor llamarla ‘grupal’ o acaso ‘compartida’. ¿Qué me hace sentirme afín a unas personas y procurarles el bien en lo que se me alcance? ¿Qué me hace ser indiferente con respecto de otras, incluso odiarlas o combatir su mera presencia alrededor?
Para mí que, cuando naces, no traes de serie tales amores y odios, sino que te los vas tragando con los biberones, los deberes escolares, los sermones de los adultos, la morralla de la televisión, la chapucera connivencia de políticos y periodistas, etc. Al final, ¿qué eres? En mi caso, ¿soy cántabro, español, europeo, mediterráneo, atlántico, blanco, caucásico, indoeuropeo, latino? ¿Alto, bajo, gordo, flaco, de derechas, de izquierdas, romántico, frío, psicópata, entrañable?
La cosa es que me cuesta definir(me/os) y reconocer(me/os), así que me niego a enarbolar una bandera -la que sea- y desconfío de quien la lleva en el dobladillo de los calzoncillos. No por nada, o más bien por todo: si alguien pretende mi uniforme mansedumbre, no estoy por otorgársela.
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Adscribirse es asumir un resumen, y leer la novela de la vida, conforme ésta se alarga, hace difícil la síntesis de acuerdos y desacuerdos.
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Hola Gustavo Parece claro que esas banderas son en muchos casos una respuesta a los que son separatistas y sacan sus propias banderas como en Cataluña, aunque en Euskadi eso ya esta superado y el pasear con la bandera no supone en muchos caso ser independentista,para hacer ver (contra la española) que ellos no lo son (aunque aqui se esta discutiendo sobre el derecho a decidir pero me parece que hay una mayoria significante que no quiere la independencia) Tambien se utilizan cuando España gana un campeonato se Europa o del mundo pero sin duda con otro significado
Ahora parece que ya tenemos letra para el himno nacional,tendran que aprendersela los que sean seleccionados en cualquier deporte para que la canten como hacen por ejemplo con la Marsellesa…..(aqui tenemos uno en Euskera que en las reuniones del PNV siempre lo cantan)
Que te parece esa norma de que para ser medico en las islas hay que hablar catalan?
Aqui desde el 1 de Enero (y cambio de tema) solo ha dejado de llover sieta dias creo que la semana que viene nos escaparemos a Marbella donde aunque no es Canarias hay mas luz y tambien mas sol,luego creo que en Mayo iremos a Irlanda ,ya veremos
Un abrazo
Arturo
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Tienes bien organizada la vida, a lo que veo; que si Marbella, que si Irlanda… Voy a tener que tomar modelo.
En cuanto a lo del catalán en Sanidad, pues creo que es incorporar la legislación sobre un problema que nunca ha existido. ¡Como si no hubiese otros! Yo creo que es cuestión de prioridades y los políticos prefieren las decisiones en cuestiones que no cambian la realidad terminen como terminen. Así no corren el riesgo de equivocarse y tener que asumir las consecuencias.
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…y sin embargo…
Y sin embargo los trapos nos definen siempre. Existe toda una industra, la de la moda, que gira en torno a esa premisa. Y los medicos no os libráis de la afinidad por los trapos: o qué es la bata blanca que lleváis, sino un identificativo que dice: aquí estoy yo, el medico; no me confundáis con la enfermera.
Gracia me hace también el otro que dice (a menos que le haya entendido mal) que habrá que empezar a pedir a la gente que se aprenda la letra del himno, que es el equivalente sonoro de obligar a la gente a envolverse en una bandera.
Y en cuanto a lo de que exigir el catalán es crear un problema donde no lo había: claro que no lo había para los que hablamos castellano. Pero tal vez convendría hacer el sano ejercicio de intentar verlo con la perspectiva del quien habla catalán. Esta es una lengua que no hablan 500 millones de personas sino 10 y, sin embargo, diríase que cada vez que se articulan mecanismos para apoyar el derecho de esos 10 a poder expresarse en su lengua materna cuando van al médico o a la escuela parecería que se amenaza la pervivencia misma del español…
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