La diferencia gramatical entre el masculino y el femenino ha entrado de un tiempo a esta parte en proceso de acoso por argüirse, y a veces con razón, que el sexismo puede subyacer en el habla y eso debe terminar. Sin embargo, tampoco sería cuestión de forzar la máquina al extremo de sacar a «las miembras» del armario por eludir un masculino genérico que anda el pobre contra las cuerdas. Puede entenderse esa disforia femenina y, entre otras reivindicaciones, las lingüísticas, pero sin llevarlas al extremo del esperpento, lo que supone un mal remedio (o «remedia», por no ofender).
Una portavoz de Podemos, y no es la única, generaliza en un «Nosotras» cualquier propuesta u opinión del colectivo/a, y ya que no sería correcto un «Nosotras y nosotros», por lo menos «Nosotras y ellos» a no ser que los varones hayan, en ese Partido, hecho mutis por el foro. Además, la opción antedicha puede poner a alguna que otra mujer en un brete, según leí o me contaron. Una acusada, exclamó ante el tribunal: «¡Soy inocenta!». Y fue tachada de mentirosa por partida doble ya que, a más de una culpabilidad demostrada, se llamaba Eduvigis o así constaba en su DNI, que no Inocenta.
Supongo que cabría buscar mejores alternativas de visibilización sin necesidad de ponerse en riesgo o pasarse el idioma por el forro y, puestos a ello, podría cambiarse el artículo para incorporar la dualidad, aunque sorprendiera a muchos/as: «Los juezas», por ejemplo/a, o «Las Ovnis», dado que la arroba (@) -o el arrobo, si prefieren los machistas- no se pronuncia. Para culminación, ahora se vienen los/las/les transexuales y no con dobletes sino, un paso más hacia el despiporre, ¡los tripletes! No han hallado mejor forma de expresión para denominarse que una tercera vía: no «ellos» ni «ellas»; «Elles», «Nosotres» y, algune de eses, no tuvo hijo o hija sino «hije».
A este paso no sé yo, porque encima se topan con dificultades de difícil solución, y si no pueden ser españoles (ya les han tomado la «e» los machistas) ni españolas, pues qué: ¿»Españolis?». ¡Ay, si volviese Rajoy y debiera pronunciarse respecto a elles! «¿Mucho españolis?». Tiempo atrás, Steiner afirmó que la esperanza es gramática, aunque, de ser hoy, mejor calladito.
Desafortunadamente creo que el lenguaje inclusivo ha llegado para quedarse.
Y, como dices, para ir a más y a peor, como se está demostrando con lo de «nosotres»
¡Qué destrozo! La RAE ya se ha pronunciado. ¿Cómo se puede pretender modificar un idioma en pos de una ideología política pregonando igualitarismo pero con una postura extremista?
¿Lo inaudito es que lo están consigiendo!
Imagina las Inglesas, los alemanes, les francesis, que tanto vienen por aquí, que se les introduzca un género más…
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Hagamos una ejercicia de rigora: que todas las vocablas adopten la sexa femenina para que ninguna mujera sufra la pesa horribla de una idioma formada a la margena de la liberaciona colectiva.
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Esa pesa más que cualquiera otra cosa. ¡Qué horrora!
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¡Habrá que volver a las clases particulares…!
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Acaba de publicarse una escalofriante noticia sobre candidatos al profesorado de Lengua y Literatura. Un número sustancial fracasa en la oposición por manifiestos errores ortográficos, solecismos y graves carencias de prosodia. ¡Y esos son los ‘de letras’!
Curiosamente, con frecuencia escucho a jóvenes del mundo tecnológico, que saltan a los medios de comunicación por algún logro informático, alguna innovación metodológica, no sé, esas cosas tan difíciles de comprender. Sin embargo, constato que se expresan con gusto y contundencia, sin incurrir en dislates sintácticos y con notable precisión léxica.
Mi hipótesis es que la llamada ‘inteligencia’ es, sencillamente, inviable e inexistente sin un dominio más que mediano del idioma. Pensar no es otra cosa que releer y reescribir lo que antes se ha leído y escrito. Si no lees, amigo, estás expuesto al influjo malsano del demagogo. Si no escribes, ¿cómo vas a detectar algún orden en el caos que se nos aparece como ‘mundo exterior’?
Pues nada. La idea general es que el idioma es una sarta de memeces y, por ende, lo ‘cuqui’ es cepillarse sus reglas y convenciones. De otro modo, quedaría de manifiesto que el infractor es imbécil, pero así da la impresión de que es un genio social-emocional.
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Delirios,»articulísto» 🙂
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Bueno: con semejante tema, cualquiera saca partido, ¿no?
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Sí. Me acordé de tu artículo sobre la justicia con otro que certificaba prácticamente todo lo que se escribió. Todos los temas son factibles de sacar partido hoy en día, hasta el más nimio.
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